Por Julio Yao:
(Ex Asesor de Política Exterior del general Omar Torrijos y
del Canciller Juan Antonio Tack)
Estuve estrechamente vinculado a las mujeres panameñas que
luchaban desde 1972, año en que ingresé al Gobierno del general Omar Torrijos
como Asesor personal del Ministro de Relaciones Exteriores Juan Antonio Tack,
principal responsable de las negociaciones con Estados Unidos para un nuevo
Tratado del Canal.
La Lucha Generacional por la Soberanía y el Nuevo Paradigma
de Ruptura con el Pasado Oligárquico
Torrijos y Tack tuvieron el acierto de rodearse de los
panameños más representativos de la lucha canalera en el siglo XX y dirigieron
a Panamá durante la década más digna de su historia.
Existía una Comisión Asesora de las Negociaciones que
incluía, entre otros, a ex negociadores de
los proyectos Robles-Johnson de 1967 (rechazados por Tack), como
Diógenes de la Rosa y el Dr. Carlos
López Guevara, ex Ministro de Relaciones Exteriores (mi profesor de Derecho Internacional) además
de independientes, como el Dr. Jorge
Illueca, exembajador en Naciones Unidas, expresidente del Colegio Nacional de
Abogados (posteriormente presidente de Panamá) (también mi exprofesor de
Derecho Internacional) y Aquilino Boyd, ex canciller (1959), embajador en
Naciones Unidas y nuevamente Ministro de Relaciones Exteriores (1976).
Entre ellos, yo era el benjamín y representaba la ruptura
que significó la agresión del 9 de enero de 1964 del modelo negociador
implantado por Estados Unidos a lo largo del último siglo.
Un Discurso Profético, seis Semanas antes del 11 de octubre
de 1968 (Golpe Militar)
Afortunadamente, tal ruptura la aconsejé yo en mi discurso
como presidente de la Escuela de Diplomacia en 1968 cuando -- como reto lanzado
al gobierno saliente del presidente Marco A. Robles y al gobierno entrante del
presidente electo, Dr. Arnulfo Arias, estando ambos gobiernos presentes --
demostré que el Tratado Hay-Bunau Varilla de 1903 era absolutamente nulo ante
el Derecho Internacional.
Afirmé que el nuevo gobierno debía así denunciarlo para
declararlo inexistente ante las Naciones Unidas a fin de procurar una base
enteramente nueva de negociaciones para eliminar las causas de conflicto entre
Panamá y Estado Unidos, tal como lo anunciaba la Declaración Moreno-Bunker de
1964.
Esta Declaración sirvió para reanudar las relaciones
diplomáticas rotas entre Panamá y Estados Unidos a raíz de la masacre del 9, 10
y 11 de enero de 1964 (Julio Yao, “Sobre la Convención Ístmica de 1903 y las
Relaciones Panameño-norteamericanas se pronuncia el Universitario Julio Yao
(Nulidad y anulabilidad del Tratado del Canal (Texto del Discurso de Toma de
Posesión como Presidente de la Escuela de Diplomacia, El Panamá-América, 24,
28, 29 y 30 de agosto de 1968).
Ese reto de 1968 lo recogieron el general Torrijos y su
Canciller Juan Antonio Tack cuando me solicitaron preparar la estrategia del
Consejo de Seguridad de la ONU en Panamá y redactar la Declaración
Tack-Kissinger de 1974 que dio inicio a las negociaciones del Tratado del
Canal.
Responsable de la Política Exterior de la Delegación de
Mujeres
En vista de que yo no tenía complicidades con el pasado
oligárquico y había sido gestor del rechazo de los proyectos Robles-Johnson,
así como de los primeros tratados negociados por Torrijos y Tack en 1971 (algo
desconocido hasta hoy por el público), el Canciller de la Dignidad me invitó a
ser su asesor personal y mano derecha en las negociaciones con Estados Unidos.
