viernes, 25 de agosto de 2017

Venezuela Una nueva agresión despiadada

Por Rodrigo González:

La “opción militar” manifestada por el Presidente de EE.UU, Donald Trump, en su vocación neocolonial, para elevar la violencia contra los pueblos de nuestra américa y el Caribe; amenaza con invadir la hermana República Bolivariana de Venezuela y avanzar en su sostenido plan injerencista por parte del Imperio Norteamericano, a través del Comando Sur, la CIA y el beneplácito de aliados como Luis Almagro de la Organización de Estados Americanos (OEA).


La derecha fascista internacional, hace sonar tambores de guerra una vez más, como ya ocurrió con 40.000 bombas en Libia, en Irak con el verso de las armas de destrucción masiva, sumado a las  terribles  masacres mercenarias en Siria, Afganistán entre otras intervenciones guerreristas en el mundo, sembrando a su paso muerte y devastación destruyendo pueblos hermanos con millones de desplazados de naciones agredidas por parte del Imperio más salvaje y poderoso del mundo.
 
En su locura de intervención militar-imperial, la nueva administración Norteamericana encabezada por el Presidente Donald Trump, se manifestó coincidentemente en tiempo en virtud del fracaso de las burguesías y oligarquías locales de Venezuela con apoyo extranjero claro, donde depositaban su financiamiento hasta tanto se establezca un gobierno paralelo o con apoyo a las intentonas terroristas para tomar el Palacio de Miraflores por oposición violenta, con grupos de choque, paramilitares y mercenarios y así acabar con el Proceso de la Revolución Bolivariana y el Gobierno legítimamente constituido del Presidente Nicolás Maduro en la hermana Patria de Bolívar, Zamora y el Comandante Chávez.

Esta escalada intervencionista se justifica frente a los diversos factores antidemocráticos y la derecha fascista internacional y a una “oposición” que fue nuevamente derrotada en la elección de la Asamblea Nacional Constituyente este 30 de julio de 2017, mediante el sufragio universal y a la vez ratificando un horizonte que como en el año 1999 con la Constitución Bolivariana y también con en el “Plan de la Patria” ratificare en democracia participativa y protagónica, ganada por la Revolución Bolivariana con más de 8 millones de votos de Venezolanos y Venezolanas en de la búsqueda de la Paz, el diálogo soberano, de respeto mutuo, sin injerencia en asuntos internos en nuestra Patria Grande Latinoamericana con derecho a desarrollar con dignidad y con orgullo modelos propios de desarrollo  económico, político, social; contra el salvajismo inhumano del capitalismo imperialista.

En el marco de la Carta de las Naciones unidas, el derecho internacional, el respeto a la autodeterminación de los pueblos el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) afirmó: “la situación de Venezuela no representa una amenaza para la paz y la seguridad internacional”.
Por otra parte y en virtud de las diversas sanciones internacionales impuestas, el relator especial de Naciones Unidas mencionó “que las medidas coercitivas unilaterales no debe en ningún momento ser utilizados como instrumento de política exterior, y que la vía que se debe establecer ante cualquier diferencia es sin duda el diálogo “Ningún estado puede aplicar o fomentar el uso de medidas económicas, políticas o de cualquier otra índole para coaccionar a otro estado a fin de lograr que subordine el ejercicio de sus derechos soberanos u obtener de él ventajas de cualquier orden”.

Como ha ocurrido en la historia con el Plan Cóndor, nuevamente sobrevuelan las águilas del Imperio en el cono sur, contra Venezuela tiene el aval de  Macri en Argentina, Temer en Brasil o Cartes en Paraguay (La nueva Triple Alianza) Uruguay, Almagro en la OEA incluso para justificar todo método ilegal, improcedente y antidemocrático de expulsión del MERCOSUR.  Tristes sus beneplácitos de nueva tecnología militar, manchadas de sangre del Pueblo como en toda guerra  junto a la persecución, tortura, desaparición y encarcelamiento de quien se oponga aunque sea por la Paz en Colombia y a acuerdos alcanzados, nunca respetados. Bases militares en todo el continente incluido Malvinas, operaciones militares en el cono sur, la triple frontera o el norte Argentino en una coordinadora represiva de los golpes de estado en Honduras, Paraguay, la intervención militar en Haití o intentos de magnicidio.
                                                                             
Reivindicamos la dimensión de la patria grande latinoamericana, como necesaria y clara respuesta a las históricas acciones de escisión y fragmentación de los sucesivos coloniajes españoles, portuguesa, inglés y norteamericano.

Un Camarada escritor, luchador Argentino Marco Teruggi  decía:

 “Mapa de la derrota opositora en Venezuela”:

“Pasó lo que les suele pasar: se equivocaron en sus análisis. Sobreestimaron la fuerza propia, subestimaron al Chavismo, leyeron de manera errada el estado de ánimo de las masas, calcularon mal las coordenadas del campo de batalla. Y en las batallas las responsabilidades son colectivas, pero diferenciadas: el peso mayor recae sobre los generales – así lo enseña, entre otros, el libro La extraña derrota, de Marc Bloch-. Porque hubo una derrota, táctica en el marco de un equilibrio inestable prolongado, pero derrota al fin, y eso trae cambios, facturas, desbandadas y cambios de posiciones”

Esta nueva amenaza de los EEUU a nuestra Zona de Paz, (declarada así y ratificada por los 33 estados miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC))

Encontrará en los Pueblos la defensa de nuestra naturaleza y de la humanidad junto a miles de millones de personas, cooperativistas, mujeres, jóvenes, obreros, campesinos,  indígenas que luchan contra del  poder mundial y sus propósitos en favor de más  ganancia, en un escenario de crisis capitalista mundial, pueda convertirse en otro “Playa Girón”

Los pueblos somos conscientes de la construcción del momento político en nuestra Patria Grande Latinoamericana y que requieren de los más altos valores militantes y también los más hermosos; como el internacionalismo en esta lucha de liberación, construyendo poder popular, hacia la construcción de una sociedad sin explotadores ni explotados: Una sociedad y una Patria Latinoamericana y Socialista!

Decía El Libertador Simón Bolívar: “No envainaré jamás la espada mientras la libertad de mi Patria no esté completamente asegurada”.

El Informador-Órgano de Comunicación del Movimiento de Ocupantes e Inquilinos MOI


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