Por Jorge Aniceto Molinari
La crisis irreversible del modo de producción capitalista es
reconocida como tal cada vez más; luego del discurso de Mujica en la ONU en
setiembre del 2013, pensamos en un primer momento en que se aceleraba una nueva
etapa donde el neoliberalismo –hasta ahora última fase del desarrollo de la
predominancia del capitalismo- podía ser
derrotado en un tiempo relativamente corto.
No nos impacientemos, aún falta, la puja de la humanidad por
tener en sus manos conscientemente a la economía requiere más batallas y ganar
a los actores políticos y a la gente en la compresión de cómo se dan estos
fenómenos, que se diga claramente que se defiende por parte de cada quién, lo
que debemos precisar como el objetivo de construir la voluntad política.
Esta nota de Marcelo Marchese, que reproducimos para
facilitar el análisis, es una muestra de ello. A ella dirigimos nuestro
comentario:
INCLUSIÓN FINANCIERA
VERSUS BANCARIZACIÓN FORZOSA (EL PROBLEMA DE LAS PALABRAS) Marcelo Marchese
El discurso del oficialismo a favor de la inclusión
financiera promociona los eventuales beneficios que esta política brindará a
los ciudadanos: más seguridad y mayor acceso a los créditos.
En esto, como en otras cosas, el oficialismo se identifica
con quienes impulsan la bancarización a nivel mundial: "Algunas pruebas
han demostrado que una mayor inclusión financiera no sólo acelera el
crecimiento económico y el empleo, sino que también enmienda la desigualdad de
ingresos y contribuye a la reducción de la pobreza" (1)
La cita anterior está tomada de un documento de la Alliance
for Financial Inclusion (AFI), una alianza respaldada por el G20 y el Banco
Mundial y financiada por Bill y Melinda Gates. Como se ve, esta cruzada mundial
tiene un noble objetivo: "es el primer conjunto de compromisos mundiales y
medibles por parte de formuladores de políticas públicas de países en
desarrollo y emergentes para liberar el potencial económico y social de los
2,500 millones de personas más pobres del mundo, a través de una mayor
inclusión financiera" (2). Gracias a Dios la AFI y el Banco Mundial y el
G20 y Bill y Melinda Gates, desvelados por los miserables, quienes no pisan un
banco ni en sueños, han diseñado una política para sacarlos de la pobreza, ello
es, obligarlos a entrar en contacto con los bancos, quiéranlo o no.
Según la AFI, el 50 por ciento de la población mundial no
está incluida (financieramente hablando) y entre estas gentes, el 86 por ciento
se encuentra en los "países en desarrollo y emergentes". De acuerdo a
lo dicho hasta ahora, el G20, el Banco Mundial, Bill, Melinda "y los
bancos centrales y los formuladores de políticas y entes reguladores en materia
financiera" que conforman la AFI, son una suerte de padres buenos en un
cuento de hadas donde lejos de abandonar a sus hijos pobres en el bosque, los
ayudan, es decir, los incluyen financieramente, pues desean liberar su
potencial económico. Nada dice este cuento acerca de los beneficios que la
inclusión financiera llevará a los "entes reguladores en materia
financiera", sea lo que fuere que sea, y en todo caso nada dice sobre los
beneficios que llevará a los bancos, una palabra mucho más entendible.
Ya se sabe que los cuentos de hadas, o los cuentos que
fuere, se construyen pura y exclusivamente con palabras y se sabe que en ello
es clave la elección y el orden de las palabras. Si el lector es un optimista
de esos que piensa que vivimos en el mejor de los mundos posibles, le
aconsejaría que abandone ya mismo la lectura y se dedique a una tarea más
edificante, pues nosotros elegiremos otras palabras, las cuales serán ordenadas
de manera diferente antes de arribar al final donde alguien se comerá las
perdices.
Mientras el G20 y compinches utilizan la expresión
"inclusión financiera", como si el lenguaje debiera cumplir la
función de esconder la realidad en lugar de enunciarla, otros han preferido
utilizar las palabras "bancarización forzosa" y casualmente, estos
otros no han logrado ver los beneficios que la bancarización traerá a los
pobres de los países en desarrollo y emergentes, a los cuales llaman "del
tercer mundo", pero sí han visto cómo beneficiará a los bancos, y en menor
medida, a los gobiernos.