Fue por ello que, cuando se anunció la Conferencia del Año
Internacional de la Mujer de Naciones Unidas en México del 19 de junio al 2 de
julio de 1975, el Gobierno me designó como responsable de la política exterior
de la delegación femenina en dicha Conferencia para seguir internacionalizando
nuestra causa. La primera fase de la internacionalización fue la Reunión del
Consejo de Seguridad de la ONU en Panamá en marzo de 1973, cuya Resolución
(redactada por mi persona) fue vetada por Estados Unidos.
Controversia entre Mujeres Torrijistas, Antitorrijistas e
Independientes
La delegación a México, integrada por 400 mujeres repartidas entre la Conferencia y la Tribuna Alternativa estaba dividida entre torrijistas, antitorrijistas
e independientes. La Delegación era
presidida por la profesora Berta Q. de Moscote, esposa del entonces decano de
la Facultad de Humanidades de la Universidad de Panamá, el Dr. Rafael Moscote,
hijo de uno de los constitucionalistas más destacados, el Dr. José Dolores
Moscote. Pero la líder de las mujeres por mayoría era la profesora Berta Torrijos
de Arosemena, hermana del general Torrijos, quien lo representaba.
Las 400 mujeres viajaron a México en aviones de la Fuerza
Aérea Panameña (FAP). Junto conmigo
viajó el Dr. Marcos A. Gandásegui (h) y éramos los dos únicos hombres
asignados.
La primera noche del día que llegamos, el Dr. Gandásegui me
manifestó, ofuscado, que él se regresaría en el primer avión del día
siguiente. “Las mujeres se están
peleando como perros y gatos en la azotea del hotel, y yo no sirvo para mediar
en esos líos y ¡allí te las dejo!” Y se fue.
Me enteré que se peleaban el liderazgo en la Conferencia
entre las dos Bertas, de modo que calmé a sus seguidoras y les dije que en México no se podían zanjar
sus diferencias porque todos representábamos a Panamá y teníamos que lograr
unitariamente un solo propósito: una resolución favorable a nuestro país en las
negociaciones con Estados Unidos.
Por lo tanto, propuse que Berta Q. de Moscote continuara
como presidenta -- ya que me negaba a destronarla -- y que Berta Torrijos pronunciara
el discurso de Panamá que yo redactaría.
Afortunadamente, las facciones aprobaron la propuesta y desde entonces
todo caminó sobre rieles.
La Resolución 3379, el Sionismo como una Forma de Racismo
Un miembro de la delegación de Irak me propuso que Panamá
copatrocinara una resolución que equiparaba al sionismo como una forma de
racismo.
Me pareció correcta la apreciación porque la ideología
sionista olía a África del Sur, apartheid, segregación, discriminación racial y
a la antigua Zona del Canal de Panamá con su “Gold Roll” para los blancos y su
“Silver Roll” para negros (Planillas de Oro para blancos y Plata para negros),
así como los baños segregados según el color de su piel.
El atropello y la opresión sionista a los palestinos
evocaban en los panameños un amargo recuerdo de la presencia colonial
estadounidense, de manera que rubriqué el proyecto de resolución propuesta a
través de Irak sin pensarlo dos veces.
Los Países No Alineados Copatrocinan la Resolución Panameña
Simultáneamente, le solicité al representante de los No
Alineados apoyo a nuestra resolución, que pedía el reconocimiento de nuestra
soberanía en el Canal, el desmantelamiento de la Zona y la expulsión inmediata
de las bases militares norteamericanas.
Fue aceptado.
Tomaba yo en cuenta que, en respuesta a una pregunta que
hice al gobierno de la República Popular China en marzo de 1973, el presidente
Mao Tsé Tung contestó que “China apoya la expulsión inmediata de las bases
militares de Estados Unidos si Panamá lo solicita”. ¿Por qué China? Porque el presidente Mao fue el único
mandatario de una potencia nuclear que denunció en una manifestación de
millones de personas la agresión del 9 de enero de 1964 y porque el primer
ministro Chou Enlai fue uno de los creadores de los Países No Alineados junto a
Tito de Yugoslavia, Nasser de Egipto y Sukarno de Indonesia.
