Por Antonio Guillermo García Danglades
La extrema derecha opositora ha anunciado con bombos y
platillos la celebración de un "plebiscito", ilegal y completamente
anticonstitucional, para desconocer a las instituciones democráticas
venezolanas.
Desbordada en júbilo, la afamada extremista María Corina
Machado expresó el pasado 3 de julio: “Todos los venezolanos estamos convocados
a ratificar el ejercicio pleno del 350 que, en sí mismo, el 16 de julio es
poner en práctica el 350 de manera masiva y simultánea en todo el país (…) Es
el desconocimiento del Consejo Nacional Electoral y es el reconocimiento de la
Asamblea Nacional como único poder legítimo”.
La idea no es original. La misma oposición ya había
intentado en el pasado la misma estrategia golpista con resultados
catastróficos, que incluso la llevó a darse golpes en el pecho y reconocer el
error garrafal que había cometido. Pero como suele suceder, revive el cuento
del escorpión y la rana: el fascismo vuelve a insertar su venenosa ponzoña en
el cuerpo sumiso de sus simpatizantes que la verán hundirse nuevamente en el
pantano de sus propias desgracias políticas. La patética historia del
plebiscito golpista se repite.
El 2 de febrero de 2003, tras la sentencia del Tribunal
Supremo de Justicia que suspendía un “referéndum consultivo” ilegal que
organizaba la oposición para forzar la salida del Presidente Chávez, la llamada
Coordinadora Democrática, la misma que ahora acuña las siglas MUD, anunció para
ese mismo día la realización de un "firmazo" con el respaldo técnico
y político de la organización Súmate de la propia Machado. Con este “firmazo”,
la oposición pretendía, al igual que hoy, el desconocimiento del gobierno constitucional,
amparándose en el artículo 350 de la Constitución, tal y como lo habían hecho
los líderes del sabotaje petrolero, los militares golpistas de Altamira, y la
logia golpista del 11 de abril de 2002 encabezada por el aplaudido y alabado
dictador Pedro Carmona.
Ya en la sentencia del TSJ, fechada el 22 de enero de 2003,
la Sala Constitucional había determinado que la oposición no podía invocar el
artículo 350 debido a que “el sentido que debe asignarse al pueblo de Venezuela
es el conjunto de las personas del país y no una parcialidad de la población,
una clase social o un pequeño poblado, y menos individualidades”, lo cual
dejaba sin efecto y al margen de la ley y la Constitución, el llamado a
desconocer al gobierno del Presidente Chávez. Sin embargo, Súmate y Machado,
así como otros líderes de la oposición, le pasaron por encima a las decisiones
del máximo tribunal del país, y llevaron a cabo su fracasado
"firmazo".
De acuerdo al diario opositor El Universal (28 de Enero de
2006), “la Coordinadora Democrática, apoyada en la infraestructura técnica de
Súmate, convocará a la oposición a que este domingo acuda a las puertas de los
centros de votación a expresar su voluntad respecto a seis temas, entre ellos
el desconocimiento del Presidente (...)” Igualmente, el diario informa que
alrededor de 25 mil “voluntarios” y una red de más de 200 computadoras de
Súmate, serían movilizados en todo el país para “garantizar el éxito de la
jornada” (El Universal, 28 de enero de 2003).
Además del proceso de sistematización de los datos
personales de los simpatizantes de la oposición que solicitaban un referéndum
consultivo de manera irregular, Súmate participó de manera activa en la
“Comisión de Mesas que designó la Coordinadora Democrática”, a fin de “informar
a los electores sobre el proceso del referendo consultivo convocado para el
próximo 2 de febrero” (El Universal, 11 de Enero de 2003), aún cuando el TSJ ya
había declarado que dicho proceso era ilegal y anticonstitucional.
