miércoles, 22 de noviembre de 2017

El turismo y la sostenibilidad o sustentabilidad

Por Víctor Manuel Barceló R.:

Acudí a un evento multitudinario en la ciudad de Puebla, México, que tiene por objeto fundamental propagar avances en las ciencias y las artes, con miras a formular y mostrar ejemplos palpables de tecnologías útiles al cambio social, mismas que capturan a la audiencia, tanto por su sencillez de presentación como por los aspectos que tocan e influyen en diversos campos del saber y la acción humanos: La Ciudad de las Ideas.

De entre los temas, todos atrayentes por cierto y con diálogos de alto impacto e interés social –causó sensación, por ejemplo, la presencia de Noam Chomsky por sus puntuales apreciaciones acerca de los diversos temas que maneja magistralmente y a los que ya me he referido en otras ocasiones- me interesé por el que planteó el Secretario de Turismo del gobierno mexicano, quien expresó cifras del crecimiento turístico y abogó por avanzar hacia un turismo sustentable, poniendo los ejemplos en constate incremento, que el corto tiempo de participación le permitieron. 

Tengo muchos años de interés en el tema, nacido desde mi tesis de grado en economía, en que aún la sustentabilidad o sostenibilidad no tenían manejo, pero bajo la conducción del Maestro Alonso Aguilar Monteverde, toqué temas sensibles y urgentes para el desarrollo con bienestar de las poblaciones en que se desarrolla la presencia de visitantes, nacionales o extranjeros, a quienes hay que atender con buenos servicios, alimentación sana y adecuada, confort habitacional y buenos paseos guiados, siempre en un ambiente de seguridad personal y social.

Pero las actividades económicas altamente remunerativas –como el turismo- son hoy objeto de control y acaparamiento de la producción o servicios, por parte de los grandes capitales, quienes programan sus actividades en una clara ruta financiero-mercantil, con la porción más pequeña del gasto encausada a remunerar a sus obreros y empleados, quienes en la Región Latinoamericana y Caribeña –con contadas excepciones- apenas perciben salarios para no morir de hambre, si bien pueden ser de los más altos generados por las “propinas” recibidas de los viajantes, complacidos por la  calidez y calidad de los servicios recibidos, o como secuencia de participar con su tierra y mano de obra en la preparación de muchos de los insumos necesarios para que la atención sea adecuada y fructífera a los viajantes.

Los trabajadores en la Región escasamente reciben educación para sus hijos y para ellos; cuando ésta cubre en los niveles primarios a casi todos los niños, la educación impartida adolece de múltiples fallas y escasez de recursos, aunque demagógicamente se asegure que esta es de calidad, como si de un mueble se tratara, cuando la educación debiera connotarse como de excelencia. 

La escasez de recursos puede deberse a la corrupción imperante, la cual apenas deja llegar una porción de ellos, destinados –etiquetados se afirma- para solventar requerimientos en las distintas áreas de atención relevantes en educación como: el acceso, la equidad de género o el logro académico. También es de considerarse la política impositiva, porque el estado de que se trate, aplica medidas impositivas para servir a los intereses de esos capitales –en su mayoría de origen transnacional- quienes regresan sus utilidades al origen o las usan para nuevas incursiones financieras, en otras regiones y países en que la mano de obra sea buena y barata. Algo similar ocurre con la salud, pero será motivo de otro trabajo.
Ver:http://www.redalyc.org/pdf/155/15525013005.pdf

El turismo, bien llevado por la autoridad y no puesto a merced de las leyes del mercado, puede cooperar a la mejora considerable en las condiciones de vida de quienes participan en sus actividades, directas e indirectas. Las primeras requieren capacitaciones e incluso especializaciones para ofrecer a los turistas de cualquier origen servicios de primera clase. Si de extranjeros se trata y además parlantes de otros idiomas, es conveniente el manejo adecuado cuando menos del inglés, y frases elementales del idioma en cuestión, así como conocimiento de sus costumbres de vida.

Mucho puede afirmarse respecto a la recepción y atención durante el período de estancia y los servicios de traslado y demás, pero ese tema, si bien tiene que ver con la sustentabilidad, es más bien consecuencia de lo que se logre en tal terreno y de mecanismos educativos que implanten organización adecuada, limpieza impecable y almacenamiento de residuos para su reciclaje integral, así como puntualidad en lo que se dice y hace.

Lo anterior se realiza en un alto porcentaje, cuando se busca conservar clientes, logrando que queden invitados a regresar. Tal vez el aspecto no desarrollado en lo general sea el del reciclaje integral, que ya corresponde a acciones indirectas, ya que éste requiere de especialización y ser llevado a cabo por empresas vinculadas pero no dependientes de quienes prestan los servicios.