El Sionismo me Amenaza: Nuestra Respuesta
Al siguiente día, unos cinco o seis emisarios del gobierno
de Israel se dirigieron a las líderes de la delegación, quienes me los
refirieron por ser yo el responsable de la política exterior. De manera arrogante y grosera se me
abalanzaron como en pandilla y, sin saludar, me espetaron como sigue: “Señor
Yao, somos del gobierno de Israel y le exigimos que retire a Panamá de la resolución
que nos acusa de racistas. Usted sabe
muy bien que Israel tiene excelentes relaciones con su gobierno.”
Respondí: “Señor: en
primer lugar, en mi país por la mañana decimos ‘buenos días’. En segundo lugar, no soy empleado de Israel
sino representante de Panamá y exijo que se me respete. En tercer lugar, en esta conferencia soy yo
quien tiene la autoridad por Panamá y no pienso retirarme de esa
resolución. En cuarto lugar, ustedes no
son amigos de Panamá. Ustedes, al igual
que Taiwán, jamás votaron a favor de nosotros y sí siempre a favor de Estados
Unidos.”
Airado, el vocero de Israel respondió: “Le dije que mi
gobierno tiene muy buenas relaciones con su gobierno. Hablaremos con nuestro embajador en Panamá y
con el general Torrijos”. “Good luck!”,
le respondí.
Torrijos y Tack nos apoyan
Enseguida llamé al Canciller Tack y lo puse en autos. Contestó: “Espérate, que tengo al general
Torrijos aquí al lado”. Al rato, Tack
respondió: “Dice el general que tú tienes luz verde y que eches pa’lante, que
nosotros nos encargamos del embajador de Israel.” El embajador se apersonó y así mismo lo
despacharon.
El Departamento de Estado de EE.UU. también me presiona
Al día siguiente se me acercó un representante del
Departamento de Estado de Estados Unidos, no miembro de su delegación, y me
solicitó que yo retirara la resolución sobre el Canal y redactáramos una resolución
conjunta, de Estados Unidos y Panamá. Eran sus instrucciones del Departamento
de Estado, no de las mujeres estadounidenses.
“Y qué diría la resolución?”, le pregunté. “Que todo marcha bien y que seguramente
llegaríamos a un final feliz.” Lo corté
con estas palabras: “Ah, pero usted sabe o debe saber que eso no es cierto y
que, mientras no haya acuerdo, las negociaciones no culminan. Yo no voy a retirar la resolución, pero
ustedes pueden hacer la suya, y nosotros no nos opondremos. Tiene mi palabra.”
El diplomático (que no fue grosero como los sionistas)
insistió que habláramos en otro hotel, más en privado. Pero como yo tenía mucha
experiencia con la CIA en Panamá (1966-8), en Washington (donde la CIA me
secuestró en mayo de 1970) y en Holanda (mayo-diciembre 31 de 1970), donde
intentaron eliminarme bajo el Plan Cóndor, rechacé la invitación del
Departamento de Estado y le dije a su emisario, “¡good luck! Nice to meet you.”
Mujeres Importantes del Mundo
La Conferencia de México, que representaba a los gobiernos y
no a las mujeres salvo en sus temas propios, contó con damas muy
importantes: Sirimavo Bandaranaike,
primera ministra de Sri Lanka; Anna Louise Beer, presidenta del Consejo
Nacional de Mujeres de Noruega ; Vilma Espín de Castro, cuñada del presidente
Fidel Castro; Francoise Giroud, Ministra de Asuntos de la Mujer de Francia;
Imelda Marcos, Primera Dama de Filipinas ; Ashraf Pahlavi, hermana del Shah de
Irán; Leah Rabin, Primera Dama de Israel; Jehan Sadat, Primera Dama de Egipto; la
Cosmonauta soviética Valentina Tereshkova, la primera mujer en el espacio;
la representante de China Popular; Vida Tomšič, representante
yugoslavo del Movimiento de Países No Alineados.
