viernes, 27 de abril de 2018

Qué difícil es

Jorge Aniceto Molinari:
Tengo la sensación de que a medida que la crisis del modo de producción capitalista se acentúa es más difícil debatir, o por lo menos oírse (escucharse) los argumentos de un lado y de otro. Con mis 78 años prácticamente no tengo ganas o no me entusiasma ganar en el debate, ¿para qué? Sin embargo no es lo que aparenta o aparento, y para ello pongo mi experiencia en el gremio bancario de Uruguay (AEBU), como ejemplo. Al inicio de la década del 60 las asambleas de la banca oficial (bancos estatales), duraban horas y horas con una concurrencia esmirriada. Por otra parte las asambleas de la banca privada, eran enormes y luego de escuchar a su principal dirigente (en ese entonces Carlos Gómez) se cerraban. Entonces era muy común escuchar el comentario de que los bancarios oficiales discutían los problemas a fondo y los otros no.



Sin embargo la vida se encargó de demostrar que aquellos bancarios que llenaban las asambleas y rápidamente llegaban a una conclusión y se iban, cuando llegó la crisis de 1965, respondieron con una fuerza que asombró y fueron capaces de encontrar una solución para el gremio y para el país.-

La historia volvió a repetirse o mejor dicho se superó cuando la crisis del 2002, y el gremio bancario con el liderazgo de Juan José Ramos, este concurrió directamente al domicilio del Presidente de la República (Dr. Jorge Batlle) para que asumiera la crisis y rubricara el nombramiento de Alejandro Atchugarry en el ministerio de economía, para iniciar inmediatamente la negociación con el FMI; por otra parte cuantos disparates se dicen sobre estos hechos al no escribir los principales actores el relato verdadero. Lo que sigue siendo un desafío para quienes participaron directamente, aunque los fundamentales ya no están.
¿Entonces?: el debate tiene varios planos, y lo importante es alimentar ideológicamente las salidas de progreso que se pueden construir para el porvenir de la humanidad.

En la humildad de nuestros conocimientos esa es nuestra tarea.
Por ejemplo: hay una opinión generalizada de que hoy todavía existe a pleno el imperialismo yanqui. Sobre su existencia se hacen las más variadas tesis.
Por otra parte hasta la llegada de Cuba y su estructura económica estatal, con el apoyo de la Unión Soviética –imprescindible para que ello sucediera- y ahora Venezuela en circunstancias que deberíamos analizar más cuidadosamente, todos los gobiernos de fuerza tenían el aval de la Embajada de EE.UU. o debían considerarse muertos. Su graduación se realizaba en la Escuela de las Américas. El de Perú también fue un intento fallido, y es una larga y trágica historia. No tener en cuenta esto, desde mi punto de vista es una definición ideológica antidemocrática aunque se afirme ser demócrata. Y porque además la resistencia a esta realidad, generó en las fuerzas armadas, todo un legión de militares que hicieron el máximo de esfuerzos para romper ese cordón umbilical; como entre otros nuestro General Líber Seregni, en Venezuela el Coronel Hugo Chávez, en Chile Prats, Schneider, en Bolivia, Torres, en Perú, Velazco Alvarado, en Panamá, Torrijos y estoy cometiendo el pecado al nombrarlos de olvidar a otros muchos, que sacrificaron sus vidas en los intentos.-

La contra cara ahora que está en el tapete el rol de los escritos de uno de los más importantes dirigentes del Partido Socialista del Uruguay: Vivían Trias, es la pertenencia a la siniestra CIA, de figuras del mundo militar, político, periodístico y social o lo que el comisario Otero denunció en un programa televisivo –“Esta boca es mía” en Tele 12- de que Héctor Amodio Pérez era agente del Mossad israelí antes de su incursión tupamara. Y esto no lo escribimos para denostar la experiencia tupamara, que ideológicamente no compartimos desde sus inicios, sino para que se tenga rigurosidad científica a la hora de analizar hechos: como se produjeron, cuál fue su origen, cuales son los documentos que lo registran, y porque en ellos además se involucró a parte de los mejor de nuestra juventud, que nunca tuvo una idea clara del origen de los hechos políticos y sociales en los cuales participaba y daba lo mejor de su vida. No basta con la autocrítica de Mujica diciendo: “nos utilizaron”.

Nosotros por otra parte hemos llegado a la conclusión de que lo previsto por Lenin en “el imperialismo fase superior del capitalismo” se está cumpliendo plenamente; el pasaje del gobierno de los Estados al gobierno en pugna de los complejos empresariales multinacionales, algo así como la antidemocracia. Y como la historia no vuelve atrás, para reconquistar la democracia se necesitan de reglas universales o ya no la habrá.

¿Y entonces EE.UU.?: Es utilizado como el gran instrumento provocador de guerras, acentuando su rol de gendarme, en medio del desarrollo de una crisis interior de la que hoy ha surgido Trump, en que el endeudamiento es terrible y el envilecimiento del dólar cada vez más acentuado.

