martes, 3 de octubre de 2017

La plaza tiene la palabra

Por Carlos Maldonado:
Guatemala
Se espera que Jimmy (perdiera el respeto para que se le llame Presidente), renuncie por fin el mes que viene. Se le está acabando el piso que el mismo socavó con sus transas y aliados mafiosos provenientes del oligarquía-ejército-narcotráfico.


La corrupción ha llegado a niveles que nunca los había logrado. Sin embargo, que nadie crea que hemos tocado fondo. A las intenciones de los dueños de los medios de producción del país, que son los mismos que se han enriquecido con los negocios fraudulentos que se hacen con el Estado para poder saquear sus recursos; los mismos embarrados en negocios ilícitos como trasiego de drogas, armas, personas son los mismos que no quieren que se toquen las estructuras y que queden tal cual están. Si la población no les hubiera puesto un freno a sus operadores políticos (diputados) a estos no les hubiera importado llevarnos a niveles de sobrevivencia como Haití, en nuestro continente o, de países africanos. Y, la represión, para hacer cumplir esos mandatos, hubiera llegado a escenarios muy parecidos a los de la época que vino después de derrocado el gobierno de Jacobo Arbenz Guzmán. Prácticamente, en este aspecto, los que ya sufrimos contrainsurgencia y genocidio, vemos hoy que la inseguridad y violencia que vive el país sigue reproduciéndose a similares escalas de aquellos tiempos.

La calle, llamada hoy La Plaza, obtuvo un pequeño triunfo cuando los diputados tuvieron que retractarse de las aberrantes leyes que habían aprobado con respecto al blindaje de sus secretarios generales por financiamiento anónimo. Empero, no puede confiárseles la reforma a la ley Electoral y de partidos políticos, ni mucho menos otras que pueden asegurar la disminución de beneficios para los trabajadores, como se ha intuido, sería su actuar con base a los mandatos fijados por sus financistas que son esas mafias conformadas por los oligarcas-ejército que nos han gobernado por más de 500 años.

La Plaza, que está conformada por variopintos movimientos, tiene que recurrir de nuevo a la fuerza de la calle y del grueso de su participación para lograr desaforar al corrupto Jimmy y los diputados que lo arropan por conveniencia. Empero, se sabe que, precisamente en la variedad de posturas, también está su debilidad. Por ello, es fundamental que una fuerza granítica y bien organizada como está conformado el campesinado hoy en día, sea la que logre el protagonismo en el interior haciendo presión desde el campo donde realmente se ubican los verdaderos intereses oligárquicos. Porque si de fuerza se trata se tienen que ganar posiciones en esta guerra clasista que se ha revestido de civismo, pero que a la larga ayudaría a dar un gran paso de toda la población hacia la ciudadanía y la construcción de identidad de todas y todos los guatemaltecos.  De allí, la importancia de que todos apoyemos ese ariete.

Guillermo101262@hotmail.com 

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