domingo, 4 de febrero de 2018

La movilización del agro en Uruguay

Por Aniceto Molinari:

A propósito de la movilización del agro en el Uruguay, debemos deducir que existe un cuestionamiento al funcionamiento del Estado, a imagen de lo que  también sucede generalizado en el mundo.
Si es bueno o es malo para la gente, está muy vinculado al carácter particular de cada uno de los movimientos políticos, sociales, gremiales, involucrados, que objetivos pueden proponerse y cuales realizar.



Esto traducido a nuestra comprensión común significa lisa y llanamente, en que hoy los aparatos burocráticos, que de alguna manera marcaron el rumbo de la democracia, comienzan a profundizar sus crisis en función de la marcha de la economía.- Esto alarma porque hasta ahora lo mejor de la humanidad solo reivindica la democracia a nivel de Estado y por ahora se resisten a tomar y encarar al mundo y el funcionamiento de su economía tal cual es. Puedo “elegir” al Presidente de un Estado pero no puedo hacerlo para la “presidencia” de un conglomerado empresarial multinacional, o para los organismos financieros multinacionales. Recordemos que la Reserva Federal de EE.UU. es “privada”. El curso de la economía nos viene dado, no es parte del análisis de la “praxis” (expresión utilizada por los marxistas para asumir la realidad).

El gobierno del mundo ya no pasa por quien gobierna en un Estado, sino por quienes lo hacen desde los conglomerados empresariales multinacionales y son ellos en dura pugna quienes inciden en los que conforman  los gobiernos de los Estados que en “democracia” la gente “elige”.

En el año 2000, el entonces senador José Korseniak presentó un proyecto de ley para que cuando una delegación gubernamental del Uruguay fuera partícipe en distintos eventos en el exterior, expresara la necesidad de estudiar la aplicación del impuesto a las transacciones financieras especulativas a nivel universal; nunca fue considerado por nuestro Poder Legislativo, aunque de alguna manera el entonces Presidente José Mujica en la ONU (setiembre 2013) fue por el mismo camino, del que luego no se ha hablado (tema tabú). En ese entonces la observación que realizamos a esta importante iniciativa era que con la aplicación generalizada de un impuesto de estas características que hacía que toda transacción debía para ser válida quedar registrada- la actividad especulativa quedaba gravada en un mayor grado. Lo importante era por lo tanto introducir un cambio en la filosofía impositiva.

“Las cuentas no nos cierran” dicen productores agropecuarios “nacionales” uruguayos, y aún analizando rubro por rubro, exigiendo eficiencia, el manejo de las variables hace que el porvenir de esos productores sea ingobernable, aún cuando el Estado pudiera hacer lo que reclaman, que en la mayoría de los casos puntuales es justo. Esta es una diferencia fundamental con lo que sucede con los complejos empresariales multinacionales que invierten solo si le es rentable y si no se van y que además se manejan con una canasta de monedas al margen de las cotizaciones nacionales de las “monedas fuertes” y sin depender de las autóctonas. Con el agravante de que en la realidad actual no hay gobierno que pueda prescindir de esas inversiones. Esta tal vez sea una explicación de por qué las poderosas Asociación y Federación Rural del Uruguay se han mantenido sin dar un marco organizativo a esta movilización, aún cuando la acompañan. El hablar de atraso cambiario, es exigir un subsidio indiscriminado por medio del manejo irresponsable de la moneda y como si ella no afectara al conjunto de la economía y se pudieran determinar fronteras donde rigiera su valor.

Además la exigencia de eficiencia supone que quién la exige también lo deba ser. Todos sabemos que en mayor o menor grado todos los Estados tienen un funcionamiento ineficiente. El Uruguay lo es, si partimos, para poner un ejemplo, de su funcionamiento electoral, donde la negativa a instrumentar el voto electrónico supone un despilfarro de recursos en el que coinciden todos los partidos.

¿Es el precio de la democracia? NO, es el precio de vivir desconociendo la realidad económica actual del mundo, y en este caso concreto que tomamos como ejemplo el despreciar los avances tecnológicos para que beneficien a la gente. En la salud sucede algo parecido, hoy es posible con un enlace al documento de identidad tener la ficha de salud de cada uno en forma digital, y si a eso le sumamos la posibilidad de realizar exámenes, hoy de bajo costo, que permiten saber las enfermedades que ha tenido cada uno y a su vez ver la proyecciones de futuras posibles afecciones, tendremos una realidad muy distinta a la que hoy se planifican en costos cada vez más elevados para este rubro y en la perspectiva de ser siempre insuficientes.

El programa que hoy se plasma por parte de esta movilización, la sociedad lo conoce y su aplicación irrestricta supondría una mayor fractura de la sociedad uruguaya, es necesario negociar punto por punto y acordar planes conjuntos para mantener el aparato productivo y el entorno social de los mismos.- No rechazan –los denominados autoconvocados- los impuestos a los salarios, a las pensiones, y al consumo, se hacen cómplices involuntarios de la política que se aplica en el mundo contra la gente. Tampoco cuestionan el costo de los arrendamientos rurales y los costos financieros, la mayoría de ellos realizados por fuera del sistema bancario. No tendrían por qué hacerlo, el Gobierno y la Central sindical tampoco lo hacen. El ex Presidente José Mujica, si ha hablado del tema  costo de los arrendamientos aunque sin una propuesta por ahora para abordarlo. Es lo que hemos analizado como una grave carencia, desgraciadamente muy difundida en el mundo y concreta en el Uruguay.

