miércoles, 13 de junio de 2018

Una nueva era del gran garrote y del Plan Cóndor contra Venezuela


Por Diego Olivera Evia:
EEUU y el Mercenario Almagro no lograron mayoría en la OEA 
Luego de los ataques sistemáticos de EEUU en la Organización de EEUU, aplicando sus políticas coercitivas, amenazando con usar sanciones a los países latinoamericanos, no pudieron superar los 19 países para intentar sacar al gobierno Bolivariano de Venezuela, la actitud valiente del Canciller Venezolano, Jorge Arreaza, centro su debate en la falsa moral y ética, de varios embajadores latinoamericanos. Como centrar sobre el Secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro el carácter mercenario de sus acciones, dejando de lado el terrorismo de los gobiernos de México y Colombia , narcotraficantes y sus paramilitares, con miles de dirigentes sociales y políticos asesinados, mostrando una vez una farsa de la indignidad, lo inmoral y la concepción terroristas de EEUU, que con su Vicepresidente Mike Pence y el Canciller Mike Pompeo, que se fueron con las manos vacías y tragándose su derrota.


Nos parece importante mostrar la prepotencia de Donald Trump
La aplicación de la política del Gran Garrote contra las naciones de América Latina, solamente en el periodo previo a la Primera Guerra Mundial, incluye:

1.            El apoyo estadounidense a la Separación de Panamá de Colombia en 1903, cuando el gobierno Colombiano rechazó la propuesta de Roosevelt para construir el Canal de Panamá. Panamá, por entonces una pequeña parte de Colombia, era foco de atención de los intereses de Estados Unidos. Al sumarse compañías francesas en el suministro de materiales para la construcción del canal, los precios subieron y Estados Unidos se negó a pagarlo. Entonces, E.E.U.U. "preparó" una revolución en Colombia, y el 3 de noviembre de 1903 Panamá (con la ayuda de la Marina Norteamericana) se levantó contra el gobierno colombiano.
2.            Panamá se convirtió en una nueva república, recibiendo 10 millones de dólares de Estados Unidos, quien recibió además los derechos al canal "en perpetuidad". Colombia intentó por todos sus medios revertir la situación, sin éxito.
3.            La ocupación militar de la República Dominicana entre 1916 y 1924. La primera ocupación estadounidense de República Dominicana se produjo entre 1916 y 1924. Fue una de las numerosas intervenciones en América realizadas por las fuerzas militares estadounidenses.
4.            El 13 de mayo de 1916, el contraalmirante William Banks Caperton obligó al secretario de Guerra de la República Dominicana Desiderio Arias, quien había ocupado el cargo durante el gobierno de Juan Isidro Jimenes Pereyra, a abandonar Santo Domingo bajo la amenaza de realizar un bombardeo naval a la ciudad.
5.            La ocupación militar de Cuba entre 1906 y 1909. La segunda intervención estadounidense en Cuba se produjo cuando el presidente Tomás Estrada Palma pidió nuevamente la intervención militar de Estados Unidos en Cuba, el 12 de septiembre de 1906. El gobierno de Estados Unidos aceptó la solicitud y el 29 de septiembre de 1906 el Secretario de la Guerra de Estados Unidos, William H. Taft, asumió el cargo de gobernador provisional de Cuba.
6.            La ocupación militar de Haití desde 1915 hasta 1934. Después del asesinato del presidente de Haití Jean Vilbrun Guillaume Sam en julio de 1915, el presidente norteamericano Woodrow Wilson envió a Haití tropas de marines con el objetivo de restaurar el orden y mantener la estabilidad económica y política en el Caribe. Esta ocupación se prolongó hasta agosto de 1934, cuando las últimas tropas invasoras abandonaron las costas haitianas.

Esta política también fue aplicada al final de la Guerra Ruso-Japonesa en septiembre de 1905, cuando el Presidente Roosevelt afianzó su posición como un líder fuerte pero imparcial, con el objetivo de negociar un tratado de paz entre las dos naciones. "Hablar de manera suave" le ganó a Roosevelt el suficiente prestigio para ganarse el Premio Nobel de la Paz al año siguiente por sus méritos.
Posteriormente, esta doctrina siguió siendo aplicada. Por ejemplo, en la década de 1980 con la fundación de las Contras, guerrillas anti-comunistas en Nicaragua.

La frase también se refiere a las intervenciones estadounidenses ocasionadas por la "discapacidad" de los gobiernos locales de resolver asuntos internos desde el punto de vista del gobierno de Estados Unidos y protegiendo los intereses de ciudadanos y entidades estadounidenses. En tal sentido, Roosevelt postulaba que los desórdenes internos de las repúblicas latinoamericanas constituían un problema para el funcionamiento de las compañías comerciales estadounidenses establecidas en dichos países, y que en consecuencia los Estados Unidos debían atribuirse la potestad de "restablecer el orden", primero presionando a los caudillos locales con las ventajas que representaba gozar del apoyo político y económico de Washington ("hablar de manera suave"), y finalmente recurriendo a la intervención armada (el "Gran Garrote") en caso de no obtener resultados favorables a sus intereses.

El Plan Cóndor
El denominado Plan Cóndor fue una coordinación represiva o conspiración entre los servicios de inteligencia de las dictaduras que gobernaban países del Cono Sur (Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia) en coordinación con Estados Unidos y la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por si sigla en inglés) Fue creado un 25 de noviembre de 1975 durante una reunión entre el jefe de la dirección de inteligencia chilena, y líderes de la inteligencia militar argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Más de 40 años después, el guion se repite, esta vez sin la misma violencia, pero con las mismas pretensiones: erradicar la izquierda y sus ideas en la región, tal y como lo han afirmado importantes figuras que representan Gobiernos latinoamericanos.

