martes, 31 de julio de 2018

La iglesia nicaragüense y su guerra santa contra el sandinismo


Por Rolando Prudencio Briancon:

Tal es el grado de hipocresía de la iglesia católica nicaragüense que ni siquiera ella ha tenido coraje de acusar al gobierno sandinista de estar librando una guerra en su contra -tan falaz esta acusación, como que ella es la más interesada en que se pacifique el país de Sandino- y le ha pasado esa falaz faena al vicepresidente yanqui Mike Pence, quien acaba de acusar al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, de estar librando una “guerra contra la Iglesia Católica", que actúa como “mediadora” en el diálogo nacional que busca una salida a la crisis sociopolítica que ha dejado más de 350 muertos desde abril.


Una reciente investigación de dos académicos norteamericanos: Kevin Zeese y Nils  Mc Cune de la universidad de Michigan contradice esta visión de Pence, toda vez que la investigación de ambos académicos concluye en que la iglesia católica nicaragüense se ha convertido en uno de los pocos pilares que mantiene vivo el golpe.

Es más, los hallazgos determinen que los obispos nicaragüenses han amenazado de muerte a la familia del presidente, y  además existen evidencias de la existencia de sacerdotes que supervisan las torturas de los sandinistas, a manos de los grupos golpistas.

No es ninguna novedad el papel violento que la iglesia históricamente ha jugado contra las ansias de emancipación de los movimientos liberadores, como ahora contra los gobiernos populares. Es más, nunca sus jerarquías han dejado de ser aliadas de los grupos de poder constituido, y por esa razón las corrientes izquierdistas han sido el mejor blanco para descargar su derechizado credo, intentando inculcar el credo de la resignación de su rebaño como si fuese el verdadero camino de la liberación. No en vano Mateo 5: 3-11 reivindica la resignación en aquella Bienaventuranza de los pobres de espíritu, porque de ellos será el reino de los cielos

En Nicaragua la iglesia que se ha puesto al servicio de las familias oligárquicas de los Chamorros, Cardenal, Belli, Pellas, Lacayo, Montealegre, y por esa razón su rol más que de mediadora es de mercenaria, para que una vez que logre que el gobierno sandinista baje la guardia, el golpe se le venga encima.

Claro que Daniel Ortega no es un novato en las lides de enfrentar los gérmenes contrarrevolucionarios, como hoy la iglesia se propuesto germinar, y que es desatando una “guerra santa” contra el sandinismo para escarmentar la estoicidad emancipadora de un pueblo que ha perdido la fe en una iglesia pro imperialista.

prudenprusiano@gmail.com

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