viernes, 22 de septiembre de 2017

Nos duele Colombia, nos duele la sumisión de Santos a Trump

Por Rolando Prudencio Briancon:

Venezuela se ha convertido en una contagiosa trinchera para defenderla, y de la que cualquier latinoamericano, por el legado del libertador no puede dejar de hacerlo. Incluso, más allá de defenderla por una cuestión de dignidad, deberíamos hacerlo por una cuestión solidaridad, toda vez que varios países de Latinoamérica -Argentina entre una de ellas- han sido beneficiados por la solidaridad del extinto comandante Chávez que se compró las deudas del Estado argentino.


 Claro que no es sólo Venezuela la que debería transformarse en una trinchera que deberíamos defenderla del injerencismo yanqui; sino a la propia Colombia, la misma que se ha convertido en la cabecera de playa para el injerencismo del imperio norteamericano, que a la cabeza del presidente Santos ha salido a defender las sanciones impuestas por Trump contra Venezuela.

Desde luego que nadie va pedir que Santos saque cara por Venezuela, pero sí para que por lo menos se respete la decisión de los venezolanos de sortear soberanamente su crisis a través de la Constituyente. Qué Santos hubiera querido que la solución se dé por vía de la violencia, es hoy ya historia, pues ahora el pueblo venezolano se ha pacificado, y se ha enrumbado en la dirección dialéctica de que sea a través de la Constituyente que sortee la crisis; y a la que hasta la propia oposición ha optado por sumarse para ponerle el hombro al país.

Es en esa sentimentalidad sentido que en las parabólicas palabras de del presidente Santos: “Nos duele Venezuela, nos duele la destrucción paulatina de su democracia, nos duelen los presos políticos”, el melodramático mensaje de Santos, pone en entredicho; no el sentido semántico de lo que como concepto abstracto es la democracia; sino lo que ya en un sentido real es la democracia, la misma que hoy es una vigorosa vivencia en Venezuela, con la vigencia de la Constituyente.

Lo patético de las palabras de Santos, es que de refilón se refiere a la liberación de los presos políticos, cuando en los hechos se ha dado el caso de  Leopoldo López quien ha sido liberado por los delitos de lesa humanidad. Qué a raíz de la intentona golpista de hace poco más de un mes existan nuevos detenidos, era algo inevitable de que se dé, pues las acciones violentas tienen sus responsables, quienes deberán pagar por sus actos, pues sin esos presos a los que hipócritamente se los llama “políticos”, la violencia seguiría vivita y coleando en Venezuela.

Santos, aparte de sumisamente someter la soberanía colombiana al imperio -que es lo que “nos duele” también ya que tiene siete bases militares yanquis instaladas en su territorio, acordado entre Uribe y Obama el 2009-; hoy el  premio Nobel de la Paz está detrás de ofrendar en bandeja de plata al plutócrata de Trump: el oro negro venezolano.  

prudenprusiano@gmail.com

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