sábado, 3 de febrero de 2018

Almagro y la MUD en el mismo colchón y de la misma condición

Por: Clodovaldo Hernández:

Decían  las abuelas que "los que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición". En política, esto funciona sin lugar a dudas. Por ejemplo, todo aquel que se acuesta con la oposición venezolana se torna  contradictorio, pitiyanqui e incapaz de asumir sus culpas.



Si se les antoja un ejemplo internacional, tenemos uno patético: Luis Almagro. El uruguayo secretario general de la Organización de Estados Americanos era, supuestamente, un hombre de izquierda, amigo incondicional del viejo guerrillero Pepe Mujica. Bastó que empezara a reunirse con  los dirigentes del antichavismo para que pasara a ser el secretario más obsecuente ante el imperio, para no decir arrastrado, que es una palabra muy poco diplomática.

Almagro se ha vuelto tan típicamente escuálido que ha asumido una de las características inconfundibles de los contrarrevolucionarios venezolanos: decir algo hoy y lo contrario mañana, sin que le tiemble un ojo. Por ejemplo, entre febrero y  julio de 2017, el personaje se dedicó intensamente a proclamar que la solución al problema político de Venezuela era adelantar las elecciones presidenciales. Ahora asegura que unas elecciones adelantadas es un abuso incalificable de la dictadura de Maduro que debe impedirse a toda costa.

Revisemos a grandes trazos esta manifestación evidente de los efectos del concubinato MUD-Almagro. Comencemos el  15 de marzo del año pasado, cuando  incluso advirtió que Venezuela podría ser expulsada de la OEA si no accedía a celebrar elecciones a la brevedad posible.

Un poco más tarde, a mediados de abril, mientras sus compañeros de colchón sumían a Venezuela en una oleada de violencia criminal, Almagro abogaba por las elecciones de gobernadores, bajo el alegato de que estaban rezagadas, e insistía en que también se adelantaran las presidenciales. “Lo que el país necesita es democracia, y la democracia tiene que venir a través de elecciones generales y devolverle al pueblo el poder de decidir”, dijo el caballero.

En mayo, en un informe que, por cierto, nadie le pidió, Almagro señaló lo siguiente: "Solo existe una solución a la crisis de Venezuela, la solución que reclama el pueblo, debe establecerse una fecha para elecciones generales inmediatas. Hay que devolverle el poder al pueblo de Venezuela".

El clamor de Almagro por los comicios cambió diametralmente cuando la guarimba comenzó a pasar factura en contra de la desquiciada oposición. El más claro síntoma de que habían cambiado los vientos electorales fue el resultado de las votaciones del 30 de julio para la Asamblea Nacional Constituyente. A partir de entonces, Almagro modificó radicalmente su opinión en torno a cuál debe ser la salida para la situación venezolana. Se volvió enemigo de las elecciones. Se opuso a las de gobernadores, pese a que había argumentado que estaban atrasadas. Se opuso a las municipales y hasta amenazó a la MUD con ponerle fin a sus relaciones carnales si osaban participar en ellas. Ahora ha llegado al extremo de decir que la comunidad internacional debe intervenir para impedir (en nombre de la democracia) las presidenciales que se realizaran durante el primer cuatrimestre de este año.

Igual que sus secuaces de cama, Almagro no ha considerado necesario explicar por qué lo que hasta hace unos meses era la gran solución, ahora es el gran problema. No se ha esmerado mucho en razonar un cambio de opinión de 180 grados. Podría decir "el año pasado, cuando yo pedía elecciones anticipadas, estaba equivocado, perdónenme", pero no lo ha dicho y no lo dirá porque tiene, por contagio de sábanas, otra de las marcas de fábrica del opositor criollo: la terca negativa a asumir su responsabilidad.

Para Almagro, ahora las elecciones son dictatoriales, mientras las sanciones de gobiernos extranjeros son democráticas. "Hay que hacer todo lo posible para que las sanciones internacionales funcionen y obliguen al Gobierno venezolano a rectificar. No hay sanción contra el pueblo venezolano. La peor sanción que puede haber contra los venezolanos son seis años más de Maduro, que es lo que viene después de esta elección. Y eso no lo podemos permitir”, afirmó el secretario, en lo que perfectamente pudo ser una declaración de uno de los muchos líderes de la MUD.
Acostados en el mismo colchón se han vuelto de la misma condición.

clodoher@yahoo.com


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