Empero, una buena parte de los insumos para la buena atención al visitante, como acciones indirectas, pueden y deben ser producto de tareas colaterales, que den al entorno de las zonas turísticas, la posibilidad de ofertar de manera negociada, productos del campo –hortalizas, verduras, carnes- cuidando del ecosistema, para lo que tienen que ser superadas estrategias pasadas que cambiaban drásticamente la “vocación de la tierra” –bosques destruidos para trocarles por pastizales- y otras barbaridades como la explotación minera a cielo abierto sin respeto al hábitat, que tanto daño viene haciendo a pobladores originarios.

Es muy preocupante que en aras de mayores inversiones, se permita que esos territorios sean asolados por compañías extranjeras, que no se conforman con llevarse la riqueza del subsuelo, sino que desatienden a sus consecuencias en el ambiente y dejan que sus residuos contaminen, arrimando destrozos y desolación, a las pocas tierras de cultivo con que cuentan tales pueblos y comunidades.                 
                     
Los empeños multilaterales por hacer del turismo una actividad sustentable han llevado a realizar múltiples estudios que apoyan los acuerdos en la Organización Mundial de Turismo (2003-OMT). La OMT, que integra el sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), defiende e impulsa la práctica del Código Ético Mundial para el Turismo, buscando  extender la contribución socioeconómica del sector, atenuando sus posibles impactos negativos. Está comprometida a impulsar el turismo como instrumento para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), guiados a reducir pobreza y fomentar desarrollo sostenible en el mundo.
Ver: http://www2.unwto.org/es/content/acerca-de-la-omt

Producto de tales tareas colaborativas son los siete puntos allí concretados como objetivos fundamentales del Turismo Sustentable. Tales son:
1. Fin de la pobreza en todas sus formas y en todas partes. Las actividades turísticas representan 9% del PIB planetario, ocupando el 12.5% de la fuerza de trabajo. Su importancia crece para países que dedican mayor esfuerzo y allí esta actividad es igual al 70% de su economía. La OMT afirma que “El turismo es uno de los pilares más fuertes de comercio y de prosperidad mundial. La reducción de la pobreza es de los mayores desafíos globales.”
2. Finalizar con el hambre, lograr seguridad alimentaria y mejor nutrición así como fomentar la agricultura sostenible. La industria del turismo está creando más fuentes de alimentos a nivel local y sostenible, aumentando la producción local de alimentos con metodologías de punta -agricultura hidropónica, prácticas pesqueras sostenibles y nuevas alianzas con agricultores locales-. Sobrantes de alimentos se utilizan para programas de alimentación popular y convertir los deshechos en abono y energía.
3. Asegurar vida sana y promover bienestar para todos, a todas las edades.
Tanto resorts turísticos como destinos demandan ambientes que beneficien la salud como atractivo. Por otra parte, el turismo promueve en algunos sitios prácticas de vida saludables, (deporte, control del estrés y seguridad). En comunidades turísticas localizadas, el turismo provee recursos para centros de salud, hospitales y otros servicios de atención médica.
4. Garantizar educación de calidad inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos. La industria turística puede ser importante aliado para mejorar la educación.
5. Lograr igualdad de género y recuperar el poder de mujeres y niñas. Ellas representan mayoría de la fuerza laboral del turismo.
6. Asegurar disponibilidad, gestión sostenible y depuración de agua para todos. Desarrollado de forma sostenible el turismo, trae mejoras en gestión del agua y su depuración a una localidad. Otros negocios tal vez no, pero el turismo tiene el incentivo de proporcionar agua potable y depurada, para atraer visitantes y animarlos a volver.
7. Asegurar acceso a energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos. La industria tiene motivación intrínseca para utilizar energías renovables y proporcionar energía fiable a usuarios. Consecuencia de no hacerlo será afectar seriamente la industria.

Continúa afirmando la OMT que muy a pesar de los tiempos turbulentos para la economía planetaria, estos hechos básicos son poco probables al cambio. El foco es el potencial del turismo para la creación de riqueza en las personas más necesitadas sigue siendo una tarea y oportunidad inmensa.

Habría que hacer cambios hacia una economía planificada estratégicamente –diríamos- a fin de que la actividad turística beneficie a los inversores, pero con la condicionante de aportar inversiones y apoyos para producir todo lo susceptible y de buena calidad, que permita a los pobladores empoderarse de los beneficios de sus actividades –no solo el salario raquítico ofertado- sino las producciones pertinentes, de acuerdo a la vocación, usos y costumbres de los pobladores. (Continuará)

Ver:http://www.entornoturistico.com/la-sustentabilidad-del-turismo-omt/ 

v_barcelo@hotmail.com 

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