Para el “firmado”, Súmate facilitó las planillas en las que
se llamaba a desconocer al gobierno constitucional del Presidente Chávez, así
como bolígrafos, instructivos y credenciales.(El Universal, 28 de Enero de
2006)
El instructivo de Súmate explicaba que "la convocatoria
tiene como objetivo recoger la mayor cantidad de firmas sobre seis cuestiones
específicas":
Planilla 1: El Desconocimiento de Hugo Chávez como
Presidente de Venezuela.
Planilla 2: Una Enmienda Constitucional para disminuir el
período presidencial a 4 años. Planilla 3: La Revocatoria de Diputados
Principales a la Asamblea Nacional.Planilla 4: La Revocatoria de Diputados
Suplentes a la Asamblea Nacional.Planilla 5: Una Carta abierta a la Comunidad
Internacional.
Planilla 6: La Derogación de 47 leyes promulgadas con la Ley
Habilitante
.Sin embargo, Súmate se vio obligada a agregar una nueva
planilla para solicitar un referéndum revocatorio y, así, esconder la verdadera
intención antidemocrática de desconocer a un gobierno legítimo y
constitucional. Asimismo, incluyó una planilla de apoyo a los dirigentes
golpistas de la CTV que, para el momento, recibían una avalancha de críticas
por haber llevado al país al borde de la quiebra económica con el sabotaje
petrolero.
Además, los simpatizantes de la oposición encontraron el día
del “firmazo” que Súmate había incluido planillas adicionales para solicitar
una “enmienda constitucional” que buscaba eliminar los derechos a replica y
libertad de expresión consagrados en la Constitución, lo cual fue catalogado
por muchos opositores como un "contrabando".
Inmediatamente después de finalizado el acto de recolección
de firmas, transmitido en cadena privada por las principales emisoras de radio
y televisión del país, el dirigente de Primero Justicia, Carlos Ocaríz, aseguró
que la oposición había recolectado “40 millones de firmas” (Últimas Noticias, 4
de febrero de 2002), mientras que su compañero de partido, Gerardo Blyde,
manifestaba que el 60% de esas rubricas provenían de las zonas populares del
país (Unión Radio, 3 de febrero de 2003). Asimismo, el extremista Antonio
Ledezma afirmó que la oposición lograba “más del 60% de los electores del
registro electoral permanente” (El Nacional, 4 de febrero de 2002). Por su
parte, Súmate no se atrevió a suministrar resultados “oficiales”, pero su
vocero, Alejandro Plaz, sostuvo que el “instrumento de desconocimiento” del
Presidente fue de las planillas más firmadas porque “fue de las primeras en ser
enviada a todos los centros de recolección de firmas” (El Universal, 20 de
febrero de 2003).
Pero la verdad es irremediable. El fracaso del
“firmazo" fue patente. Su convocatoria se convirtió en un acto
proselitista que solo sirvió para drenar la frustración de Súmate y su
directora, así como de la dirigencia antichavista, además de contener
mediáticamente el impacto del fracaso del sabotaje petrolero entre sus propios
simpatizantes, quienes profundamente agobiados, comenzaban a revisar su apoyo a
la irresponsable dirigencia opositora que los había embarcado, y sigue
embarcando, en incontables aventuras golpistas
La pérdida de apoyo en las filas opositoras fue comprobada
por diversos analistas. Entre ellos, el periodista Juan Forero (The New York
Times, 3 de febrero de 2006), muy vinculado a la oposición, señalaba que,
después haber contado con un “fabuloso plan” para forzar la renuncia de Chávez,
la oposición sufría una “irritable derrota”, y que a partir de ahora
concentraría sus esfuerzos en negociar con el gobierno unas elecciones “que
Chávez muy bien podría ganar”. Forero
cita al escritor Alberto Garrido, quien argumentaba que el "firmazo"
no fue más que un “clímax emocional” que sirvió para que la oposición evitara
“reconocer que su estrategia estuvo siempre equivocada”.
La patética historia del plebiscito golpista se repite, y su
desenlace es bastante previsible.
agd1967@gmail.com
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