La Conferencia de la Mujer Aclama el Discurso de Berta T. de
Arosemena
El discurso de Berta Torrijos tuvo un éxito extraordinario y
fue el único aclamado de pie por todos los asistentes. Yo hablé en la sesión de clausura en nombre
de la delegación.
La Conferencia aprobó ambas resoluciones, la del sionismo
como una forma de racismo y la del Canal, que fue la primera aprobada en la ONU
que nos daba la razón ante Estados Unidos.
Al rememorar dicho evento hace 45 años, felicito a la mujer
panameña, representada por Berta Q. de Moscote y Berta T. de Arosemena, al
igual que a Vilma Ch. de Young, Noemí Guizado y Alma Montenegro de Fletcher,
entre otras, porque logramos un éxito que ninguno de los machorros que nos
representaron en ese organismo en el siglo XX habían obtenido.
La primera resolución sobre las negociaciones, presentada en
el Consejo de Seguridad en Panamá en 1973 y redactada por mi persona, fue
vetada por el embajador Scali de Estados Unidos. En esa ocasión, el canciller Tack (QEPD)
clausuró las sesiones de dicho Consejo con esta frase lapidaria: “Estados
Unidos vetó a Panamá, pero el mundo vetó a Estados Unidos”. Pero en la Conferencia de México no había
veto, el cual corresponde solo al Consejo de Seguridad.
Resolución 3379: el Sionismo como una Forma de Racismo
La Resolución 3379 de 10 de noviembre de 1975, que recogía
la Declaración de México y fue ratificada por la Asamblea General de la ONU,
manifestaba que, "la paz y la
cooperación internacionales exigen la
eliminación del colonialismo y el neocolonialismo, del sionismo, del apartheid
y de la discriminación racial en todas sus formas". Fue aprobada por 72
votos a favor, 35 en contra y 32 abstenciones.
Estados Unidos presiona para suspender los efectos de la
Resolución 3379
Sin embargo, la resolución —que era de carácter declarativo
y no vinculante—fue revocada en su parte determinativa por la Resolución 4686
del 16 de diciembre de 1991, bajo fuerte presión de Estados Unidos, y es una de
las más cortas en la historia de la Asamblea General:
46/86. Eliminación del racismo y la discriminación racial
La Asamblea General
Decide revocar la determinación que figura en su resolución
3379 (XXX), del 10 de noviembre de 1975.
16 de diciembre de 1991.
Necesidad de Reactivar la Resolución 3379
La Resolución 3379 quedó en suspenso, pero no eliminada, y
es necesario reactivarla para luchar contra la segregación, la discriminación y
el apartheid. No es posible legitimar el sionismo como base de un Estado porque
ello equivaldría a aceptar el nazismo como sustento de una nación.
Ahora que Israel ha anunciado que van a legitimar en este
mes de julio la ocupación de Cisjordania (territorio palestino ocupado
ilegalmente) debemos restaurar la vigencia de la Resolución 3379 para continuar
la lucha contra el apartheid, la segregación y la discriminación.
julioyao1@gmail.com
Acuerdense de una cosa, Israel, el pueblode Dios, siempre prevalecerà por sobre todas las cosas, gustenle o no. Es bìblico y punto.
ResponderEliminarEl sionismo, siendo un dogma atribuido al creador, seria uno mas de los errores como fue el de la creación de belcebu.
ResponderEliminarNo hay que confundir la gimnasia con la magnesia. El sionismo desde sus inicios es un movimiento político el cual defiende el estado de Israel, en territorios que fueron caananitas, y no palestinos, como algunos pretenden hacer creer, y Nunca puede ser considerado como un dogma atribuible a Dios. Y en cuanto a belcebu, o Satanás, es indudable su existencia, y no un error de la creación, como algunos consideran.
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