sábado, 16 de septiembre de 2017

Chile Luchando contra el olvido

Por Eduardo Contreras:

Se cumplen 44 años desde el golpe de Estado contra el pueblo de Chile y camino ya del medio siglo bien vale aunque sea una breve mirada a lo que hoy somos como sociedad, cómo se comportan aquellos sectores que desataron la peor tragedia de nuestra historia, qué ha pasado con las víctimas y sus familiares y qué cambios en dirección a recuperar lo que teníamos se registra tras la destrucción de nuestras conquistas sociales provocada por la dictadura.



1.- Una elemental comprobación de cómo es la vida diaria en nuestro país nos muestra desde luego lo mucho que falta  para recuperar lo que teníamos en  1973. Pensemos por ejemplo en la Educación estatal gratuita y de calidad para todos, sin discriminación y que generó profesionales talentosos. Confirma esta afirmación el hecho que por esos años en los países del continente era común leer en los carteles de anuncio de oficinas de profesionales el orgulloso agregado de “titulado en la Universidad de Chile ” o “ titulado en la Universidad Técnica del Estado de Chile”.

Debe considerarse además  la garantía real que brindaba el Estado respecto de derechos esenciales de la persona humana, como el derecho a la Salud. Como una sencilla muestra a mano, debe señalarse la calidad y tamaño del edificio construido durante el gobierno del Presidente Allende para que fuera hospital allí en la comuna de Pedro Aguirre Cerda. No alcanzó a terminarse, vino la dictadura, años y años sin terminarlo, “ el elefante blaco” le llamaron y luego con la Concertación, igual, nada. Sólo este gobierno impulsó su conclusión definitiva….. pero ahora para centro comercial. “Es muy grande para hospital” escuchamos decir. Interesa más el comercio.

2.- En el país de antes del golpe – y especialmente en los años del gobierno de la Unidad Popular – existía un Estado fuerte, una economía planificada con activa gestión estatal y las principales riquezas nacionalizadas. Todo contrasta con nuestra dura realidad con un Estado “subsidiario”, es decir sin injerencia real en la conducción económica de la nación. Un Estado reemplazado por el “mercado”, es decir por grupos de grandes consorcios económicos y financieros, nacionales e internacionales. Y las riquezas naturales del país en manos foráneas o de amigos y parientes de Pinochet. Hasta el día de hoy.
Todo lo que contribuye a  explicar la situación real en materia salarial en el país. El economista de la Universidad Católica Marco Kremerman señala que la mitad de los trabajadores de nuestro país recibe un salario líquido mensual inferior a 350 mil pesos y la mitad de las mujeres recibe un salario inferior a 300 mil pesos. Ello explica la alta tasa de endeudamiento y de morosidad de la población. Según datos responsables, se estima que en el curso del presente año en Chile hay cerca de cuatro millones y medio de deudores morosos, la inmensa mayoría de los cuales tiene sueldos mensuales por bajo los 500 mil pesos. Sólo el 5% de los chilenos gana sobre un millón y medio mensual y las ganancias desorbitantes son apropiadas por un exiguo 1%.

Una de las principales razones de  esta inequidad está en la falta de capacidad negociadora de las organizaciones de trabajadores ; recién ahora se ha emprendido una reforma laboral que busca restituír su legítima fuerza a los sindicatos. Lo dicho hace muy explicable la violencia en el país y los altos índices de stress, suicidios, consumo de drogas y aumento de la delincuencia, entre otras consecuencias

3.- Antes del 73 Chile contaba además con una política exterior de independencia, de defensa de nuestra soberanía y de fortalecimiento de la unidad latinoamericana. La dictadura y los gobiernos posteriores no actuaron del mismo modo y la lamentable dependencia de la política de los gobiernos norteamericanos no ha estado ausente. Es más, nuestra cancillería ha dado señales negativas en materias como las relaciones con Bolivia y, en el caso de Venezuela, se ha puesto claramente del lado de los golpistas como lo prueban sus declaraciones del presente año y además olvidando absolutamente nuestra propia historia. Venezuela hoy  ( grupos violentistas de  ultra derecha, acaparamiento de productos básicos, actitud del gran empresariado y medios de prensa ) es como el Chile previo a la gran tragedia; algunas lecciones debería haberse aprendido, pero muchos “demócratas” de ayer están hoy contra el legítimo gobierno del presidente Maduro.