Ahora si la idea que prevalece es la del gran imperialismo kautskiano (en referencia a la teoría del súper imperialismo de Carlos Kautsky), y el dólar su instrumento de sometimiento, podemos llegar a las ideas más disparatadas, y por lo tanto no entender nada de lo que está pasando.
EE.UU. está en relación a su PBI tremendamente endeudado en dólares, ahora cualquier cantidad multiplicada por cero da cero. Por lo tanto el mantener el dólar alto no es para ellos ningún incentivo y al contrario luego de pasada la etapa Trump, de beneficio para los capitalistas autóctonos, viene la etapa de la competencia en el mercado mundial, seguramente de corta duración, pues los capitales que accionan el capitalismo mundial que seguramente también integra Trump imponen sus condiciones en la dimensión económica.

Surge ahora un candidato de la oposición venezolana que propicia como ocurrió en Ecuador, -por iniciativa de la derecha- eliminar la moneda nacional y adoptar como moneda el dólar. Por supuesto que las primeras reacciones frente al hecho y sin estudiar en profundidad el mismo, es de qué se trata de otra maniobra del “imperialismo”.
Si, efectivamente es una potente maniobra propagandística, frente a la imposibilidad de equilibrio monetario, para el cual Venezuela tendría que cerrar herméticamente todas sus fronteras, hecho que hoy 2018 ni Trump lo puede hacer.

Miremos el problema con más profundidad; un derrocamiento del Presidente constitucional Nicolás Maduro, significaría como lo podría haber sido en su época la invasión a Cuba, que Kennedy frustró y le costó la vida, una situación incontrolable (para el equilibrio teñido de guerras del capitalismo mundial) prácticamente en las fronteras de EE.UU. Eso es lo que están midiendo pensando en un manejo de la economía que a la vez le signifique a la gente un respiro.

Hoy en Venezuela, como ocurría con el mercado negro en los países del llamado socialismo real, es el manejo monetario el que provoca mayor resentimiento social, además de una fuente permanente de corrupción y de nada vale la promesa de que el Estado esté manejando una moneda fuerte, si la gente en la vida diaria no dispone de ella.

Si a ello le agregamos el avance formidable que constituye la creación de instrumentos monetarios digitales, pero a la vez su uso para una estafa como se ha venido haciendo con el Bitcoin, la incertidumbre por las diferencias que la gente no maneja entre monedas es aún mayor.
¿Ahora qué es lo que impide que los líderes actuales del progresismo en el mundo planteen la necesidad de terminar con la joda de las monedas y pasar a la unidad monetaria universal?
¿Puede existir hoy una llamada soberanía monetaria nacional, aún con las reservas de oro, o de petróleo,  que permitan una política en beneficio de la gente?

Cuando el triunfo de la revolución rusa, un joven propuso a Lenin eliminar la moneda, a lo que  él respondió con un análisis sencillo de cómo el intercambio de mercancías necesitaba de una mercancía privilegiada, que aún la humanidad no estaba en condiciones de sustituir, explicando además el rol que cumplía el oro ya en ese entonces. Afirmó además: cuando la humanidad supere esta etapa –de la cual solo estamos en los inicios- seguramente construirá con el oro letrinas para vengar los enormes sacrificios y crímenes que ha costado su uso.

Nuestra respuesta a lo de la soberanía monetaria es no, y en el plano ideológico es una materia pendiente para una gran legión de economistas que se consideran keynesianos o neo keynesianos y no hacen honor a la proyección monetaria que en su época dio Keynes a la economía mundial.

Un cambio sustancial hoy en beneficio de la gente sería medir toda la actividad económica en el mundo con una misma medida. Llevar lo que hoy se hace al nivel de la contabilidad de los complejos empresariales multinacionales al sinceramiento en beneficio de  todos.

Un segundo paso igual en importancia sería pasar a un sistema impositivo basado en la circulación del dinero que les permita a los organismos de la sociedad abordar todas las necesidades presupuestales, y proyectar obras que permitan organizar todo el trabajo humano. Ya no más capitales ociosos que son la contrapartida al mal uso de la capacidad de trabajo de todos los seres humanos, para lo cual hay que asegurar su salud, su educación, su vivienda, su vida en beneficio de la sociedad. Comenzar la tarea de dar muerte a los paraísos fiscales y a todas las lacras que la crisis de la predominancia del capitalismo alienta permanentemente.

¿Será esto el fin del capitalismo?: no, será el fin de su predominancia, y el solapamiento de un nuevo modo de producción que tendrá que buscar las formas de organizar el trabajo, eliminando la corrupción y todas las formas burocráticas que la sociedad ha ido generando con la perdida que ello significa para el trabajo productivo en beneficio de la sociedad toda. Será el inicio de una nueva larga etapa para la humanidad en que el nuevo modo de producción naciente podrá ir expropiando a los expropiadores no en beneficio de una burocracia estatal –que tradicionalmente se presentó como una alternativa confrontada con el capitalismo- sino de un bien social que nos represente a todos, con el funcionamiento democrático verdadero en manos de la gente.
sipagola@adinet.com.uy

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