Por Jesús Dávila
Opinión Nina Droz
La prisión sumaria de la modelo y varias veces campeona
nacional del deporte de Caballos de Paso Fino Nina Droz se ha convertido en uno
de los elementos más explosivos de la estrategia de Estados Unidos para sofocar
el ambiente de rebeldía que sigue creciendo en el país ante las medidas
impuestas por la junta de control.
El controversial
arresto de Droz, hija de una familia prominente y quien estudia electrónica con
el propósito expreso de desarrollar prótesis para mascotas lisiadas, se produjo
en el marco de la paralización de todo el país el Primero de Mayo, cuando más
de 60.000 marcharon contra el distrito financiero de San Juan, conocido como la
Milla de Oro.
La Amazona, que llegó
a representar a Puerto Rico en eventos ecuestres internacionales, está acusada del cargo inverosímil de intentar
pegarle fuego a la sede del Banco Popular –el principal del país- con
implementos que no habrían servido ni para quemar el vestíbulo del gigantesco
edificio. Además, el gobierno de EEUU, en su intento por presentarla como
incendiaria, ha difundido que ella se hace llamar “la chica que respira fuego”,
cuando en realidad ese fue el breve personaje de feria que hizo en la película
“Runner, Runner” de 2013 y que fue comentado en la prensa de espectáculos de
Hollywood.
Políticos oficialistas y conservadores han aprovechado la
campaña del ministerio fiscal para hacer escarnio de Droz y decir que ahora
tendrá la oportunidad de respirar fuego en la prisión federal, en aparente
alusión a vejámenes a la dignidad que se cree popularmente que sufren las
mujeres en las cárceles.
Pero en la otra cara de la moneda, ya ha surgido un
movimiento en las redes sociales que se denomina “#freenina” (liberen a Nina),
que alega que EEUU ya tiene una nueva prisionera política con la que remplazar
a Oscar López, encarcelado durante más de 35 años con cargos de formar parte de
las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), cuya libertad está pautada
para el 17 de este mes. La campaña es parte de las acciones que se están
desarrollando, entre ellas la encabezada por el comité Ciudadanos en
Solidaridad con los Arrestados el Primero de Mayo.
Ese día fue de acciones planificadas por diversos bandos y
de sorpresas para todos.
Muchas entidades, unas unidas y otras por separado, habían
estado convocando diferentes rutas de
marchas para la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores que
coincidirían todas en la Milla de Oro, justo frente al edificio donde está
Junta de Control designada para regir a Puerto Rico y que ha convertido en
auxiliares y consultivas a las ramas constitucionales del Ejecutivo y el
Legislativo. La confluencia de marchas fue denominada “Paro Nacional”, pero más
como aspiración que porque alguno pensase que de verdad se paralizaría el país.
La primera sorpresa se produjo a las 8:00 a.m., cuando el
satélite registró desiertas todas las autopistas de Puerto Rico, lo que volvió
a aparecer en la gráfica satelital hora y media más tarde. De pronto comenzaron
a producirse informes de que había muchas escuelas cerradas y finalmente el
gobierno tuvo que admitir que 90 por ciento de los estudiantes no habían
acudido a los planteles.
Poco después ocurrió la segunda sorpresa cuando las
multitudes sobrepasaron la marca de 60.000 que se había establecido en la
triangulación de las áreas disponibles para el evento. El propio Banco Popular
informó al tribunal que 50.000 habían participado en la violación masiva de la
ley, aunque después enmendó su escrito para alegar que fueron sólo 500 los que
tomaron parte directamente en los disturbios, ocurridos como media hora después
de que terminaron los actos oficiales, cosa que se adelantó por la llegada a
paso redoblado de los escuadrones de la policía antimotines.
Después de los encontronazos han comenzado los arrestos y el
Gobierno ha anticipado para esta semana más radicaciones de cargos, en especial
contra estudiantes que participaron el mes pasado en la toma del edificio de la
presidencia de la Universidad de Puerto Rico. Como parte de las operaciones, ha
sido notable el uso de agentes encubiertos, algunos de los cuales fueron
detectados tomando parte activa en los disturbios del Primero de Mayo.
El Gobierno usa grabaciones y fotos tomadas por la prensa,
lo que motivó una declaración fuerte de censura por parte del presidente de la
Asociación de Periodistas de Puerto Rico, Juan Hernández. El periodista afirmó
que se violan la libertad de prensa y el derecho a la protesta sin ser blanco
de persecución ni a que se levanten expedientes de vigilancia a los ciudadanos.
Además, el Gobierno anunció que proseguirá con los planes de
cerrar cerca de 180 escuelas primarias y secundarias, por lo que la Federación
de Maestros ya inició protestas. Además, el pequeño pero influyente Partido
Independentista Puertorriqueño moviliza sus asambleístas en todo el país para
promover la resistencia comunal a los cierres y su propuesta de reforzar las
escuelas que estén débiles con cooperativas y micro-empresas de los vecinos de
manera que no haya excusa para clausurarlas.
En la UPR la situación rebelde se acelera y la asamblea
nacional de profesores universitarios aprobó un voto de huelga, contingente a
que sea ratificado por otra asamblea, lo que levanta la posibilidad de que la
huelga universitaria estudiantil se extienda a los docentes y administrativos,
que han reiterado que respetan la huelga estudiantil. De nuevo, la respuesta
del Estado ha sido una orden judicial que concede hasta el 11 de los corrientes
para que el Recinto de Río Piedras de la UPR abra sus portones.
Pero la naciente rebelión es apenas uno de los problemas que
tienen el Gobierno y la Junta de Control, pues la contradicción por la pelea de
bandos de inversores en Wall Street ha precipitado la quiebra formal del país.
Ya EEUU designó una juez especial para que presida un proceso para poner orden
entre el gobierno deudor y los acreedores.
Foto: Elnuevodia.com
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