Piense el lector en el beneficio que obtienen los bancos de
sus clientes, la mitad de la población mundial, y piense que a partir de una
serie de medidas en pocos años duplicarán su clientela, aunque sea con los más
pobres, y piense que además multiplicarán quien sabe por cuánto su volumen de
negocios, ya que casi todas las operaciones, sea la venta de una casa o el pago
de un sueldo o tributo, se harán vía bancaria. Así que la banca verá que casi
toda la población mundial realizará casi todas las operaciones comerciales por
su intermedio, lo cual le acarreará inauditas ganancias y algo más:
conocimiento y control, que redundarán, obviamente, en inauditas ganancias. Con
estas medidas les brindaremos a los grandes banqueros más dinero, más
conocimiento y más control sobre nuestras economías. Esto es lo más parecido al
sueño de un banquero: saber el exacto beneficio que obtiene tal o cual rubro,
tal o cual inversión, y esta información y este control no es que lo reciban
gratuitamente, sino que pagaremos por darlos.
Digan lo que digan los autores de cuentos de hadas
políticos, existe una ley ineluctable del capital: tiende a concentrarse. Con
la bancarización forzosa esta concentración de riquezas, conocimiento y poder
alcanzará niveles maravillosos y llegaremos un día al colmo de que el dinero
será unos simples números, sin soporte físico, esto es, con mayor posibilidad
de ser alterado o inventado, como si estuviéramos a las puertas de la era de la
preeminencia de lo virtual y adulterable sobre lo real, el dinero electrónico sobre
el dinero, el libro digital sobre el libro de papel, el contacto vía facebook
sobre encontrase cara a cara, las palabras "inclusión financiera"
sobre las palabras "bancarización forzosa".
Decíamos que amén del gran capital, los gobiernos se
beneficiarán de la bancarización forzosa, lo cual es evidente desde que se hará
casi imposible evadir los impuestos y los impuestos, se sabe, tienen dos
características principales: 1- aumentan y aumentan y 2- interesan notablemente
a los gobiernos. Así que el lector mal pensado, quien ni por un instante
sospecha que vivimos en el mejor de los mundos posibles, puede creer una de dos
cosas o las dos a la vez: 1- el gobierno que se autodefine de izquierda, aquel
mismo que pretendía nacionalizar la banca y ahora, como dice el amigo Hoenir
(3), ha decidido bancarizar la nación, tomó este dudoso camino pues no es otra
cosa, como todo gobierno, que un sirviente del gran capital, o, 2- lo ha tomado
pues puede ejercer mayor control sobre el cobro de impuestos (mi opinión es que
fue por las dos cosas, en una razón de un 90 por ciento la primera y un 10 por
ciento la segunda).
Ahora bien, amigo lector, sólo me resta decir que nos dicen
que vivimos bajo un régimen liberal, lo cual en cierto sentido es verdad y en
otro es una abierta mentira y ahí volvemos al problema de las palabras
vinculadas con la apariencia o la realidad. A la hora de dejar que las pasteras
arrojen toneladas de basura a nuestros ríos, o de permitir que los pesqueros
chinos vengan a arrasar nuestra fauna marina, el liberalismo campea por sus
fueros, sin embargo, a la hora de permitir que alguien tenga derecho a fumar a
doscientos metros de una escuela, o de que, al menos, paguemos nuestros
impuestos como queramos (en este mejor de los mundos posibles hemos llegado al
extremo de clamar por la mejor manera de pagar impuestos) o que compremos una
casa o lo que sea sin pasar el dinero por el banco, el liberalismo se evapora
como una gota en una plancha al rojo. El gobierno olímpicamente olvida nuestro
derecho y libertad y paternalmente nos incluye financieramente, aunque uno no
quiera ser incluido, aunque uno clame por no ser incluido pues sospecha que el
cuento de hadas no es otra cosa que un cuento de hadas que el gobierno cuenta
como si fuera elaborado por él mismo, cuando bien sabemos que es un cuento de
hadas elaborado en un lugar muy muy lejano, donde no tiene cabida ningún
gobierno ni sirviente.
