Por Sergio Rodríguez Gelfenstein
El pasado 12 de junio se celebró la fiesta nacional de Rusia
o “Día de Rusia” instituido en conmemoración de la Declaración de la Soberanía
de la Federación de Rusia en 1990 y aprobado como tal en 1992, tras el proceso
de desintegración de la Unión Soviética. Este vigésimo séptimo aniversario
enfrenta al país a nuevos retos y compromisos en su disposición -ya lograda- de
volver a ser un actor principal del sistema internacional, del que había sido
excluido después de la desaparición de la Unión Soviética.
Por primera vez en 25 años, Estados Unidos no saludó a Rusia
en esta fecha nacional, al contrario, el senado de ese país aprobó nuevas
sanciones como represalia por la perseverancia rusa en defender su soberanía,
salvaguardar los intereses de sus pueblos y tomar medidas preventivas ante la
agresiva expansión de la OTAN que amenaza peligrosamente con el conflicto y la
inestabilidad mundial, al acercar tropas a zonas inmediatas de las fronteras
occidentales de Rusia.
La historia del pueblo ruso está plagada de momentos álgidos
y heroicos de lucha contra las adversidades, a comienzos del siglo XIX, el
hasta ese momento invencible ejército napoleónico, que campeaba a sus anchas en
Europa, fue derrotado de manera aplastante en Rusia que desarrolló la Guerra Patriótica,
para expulsar a los franceses y sus aliados del territorio nacional, le cupo a
este país, jugar el papel decisivo en la derrota definitiva del gran corso en
la Batalla de París a finales de marzo de 1814. Por primera vez, Rusia salvó a
Europa, casi 130 años después, la historia, terca como siempre, se repetiría,
esta vez de la mano de Adolfo Hitler, imbatible hasta ese momento en territorio
europeo, solo la resistencia épica de los pueblos de la Unión Soviética, en
particular del ruso que vivió entre otras, las epopeyas de Leningrado,
Stalingrado y Moscú, revirtieron el curso de los acontecimientos y al costo de
27 millones de ciudadanos, la mayor parte de ellos rusos, derrotaron al
nazi-fascismo hasta ocupar victoriosamente el Reichstag alemán el 8 de mayo de
1945. Rusia había salvado a Europa por segunda vez.
La cobarde rendición de Mijaíl Gorbachov y la posterior
desaparición de la Unión Soviética supusieron que a cambio de la aceptación de
que la Alemania reunificada ingresara a la OTAN, Occidente no iba a expandir
esa organización bélica hacia el este, lo cual fue rápida y perversamente
violado ante la debilidad extrema de una Rusia inerme y carente de conducción.
Ya en 1999 fueron incorporadas Hungría, Polonia y la República Checa a la
alianza guerrerista comandada por Estados Unidos, en 2004 se unieron Bulgaria,
Rumania, Eslovenia y las tres repúblicas bálticas que habían pertenecido a la
Unión Soviética: Estonia, Letonia y Lituania, con lo cual la alianza atlántica
se estacionó en las propias fronteras rusas, el proceso ha sido continuo hasta
la reciente incorporación de Montenegro, hace solo unos pocos días.
En el plano interno, Rusia debió pasar por la crisis
institucional de 1993, tras la aplicación de medidas neoliberales extremas que
deterioraron a niveles inéditos la calidad de vida de la población y que
pusieron al país cerca de la guerra civil, sin embargo, tal contingencia fue
superada, incluso tras una nueva crisis financiera en 1998, y en 1999 comenzó una tenue recuperación,
pero en 2000 accedió Vladimir Putin a la presidencia de la república iniciando
un período de restablecimiento de la economía y de restitución de la dignidad
rusa en el escenario internacional.
Toda esta historia deja ver a las claras que el pueblo ruso
no se va a amilanar fácilmente por mayores o menores sanciones occidentales. Al
contrario, hoy se pueden observar evidentes éxitos logrados en condiciones de
aplicación de dichas sanciones. Como señalara el Embajador de la Federación
Rusa en Venezuela, Vladimir Zaemskiy en el acto en conmemoración del Día de
Rusia en Caracas, el país está hoy más fuerte y unido, a pesar que el tiempo
transcurrido en estos 27 años han sido muy difíciles, y se ha debido transitar
por un camino de “nutridas adversidades e importantes avances y logros, que
fortalecieron el sistema político ruso”.
