.Por: Jorge Giles:
"La victoria épica de Cristina en la provincia de
Buenos Aires demuestra que el proyecto nacional popular está vivo y tiene una
base política territorial inalterable desde donde podrá reconstruir una nueva
mayoría política. ¿Alcanza?: No alcanza. Hay que seguir ampliando Unidad
Ciudadana federalmente".
1. El macrismo se consolida como partido político nacional.
2. Ganó Cristina.
3. Ganó Agustín Rossi.
4. Implotó la tercera vía de Massa.
5. Implotó Lousteau.
6. Perdieron los gobernadores que serruchaban a CFK
7 Macri engendró su propio monstruo: Carrió.
8. Randazzo fracasó y arrastró a Intendentes y militantes
valiosos.
9. Larga vida a Unidad Ciudadana.
Estos primeros apuntes obligan a:
1. No subestimar a la derecha que por primera vez en la
democracia moderna suma una representación política electoral propia a los
otros factores de poder que tuvo desde siempre: poder económico, poder
financiero, poder en la justicia, poder de los medios masivos de comunicación.
Décadas estuvieron apelando a las fuerzas armadas como intermediarias de sus
intereses por carecer de representación política propia. Hoy la tienen. Y eso
es auspicioso para el sistema democrático. Vale repasar la lección que enseña
que el neoliberalismo no es un proyecto sólo económico sino profundamente
ideológico-cultural que disputa e impone la batalla por el sentido común de los
ciudadanos. No los subestimemos.
Ellos no vinieron a despedirnos del trabajo un día para que
salgamos al otro día a buscar otro empleo. Ellos vinieron a destruir la
categoría trabajo, que es muy distinto. Por eso la cerveza artesanal y los
pilotos de drones. Una forma banal de decirnos que vinieron a demoler el país
peronista para imponer el país vaciado, endeudado y saqueado que se corresponde
con esta etapa neoliberal del planeta tierra. Claro, como en otros órdenes de
la vida, uno elige donde pararse para mirar el mundo. O nos paramos en la
superficie que cimentaron los poderosos y que sigue siendo mucha. O nos
ubicamos en la certeza de saber que 2 de 3 argentinos rechazan las políticas
neoliberales. En la primera opción, terminamos depresivos y con un cuadro de
anomia severa. En la segunda, construimos poder popular, en las calles, en
Unidad Ciudadana, en los sindicatos, en las Unidades Básicas, en los locales,
en el barrio, en el patio de tu casa.
2. La victoria épica de Cristina en la provincia de Buenos
Aires demuestra que el proyecto nacional popular está vivo y tiene una base
política territorial inalterable desde donde podrá reconstruir una nueva
mayoría política que reconstruya el campo popular para octubre y para las
presidenciales del 2019. ¿Alcanza?: No alcanza. Hay que seguir ampliando Unidad
Ciudadana federalmente. Ya existen a favor dos elementos esenciales para
cualquier construcción que disputa poder: un liderazgo consolidado, para
adentro y para afuera del espacio y un proyecto de país para seguir
construyendo. Habrá que tejer, desde allí, todas las alianzas posibles y todas
las incorporaciones necesarias para triunfar en las próximas batallas. No
hacerlo, será condenarnos a mayor dispersión y en consecuencia, a nuevas
derrotas.
3. Inscribiría el triunfo de Rossi en Santa Fe en el marco
conceptual anterior. Y agrego: el crecimiento exponencial de Rossi tiene
alcances nacionales por el perfil del dirigente santafesino: Es un
peronista-kirchnerista leal y consecuente al proyecto recreado por Néstor
Kirchner y CFK en lo que va del siglo XXI.
4. Hace dos años dijimos y escribimos: No hay espacio para
la ancha avenida del medio que propone Massa porque la Argentina se debate
desde hace doscientos años entre dos polos antagónicos: El campo de la
oligarquía (en cualquiera de sus expresiones contemporáneas) versus el campo
del pueblo. Y ambos campos siempre tienden a unificar personería y
representación. Esta vez Macri versus CFK expresan el punto gordiano a desatar para
seguir consolidando o degradando la democracia, según cuál sea la resolución de
la contradicción.
5. La implosión de Lousteau va por igual andarivel que el de
Massa. La lucha de clases, que es la lucha entre pueblo-oligarquía, ha llegado
a un escenario de confrontación tan nítida, que los enmascaramientos de uno y
otro lado de los polos corren el riesgo de diluirse irremediablemente.
6. Los gobernadores que se planteaban como un factor
político de poder para recrear una suerte de renovación que niegue y reemplace
el liderazgo de Cristina perdieron abrumadoramente. Por eso es ella la que se
impone en el horizonte como la única figura política desde donde reconstruir el
campo popular todo, con un claro y conciso programa de oposición al
neoliberalismo. Y esto sucede con alguien que, como Cristina, viene de sufrir
el mayor asedio, persecución política, mediática y judicial, ofensas,
traiciones y difamaciones como nunca o pocas veces se vio en la historia de los
argentinos. Quizá este rasgo la haga más fuerte aun en su liderazgo. Barajar y
dar de nuevo significará volver a dialogar con todos o casi todos aquellos
gobernantes que tengan la voluntad de unir al pueblo con el liderazgo de CFK.
7. Está claro que el triunfo aplastante de Carrio en la CABA
le plantea un dilema irresoluble a Macri: lidiar con una figura aliada que no
es ni será predecible, encuadrable y disciplinable para ningún partido
político. Su terminal es otra. Y atención: Una locura sin poder de fuego es un
anécdota más. Pero una locura con volumen y densidad electoral, es como
co-habitar con un mono con navaja en el dormitorio de tu casa.
8 El caso Randazzo debería computarse en la lista gris de
las des-lealtades del campo popular a lo largo de la historia. ¿Por qué lo
hizo? ¿No sabía que un liderazgo como el de Cristina es una construcción
colectiva popular que lleva décadas consolidar? ¿Por qué arrastró en su
capricho internista y egoísta a compañeros y compañeras valiosas de la
militancia y representaciones comunales que deberían estar ocupados y
preocupados por vencer a Macri y no a Cristina? Con muchos de ellos (no con
todos seguramente) habrá que dialogar e intentar construir puentes de cara a
octubre y de allí en adelante. Vale el intento.
9. La construcción de esta nueva herramienta política que es
Unidad Ciudadana debería dimensionarse a nivel social, cultural y político,
evitando su encorsetamiento al mero ejercicio electoral. Nace tan fuerte que
fue capaz de desprenderse de la vieja piel del viejo pejotismo y sin embargo
llenarse de peronismo en convivencia y articulación con otras tradiciones
políticas y variadas expresiones de la sociedad. Cuidar a Unidad Ciudadana es
ser capaz de juntar más y más masa crítica, más representación, más
federalismo, más oposición, más democracia. Sólo así se construirán nuevas
mayorías. Sólo así impediremos más ajuste al pueblo por parte del gobierno neoliberal.
Sólo así rescataremos con vida a Santiago Maldonado y liberaremos a Milagro
Sala. Sólo así seguiremos soñando con un país y un continente que esté a la
altura de quienes dejaron jirones de sus vidas por llevar estas banderas a la
victoria. Sólo así vamos a volver.
Redacción Popular |
Ideas para la unidad latinoamericana
rioliverr@gmail.com
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