Los Estados (todos), necesitan por lo menos racionalizar sus presupuestos, de salud, de educación, de seguridad social, en todos ellos el déficit se acrecienta, y por otra parte surgen para los sectores pudientes, los de altos ingresos, servicios diferenciados que hacen a la calidad de un sector minoritario en desmedro del conjunto democrático de la sociedad.
La impotencia del aparato político es muy grave y no existen soluciones nacionales, que hoy están restringidas a nivel de paliativos.
La actual movilización en el agro uruguayo debería servir para un debate profundo y honesto de la realidad en que vivimos.

Nuestra sociedad se ha mal acostumbrado a “joder al Estado”, quién no ha conocido a alguien que siendo un empresario no haya realizado para su empresa tres tipos de balance, uno dirigido a lo que  paga a la DGI (Dirección General Impositiva), otro con lo que debe pagar al BPS (Banco de Previsión Social) y finalmente uno para saber la verdad de su empresa. Pagar un salario y para estos fines hacerlo figurar por el mínimo; quién no conoce trabajos realizados en negro.- El Banco Hipotecario del Uruguay en los tiempos de la Presidencia de Jorge Polgar, sacó un préstamo para refacción de viviendas, que si se cumplían con todas las disposiciones legales (BPS, DGI), era inviable, por lo que se resolvió hacer ese tipo de préstamo con la garantía correspondiente pero sin especificar los fines.

Esteban Valenti denuncia el rol de los sindicatos correspondientes, en el enlentecimiento de las obras de UTE en Punta del Tigre con el fin de mantener la fuente laboral y hacerle pagar al Estado mayores costos, con el riesgo de costosos juicios. Luego de todo lo que hemos analizado podríamos decir: “el que esté libre de pecados que arroje la primera piedra”

No pensemos que esto corregido –que sería muy importante hacerlo- es suficiente para transformar una realidad de la economía cuyos signos fundamentales son la evasión y elusión fiscal, los paraísos y la emisión sin respaldo de la moneda, junto con ello el endeudamiento siempre creciente, la fractura en la calidad del trabajo, poco muy bien remunerado y mucho mal remunerado. El capitalismo ya no está en condiciones de hacer otra cosa, su tiempo histórico de predominancia como modo de producción está ya muy acotado y recurre a estimular las lacras y los vicios sociales, a estimular la guerra con todos sus actos de perversión.

Mucho se ha hecho en los gobiernos progresistas en el Uruguay como bien lo detalla el senador Charles Carrera (**), pero ello no es suficiente para detener el sangrado permanente de productores que renuncian a seguir en las condiciones actuales quedando el agro cada vez más a total disposición de lo que son las inversiones de las multinacionales, y sobre las cuales el gobierno tiene 0 influencia en cuanto al rumbo que pueda tomar su política.

El gobierno como lo ha manifestado debe negociar y analizar caso por caso, con ello ganará tiempo y podrá diferir conflictos, pero sepamos que en la agenda política deben estar inexorablemente los cambios a nivel impositivo y monetario que permitan privilegiar la eficiencia por sobre el burocratismo estatal, y eso no lo puede hacer ningún Estado por separado. A su vez las centrales sindicales solidarias internacionalmente, no tienen programa a ese nivel, como si la economía no hubiera sido pasada a ser gobernada por los complejos empresariales multinacionales. Hay que reivindicar la capacidad de proponer programas en beneficio de toda la sociedad, que ya no reconoce fronteras. Los medios materiales, los tecnológicos, son ya más que suficientes, la tarea es concretar la voluntad política que nos impulse en la superación de esta dolorosa etapa crítica.

El debate:
Un compañero inclaudicable de toda la vida, de los que habla Bertolt Brecht, me envía una nota precisamente la que comento del senador Charles Carrera.

Esta fue mi respuesta:
No se da cuenta o no quiere darse cuenta de la crisis actual que vive el mundo, y que inexorablemente cuestiona todos los avances que el Frente ha logrado en la coyuntura. Hay en el campo y en la ciudad sectores que están en un proceso de no rentabilidad -se ahogan - en beneficio siempre de las grandes inversiones, que a su vez tienen cada vez más limitaciones en el mundo y acuden a incentivar la guerra.

El Frente ha aprovechado la coyuntura pero ha acrecentado los vicios burocráticos del Estado, que empezaron por el problema de los casinos hasta los actuales con la basura, pasando por Pluna, etc.etc.

Esto no quiere decir que otro lo pueda hacer mejor; quiere decir que hoy salta a la vista la confrontación entre quienes producen con miles de dificultades -por supuesto- que no son todos y de repente ni siquiera la mayoría, y un aparato estatal tremendamente burocratizado.

Esto en política tiene consecuencias.-

Montevideo, 19 de enero de 2018.-
(*) Los “auto convocados” reunidos en Durazno (23/1/18), han ratificado su plataforma que  tiene toda la estrechez lógica de sus  intereses particulares –no podría ser de otra forma-, nota: no es casual que los voceros sean periodistas; el desafío es ahora para el Gobierno, el de explicar con claridad su política y gestión económica y abordar la solución de los problemas puntuales y concretos.
(**) La nota está en internet.

sipagola@gmail.com

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