La reedición del Plan Cóndor busca la coordinación de los dirigentes de derecha en América Latina para aislar del contexto regional a las naciones con gobiernos progresistas. El nuevo Plan Cóndor busca el revanchismo político de la derecha al destruir y desprestigiar los avances sociales alcanzados por los gobiernos de corte socialista. Esto se evidencia con la llegada en diciembre de 2015 del Gobierno neoliberal de Mauricio Macri en Argentina, cuyas primeras medidas fueron despidos masivos, censura de medios de comunicación, privatizaciones y ataques contra países que no comulgan con sus políticas, como Venezuela. La estrategia injerencista e intervencionista de EE.UU, en Latinoamérica, en las décadas de 1970 y 1980, se basaba en los golpes militares para derrocar gobiernos y conformar regímenes y dictaduras pro estadounidenses; un ejemplo de estas acciones fueron los derrocamientos de los gobiernos de Salvador Allende en Chile (1973); Isabel Perón en Argentina (1973); el golpe de Juan María Bordaberry en Uruguay (1973).

Una entrevista de Miguel Jaimes
La serie de juicios contra importantes liderazgos progresistas, la creciente amenaza de grupos paramilitares, la criminalización de los movimientos de avanzada y los golpes a la economía de los países de conciencia popular, son parte de la reconfiguración del Plan Cóndor en América Latina, a juicio del analista y periodista, Miguel Jaimes. En entrevista exclusiva para el sitio web de teleSUR:
El constante ataque a la economía y los aparatos productivos de los países suramericanos y progresistas: Las maniobras para la baja de los precios del petróleo, el desabastecimiento en Venezuela, así como el sabotaje en el precio del dólar paralelo y otros relacionados con los indicadores económicos, forman parte del Plan Cóndor. Estos persiguen crear desesperación en la población y, además, afectar el financiamiento de los programas sociales.

Muerte de líderes de base media y baja de los partidos socialistas y populares: Refiere como ejemplos de persecución de liderazgos populares el asesinato de la líder indígena Berta Cáceres (Honduras) y del joven diputado Robert Serra (Venezuela). Estas acciones tienen como objetivo, principalmente, restarle los liderazgos influyentes a los partidos sólidos y desmoralizar a sus militantes.

Empleo de campañas mediáticas para criminalizar a los mandatarios y hundirlos políticamente: Además de buscar que sean procesados y desterrados del ámbito político, se cree que los medios de comunicación buscan influir en la población atemorizándola, manipulándola y deslegitimando los poderes. Ejemplo de ello, es que un expresidente como Álvaro Uribe (Colombia) "aparezca constantemente en los medios con sus opiniones sobre intervención militar sobre una nación soberana, llamando a las fuerzas armadas a hacerlo, ¿Quién es él para hacerlo? y ¿Por qué los medios han dado tanto despliegue a eso?".

Violencia y narcotráfico: Un mal que crece a lo largo de todo el continente y que se adueña de las poblaciones incluso más humildes con el objetivo de crear puertos libres para el tráfico de drogas entre el Sur y el Norte. Es una forma de terrorismo que incluso en Venezuela se ha desarrollado con la injerencia de bandas criminales que operan desde Colombia y que, según el analista, no solo busca generar temor e instaurar un mercado, sino además alcanzar el poder.

Criminalización de los movimientos de izquierda, corrupción y ataques al ambiente: Se busca con apoyo de los medios de comunicación culpar únicamente de la corrupción a los movimientos y partidos de izquierda, pese a que muchos de ellos son los que han iniciado la lucha por el esclarecimiento de estos casos. Se busca establecer una asociación entre los delitos y los líderes de izquierda. Asimismo, refirió que los ataques al ambiente para la explotación de recursos son en parte realizados por el brazo ejecutor y capitalista de los EE.UU.

ONG y la manipulación de jóvenes: Organizaciones como Súmate, liderada por la exdiputada de derecha María Corina Machado y directamente vinculada con el golpe de 2002, son las encargadas de generar movimientos en las calles con jóvenes utilizados para propiciar acciones violentas. Según documentos filtrados, la USAID y la NED invirtieron más de 100 millones de dólares entre 2002 y 2012 en auspiciar a grupos de oposición y crear al menos 300 nuevas ONG en Venezuela.

EEUU y el Mercenario Almagro no lograron mayoría en la OEA

El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, condenó la nueva intención injerencista del gobierno de Estados Unidos (EEUU), nación que ha planteado pedir la próxima semana ante la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) que Venezuela sea suspendida sea suspendida de ese organismo. “Condenamos la intención injerencista del Vicepresidente de EEUU, Mike Pence, que derrotado en su plan golpista contra Venezuela, anuncia que pedirá a la asamblea de la OEA la suspensión de ese país hermano. El imperio pretende usar la OEA como garrote represivo contra un país soberano”, acotó Evo a través de la red social Twitter.

El plan golpista al que hace referencia el Presidente boliviano, desde la llegada de Luis Almagro al cargo de secretario general de la OEA, en 2015, se ha promovido una intensa y agresiva campaña de guerra sucia contra Venezuela, fundamentada en la hostilidad y la mentira, al punto que, en 2016, Almagro presionó para que se aplicara la Carta Democrática Interamericana del organismo el país, acción que no pudo lograr.  Para consolidar la medida de suspensión se requiere que 24 de los 35 países miembros, es decir, dos tercios de la OEA, voten a favor de la solicitud. El pasado 30 de abril, el embajador de Venezuela ante la OEA, Samuel Moncada, denunció que desde ese organismo del que Venezuela lleva a cabo su proceso de retiro desde el año 2017 se planifica una intervención contra el país que es alentada y planificada por el gobierno estadunidense que encabeza Donald Trump.

diegojolivera@gmail.com

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