4.- En cuanto respecta al marco jurídico institucional del país, se mantiene la Constitución de Pinochet, elaborada por unos pocos agentes de la dictadura entre 4 paredes. Sólo el presente gobierno ha echado a andar un proceso constituyente que, esperamos, culmine en una nueva carta fundamental surgida desde la base social y en una asamblea constituyente.

5.- La memoria pareciera también fallarle a muchísimos chilenos y chilenas en materias como las batallas contra las dictaduras o en el apoyo a los familiares de las víctimas. Pienso, es un ejemplo, en la falta de apoyo a diversos actos de la mayor significación histórica y ética. Sólo por mencionar un par de ellos : ¿cuántas personas acompañaron en el recordatorio de julio de este año en el cementerio general  a los familiares de aquellos heroicos compatriotas que en su tiempo cayeron luchando contra dictaduras del continente por la libertad e independencia de pueblos como Nicaragua, Colombia, El Salvador o Guatemala ?

Todavía más : ¿es suficientemente conocida esta lucha internacionalista de tantos jóvenes chilenos, hombres y mujeres, estudiantes, trabajadores, profesionales, que cayeron en otras tierras por la libertad del continente? En aquellas naciones sí son reconocidos, pero para la mayoría de Chile es como si no existieran. Peor todavía : en nuestro propio país mientras se mantiene en parte la impunidad de feroces criminales y hay quienes les defienden y exigen su liberación, se persigue en cambio con saña a quienes algún día serán considerados héroes reales de la lucha antifascista. Hablamos en concreto de combatientes y dirigentes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, sin cuyas luchas tal vez todavía estaríamos en dictadura y que hace rato que es tiempo de reivindicar su valioso aporte a la recuperación de la democracia.

Tampoco vimos dirigentes políticos ni sindicales ni muchas personas acompañando la  marcha contra la impunidad en materia  de crímenes de la dictadura que organizaron las más importantes agrupaciones nacionales de familiares de las víctimas.

6.- Finalmente, ¿en qué están aquellos sectores que abrieron paso al golpe de Estado de hace 44 años? Hablo de los factores del poder real, concreto, es decir de quienes controlan el pensamiento social, es decir los medios de comunicación así como de quienes controlan el movimiento de la economía, es decir el gran empresariado nacional y externo y finalmente -  y lo más importante - quiénes controlan la fuerza, es decir los institutos armados.

El cuadro es desolador y preocupante. Los mismos medios de comunicación que impulsaron el proceso sedicioso y que luego fueron cómplices de los crímenes no sólo siguen existiendo sino que mantienen la misma línea editorial, ocultan o tergiversan información y dan tribuna a los que quiebran lanzas en favor de torturadores o asesinos.

De la descomposición y corrupción en las Fuerzas Armadas y Carabineros basta con apreciar las sorpresas  del día a día. Muchísimos millones de dólares saqueados al erario nacional por los altos mandos, jubilaciones multimillonarias, dobles jubilaciones, jubilaciones fraudulentas, robo directo de fondos estatales durante años siguiendo el ejemplo de su líder. Sin hablar del secretismo del empleo de los fondos de la llamada “ley reservada del Cobre” que nadie entiende porqué se mantiene. Corrupción iniciada en dictadura y sostenida hasta hoy.

De los grandes empresarios de ultra derecha, por cierto no todos ellos son golpistas, pero que los hay los hay, un botón de muestra. En octubre de 2016 en la causa rol n° 12 - 2013 compareció a declarar ante tribunales el otrora líder de la empresarial SOFOFA, don Orlando Sáenz Rojas. Dijo entonces que era inocente y negó toda participación en los hechos subversivos, si bien justificó el golpe y con mala fe acusó al gobierno de Allende de querer “instaurar un régimen tipo dictadura del proletariado”.
Descartó abiertamente toda injerencia suya y negó toda reunión conspirativa con  militares o con grupos extremistas como “Patria y Libertad” y finalizó categóricamente: “No conocí a persona alguna civil que tuviera alguna vinculación con la preparación del movimiento militar del 11 de septiembre de 1973.

