Por Rolando Prudencio Briancon:
No estoy poniéndole ni una coma más a lo que Trump se
cuestionó durante la Conferencia Anual de Acción Política Conservadora (CPAC), en
Maryland en febrero de 2017, cuando precisamente se preguntó, ¿cuánto hace que
no ganamos una guerra?
Pero no fue su única intervención reivindicado las guerras,
ya que, durante una reunión con gobernadores en abril de 2017, también
manifestó su animus bélicas, afirmando: "Cuando era joven todo el mundo
solía decir que nunca perdimos una guerra. Ahora nunca ganamos y no peleamos
para ganar. Tenemos que empezar a ganar guerras de nuevo".
"Creo en la paz a través de la fuerza, y nadie se va a
meter con nosotros", dijo, al tiempo que prometió que su gobierno
realizará un gran aumento en el gasto en defensa, terminando así aquella
intervención suya.
Pero no sólo ha mostrado esa belicosidad verbal, sino que ha
hecho alarde de su agresividad verbal insultando a los mexicanos, a quienes los
trató como delincuentes narcotraficantes y "la peor gente", a tiempo
de anunciar la construcción de un Muro; irónicamente igual que humillante muro
que dividió décadas a los alemanes.
Y no sólo se ha limitado a ofender verbalmente a los
mexicanos; sino que sus órdenes contra los migrantes se han traducido en una
agresión contra los niños migrantes, a quienes separándolos de sus padres los
ha terminado enjaulando hace un par de años atrás.
Pero sus acciones agresivas, que no lo hacen merecedor de
ningún premio Nobel, las ha practicado dentro su propia casa, tal cual ha sido
la represión ordenada contra quienes rechazan hasta el día la violencia
policial practicada contra la comunidad negra, y que este último tiempo ha sufrido
numerosas bajas a manos de policías blancos, y a quienes Trump los instado
aplicar mano dura contra los manifestantes. O su actitud contemplativa frente a
las agresiones de los supremacistas seguidores de Trump contra los negros.
Así que no me imagino ni en mi peor despiste que el Nobel de
la PAZ, se lo den a Trump, pues en todo caso, quienes sí se merecen son los del
movimiento: Live Black Matter, y no Trump. O las brigadas médicas cubanas, otra
de víctimas favoritas de Trump, quien preocupado se pregunta, ¿hace cuánto
tiempo que no ganamos una guerra?, y los otros o de combatir contra el racismo,
o salvar vidas como los médicos cubanos.
prudenprusiano@gmail.com
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