El Embajador Zaemskiy expuso algunas cifras que testimonian
los logros del pueblo ruso en la esfera económica en condiciones de una
coyuntura adversa en el mercado del petróleo, a pesar de lo cual, tras algunos
años de estancamiento la economía ha vuelto a crecer de manera estable. En este
sentido, ya a fines del año pasado el periodista ruso Oleg Kuzmin, especialista
en economía del periódico Vedomosti, había predicho que este año el país iba a
recuperar su crecimiento, teniendo una moneda estable y fijando una mayor
disminución de las tasas de interés y una inflación menor. Según el experto, con los precios del
petróleo alrededor de US$ 40 por barril, el país podría crecer un 1% después de
dos años de estancamiento, pero si el precio del crudo ascendía hasta US$
45-50, esa cifra podría llegar hasta un 1,5% anunciando el inicio de una
positiva espiral de crecimiento a futuro.
Recojamos las cifras que en este sentido, aportó el Embajador: “…la agricultura rusa ha
crecido 4,4%, alcanzando el volumen de la producción agropecuaria de 90 mil
millones de dólares, un record histórico. Además, en 2016 logramos convertirnos
en el mayor exportador de granos del mundo. El crecimiento industrial en el año
2016 fue de 1,3%. La inflación fue de 5,4%, la más baja de los últimos 25 años,
y el desempleo de 5,4%. Nuestro país cuenta con un potente resguardo en
reservas de divisas, que suman casi 400 mil millones de dólares. Se ha logrado
imprimir un impulso positivo al ámbito socio-demográfico de Rusia, que tras la
disolución de la Unión Soviética sufrió una grave caída, llevando la
expectativa de vida a 64 años en 1995. Ahora este índice aumentó 8 años y
llegando a 72…”
Es evidente que Rusia ha podido, y ha sabido adaptarse
positivamente a la caída de los precios del petróleo y a las sanciones
occidentales El ministro ruso de Desarrollo Económico, Alexéi Uliukaev declaró
que incluso en caso de aplicarse nuevas sanciones contra Rusia, éstas no
afectarán a la economía nacional. Refirió que suponer eso no era más que “una
retórica verbal que no tendrá ningún efecto macroeconómico real".
Tal optimismo no remite solo a las autoridades rusas, ya en
mayo de 2016 el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) había
predicho que se esperaba que en 2017, Rusia registrara un crecimiento moderado.
Un estudio al respecto realizado por esta institución, aseguró que el
fortalecimiento de la economía rusa se deberá a la recuperación de los precios
del petróleo y el crecimiento del consumo privado y las inversiones. Igual
opinión manifestó en septiembre del año pasado la Directora Gerente del Fondo
Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde quien adelantó que Rusia
saldría de la recesión y tendría un crecimiento económico de un 1% por ciento
para 2017.
El despertar económico de Rusia y la preocupación de sus
autoridades por solventar la difícil coyuntura económica no la ha distraído de
su papel protagónico y de su responsabilidad en la salvaguarda de la paz
mundial y la estabilidad política en el planeta. Así, ha jugado el papel decisivo
en la lucha contra el terrorismo en Siria y en toda la problemática del Medio
Oriente, participando simultáneamente y de manera relevante en los escenarios
militares, diplomáticos, políticos y económicos. Su alianza con China y el
fortalecimiento de la Organización de Cooperación de Shanghái con el reciente
ingreso de India y Pakistán son una esperanza para contrarrestar la actitud
belicosa y agresiva de la OTAN.
En este ámbito, el Embajador Zaemskiy destacó que “Una de
las prioridades de la política exterior de Rusia es desarrollar la cooperación
bilateral y multilateral con los Estados miembros de la Comunidad de Estados
Independientes. (…) Estamos interesados
en mantener un intenso diálogo con la Unión Europea y construir relaciones
mutuamente ventajosas con Estados Unidos. Rusia continúa impulsando sus
relaciones con los países de América Latina y el Caribe, tomando en cuenta el
creciente rol de la región en los asuntos globales”.
Al conmemorar este nuevo aniversario, resulta evidente que
contra cualquier pronóstico hecho a comienzos de siglo, al igual que en 1812 y
1945, el pueblo ruso pudo superar las adversidades sobreponiéndose a las
difíciles circunstancias impuestas desde el exterior, para superar los
obstáculos y avanzar exitosamente.
sergioro07@hotmail.com
Es bueno, regenera la multipolaridad en el mundo: individualmente tomados China, Rusia, e India y en conjunto como contrapeso a la OTAN
ResponderEliminarRusia es un aliado importante para Venezuela. Y Venezuela es un aliado estratégico para Rusia en América Latina y el Caribe. Es una perfecta simbiosis. Alianza ganar-ganar. No la sumisión que pretende USA.
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