Si todo les sale como lo tienen planeado (y muy
probablemente todo les saldrá como lo tienen planeado, habida cuenta que nos
tragamos cuentos muy dudosos) a estos señores del lugar muy muy lejano sólo les
restará comer perdices y ser felices para siempre, a no ser que queramos
escribir nuestro propio cuento y así forzar un plebiscito donde decidiremos si
a estas fauces sin fondo les entregaremos lo que nos queda para enriquecerlos
todavía más, o si decidiremos mantener un mínimo de prudencia, libertad y
privacidad. Habrá que flotar la lámpara ¿Quién sabe si adentro no se encuentra
escondido el genio?
(1) Ubicando
la inclusión financiera en el mapa mundial
https://www.microfinancegateway.org/sites/default/files/mfg-es-documento-ubicando-la-inclusion-financiera-en-el-mapa-mundial-11-2013.pdf
(2) Ibíd
(3) MUJICA Y LA BANCARIZACIÓN Por Hoenir Sarthou
http://www.voces.com.uy/articulos-1/mujicaylabancarizacionporhoenirsarthou
Nuestro comentario:
Dicen que un niño visitando el zoológico al ver la jirafa
exclamó: ¡ese animal no existe!-
Acá es al revés.- En un mundo donde crecen los paraísos
fiscales, el lavado de dinero, y donde la mayor parte de una gigantesca
actividad financiera no pasa por los bancos –aunque los bancos privados la
monitorean, aunque no la registren a los efectos del control de los estados-,
Sarthou y Marchese en lugar de doblar la apuesta y pedir que nada sea legal si
no está debidamente registrado y no como ahora que los documentos particulares
sin pagar ni siquiera un peso de impuesto utilizan la justicia contra sus
deudores, arremeten contra la bancarización que si efectivamente entorpece la
acción de las administradoras de crédito y de la evasión de los comercios
pequeños, estos que se debaten entre sus acotadas ganancias, el pago de los
impuestos y un mundo donde los espacios económicos son obligatoriamente mayores
haciéndolos en el tiempo inviables.
La no bancarización permitió por ejemplo la acción del
cambio Nelson y del diputado del Partido Nacional de cuyo nombre no me acuerdo,
por señalar lo más reciente, que es de alguna manera la punta de un iceberg.
Las administradoras de crédito son además un cáncer que
actúa sobre los sectores más desprotegidos de la sociedad que necesitan de él,
y sobre la cual hay seudos izquierdistas que piensan con su bolsillo que hacen
una acción social.- Es una materia pendiente sobre la cual hay que legislar e
instaurar instrumentos como los que instauró Batlle y Ordoñez a principios del
siglo 20 cuando el empresariado del país era esquilmado por los banqueros y ese
fue el objetivo de las creación de los bancos del estado y no el de monopolizar
la actividad bancaria.
Que es un problema resuelto a medias por el gobierno no cabe
duda, pero también es cierto que es una necesidad que tarde o temprano será
necesario abordar, pues la política neoliberal de no controlar nada, tarde o
temprano conduce al mundo al no-mundo.
Ahora porque digo que es un problema no resuelto o resuelto
a medias, porque los sistemas impositivos que se imponen y con los cuales se
financian las actividades estatales provienen fundamentalmente de los impuestos
al consumo, al trabajo, y a las pensiones,
que pagan en su mayor proporción los sectores populares, que precisamente no
pueden escapar de la bancarización efectiva, como escapan los que trafican en
la especulación, la evasión impositiva y el lavado del dinero, y cuyo no
control se justificaba con el objetivo de no espantar las inversiones.
A mí me duele que AEBU no tenga una política más proactiva
sobre el tema y que además no sea eso lo que debata con la dirección del BROU y
la dirección económica del país.
Las necesidades fundamentales y básicas de todas las
sociedades en la tierra deben ser solventadas con un sistema impositivo
dirigido directamente sobre la circulación del dinero y a eso debe estar
dirigida la bancarización en la organización de la sociedad, eliminando todo
otro tipo de impuesto.
Cosas vedere Sancho: los estatistas más furibundos se
transforman en los neoliberales a ultranza al enfrentar la bancarización.
sipagola@adinet.com.uy
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