Pero sucede que un mes antes de su declaraciones había publicado su libro “Testigo Privilegiado” en que abiertamente confiesa su participación en el proceso sedicioso y dice: “ La estrategia dio resultados porque, a los pocos días, apareció en mi oficina el abogado Pablo Rodríguez Grez quien, con cara de inocencia, me hablo de un coronel recién pasado a retiro versado en inteligencia y, que además era un furibundo antimarxista. En esos momentos teníamos buenas relaciones con Patria y Libertad, de forma que las recomendaciones que Pablo dejaba sobre mi escritorio durante sus visitas las tomábamos en serio……”.

Y en la página 69 agrega: “Así fue como conocimos al Coronel X, a quien jure que nunca revelaría su nombre y, aunque él ya no está entre nosotros, la promesa sigue en pie. Me inspiró confianza desde el primer instante, acepté sus condiciones, consensuamos un presupuesto inicial y nunca me arrepentí de mi acierto, porque los logros del oficial en los dos años posteriores fueron suficientes como para escribir una novela. Llegó a reclutar 72 agentes, insertos en todas las instituciones que nos interesaban y ni siquiera las directivas de los partidos marxistas fueron impenetrables para sus ojos y oídos.” “Nos reuníamos personalmente en raras ocasiones, pero yo recibía todos los días un informe de su autoría y nunca se me olvidara el día en que René Silva Espejo, por entonces director de El Mercurio, me declaró el hombre mejor informado de Chile, cuando en realidad, lo que me bastaba para ello eran los informes del Coronel X. ….”

En el libro el empresario informa que  “Una parte importante de nuestra estrategia de combate contra el gobierno marxista de Salvador Allende fue el apoyo a instituciones, grupos y movimientos potencialmente efectivos para ese propósito.” “Parte fundamental de ese plan era el refuerzo económico a radios, diarios y revistas de oposición, a los que el régimen se proponía ahogar a través del control del avisaje y del crédito.” “En ese ámbito, nuestra línea de subsidios alcanzo gran tamaño y estaba especialmente orientada a los pequeños medios de difusión en las provincias.”. “En lo que a organizaciones y grupos respecta, nos interesamos particularmente en el apoyo de dos de ellos: Patria y Libertad y el Movimiento Gremialista. La relación con estas entidades me puso en contacto con dos personajes inolvidables: Pablo Rodríguez Grez y Jaime Guzmán Erràzuriz…. ”

Y agrega Saenz: “Con todas esas consideraciones presentes, acordamos ir al paro, lo que requería preparar muchas cosas, como por ejemplo: vías de escondites, transporte y reuniones conjuntas de los líderes, campañas de lanzamiento, soporte publicitario y sistema de transmisión de instrucciones.” “Y, lo más delicado de todo, la ventana abierta – desde la clandestinidad – hacia los líderes políticos, institucionales e incluso gubernamentales en caso de mucho éxito. …”

En las páginas 96 y 97 Saenz se jacta del éxito de sus acciones, las mismas que ocultó al tribunal y dice: “ Ese increíble paro nacional acabó con el proyecto político de la Unidad Popular, porque frente a él se levantó la muralla enorme de una mayoría nacional movilizada y decidida”.
“Con las Fuerzas Armadas convertidas en un ente político deliberante, las horas del régimen estaban contadas y los diez meses siguientes no fueron otra cosa que la crónica de una muerte anunciada”.

Por cierto la participación del gran empresariado chileno no se redujo sólo a lo que haya hecho el ex mandamás de la Sofofa que fue sólo uno más de la larga cadena. Espero no se olvide, entre tantos otros ejemplos, lo de la falsa bomba de finales de 1970 en casa del empresario Jorge Yarur Banna, hecho que se le atribuyó a una supuesta entidad de izquierda y que resultó ser obra del propio empresario de conjunto con “Patria y Libertad” y la llamada “Democracia Radical”

Ojalá lo evocado en estas líneas ayude a mantener en la memoria cómo se abrió paso a esa dura etapa de nuestra historia de Chile, sobre todo porque sus autores – muchos de los cuales siguen vivos y actuantes - no parecen haber cambiado nada en lo esencial
eduardocontreras2@gmail.com 

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