viernes, 16 de junio de 2017

Petróleo y terrorismo fascista en Venezuela

Por  Iván Muñoz

Cualquier  análisis  sobre Venezuela omitiendo  el interés de Estados Unidos sobre los 300 mil millones de barriles de petróleo, las segundas reservas mundiales de oro y diamantes o los minerales estratégicos para uso atómico como plutonio, constituye al menos una ingenuidad y el poder mediático logra confundir a desprevenidos y a izquierdistas ocasionales sembrando nubes de controversias inconducentes en que se  obvia el fondo del tema: rol del imperialismo y expresión de la lucha de clases de hoy.


 Las bestiales manifestaciones de terrorismo fascista, violencia irracional, odio de clase y racismo, acciones demenciales como piras humanas de jóvenes en medio de algarabía antichavista, los ataques a centros hospitalarios, a transportes de alimentos y otras manifestaciones  al estilo de la” noche de los cristales” en Alemania, perpetrados  por la oposición, el poder mediático lo atribuye desvergonzadamente al Gobierno del presidente Maduro, a los cuerpos de seguridad o a los “colectivos”. Cualquier observador que haga un esfuerzo de objetividad  y se eleve por sobre la intoxicación comunicacional, podrá comprobar por sí mismo la realidad bandas paramilitares hermanadas con el lumpen y delincuencia tarifada, equipadas con  sofisticados equipos de combate, uso de drones y armas diversas, entremezclados con los decrecientes participantes de sectores medios operando bajo el sibilino manto de “manifestaciones pacíficas”,  acrecientan el foquismo intentado producir una insurrección impulsados por el sector fascista de la variopinta oposición de derecha.

Acusan de represión, de falta de libertades públicas y de prensa y los dirigentes de la conspiración derechista van y vienen  de Washington fotografiándose con Trump, recibiendo orientaciones  del Consejero de seguridad HR. MacMaster, circulan por Wall Street, y Europa gestionando la asfixia financiera o trajinando  ultimátum en la OEA. En Caracas  dictan  conferencias de prensa ante un mar de cámaras, manifiestan en las calles día por medio, y chillan que sufren un régimen dictatorial. ¡Curiosa dictadura!, Pinochet debe brincar en la tumba por el plagio.

Lo que cursa en Venezuela  es la “guerra no convencional” dirigida desde el Pentágono tras el  PETROLEO, que  como ocurrió con Irak, Libia y acontece en Siria son fuentes del recurso geoestratégico de dominación,   vital para el descomunal consumo estadounidense que con un 4,37% de la población mundial traga más petróleo que China, India, Japón, Rusia y Alemania juntos para mantener el descontrolado “american way of live” y nutrir su gigantesco arsenal de guerra.

Su dependencia energética se acrecienta por la espiral bélica, nutriéndose con un 40 % de fuentes externas, una del  convulsionado Golfo Pérsico, cuyo  Estrecho de Ormuz, definido por Nixon como “la yugular del petróleo” permite la salida de los tanqueros que abastecen a EE.UU. Japón y Europa. La volatilidad de la zona obliga a costosa protección naval y aérea navegando 45 días hasta las refinerías de Texas. Venezuela 5 días  es un objetivo geoestratégico y presa de su “guerra no convencional”, desestabilizando, creando el caos  para asaltar el invaluable botín y  siguiendo la trama en curso  muestra:

a) Obama decreta a Venezuela como:   “una amenaza a la seguridad nacional de EE.UU.”;
b) El documento Operación Venezuela Freedom-2, señala  en Fase-2, letra a. “Con los factores de la MUD  hemos venido acordando una agenda común, que incluye un escenario abrupto que puede combinar acciones callejeras y el empleo dosificado de la violencia armada bajo un enfoque de cerco y asfixia”;
b) Departamento Estado le asigna a Luis Almagro   que desde su “Ministerio de Colonias” bajo la figura de la “crisis humanitaria” apliquen la “Carta Democrática” ambientado la intervención externa con la complicidad de los gobiernos neoliberales dependientes de Washington;

d) El almirante Kurt W. Tidd, Jefe del Comando Sur en informe al Comité se Servicios Militares del Senado de EE.UU., señala: “La creciente crisis humanitaria en Venezuela podría obligar a una respuesta regional”, alertando  además sobre la influencia rusa, china e iraní en la región, (su patio trasero-) que supone una amenaza para los intereses del norte;

e) Maniobras militares “Tradewinds 2017” ( Vientos Alisios 2017”),( ¿recuerdan  “Operación Unitas en  Chile septiembre  de 1973?) , maniobras  escudadas en ejercicios  de “seguridad y defensa ante posibles desastres naturales marítimos y terrestres” (sic), concretamente es un camuflaje de prospección militar  proyectado a Venezuela realizado a 600 km de sus costas coincidentes con  la escalada violenta  de la derecha fascista y que  anteceden a  la “Operación América Unida”, en que intervendrán fuerzas militares de EE.UU. Brasil, Colombia, y Perú,- alineados en la agenda de “cerco y asfixia” diplomática diseñada en la OEA contra Venezuela-, proyectadas  para noviembre.

La ofensiva contra Venezuela  se afinca en la restauración conservadora en el  continente,  la asunción de Trump cuyo Secretario de Estado, Rex Tillerson, ex  gerente  de la Exxon Mobil  que explotaba  parte de la Faja Petrolífera del Orinoco nacionalizada por Chávez    sufrió la mayor derrota legal de su historia al perder demanda por 20 mil millones de dólares contra Venezuela.

La  recuperación  de la soberanía enfrentando al imperialismo es tarea ,compleja, titánica, librada con contradicciones, errores, avances y retrocesos, con manifestaciones oportunistas, de corrupción, discrepancias sobre el rumbo, etc., pero con  objetivo de liberación plena y el análisis del cuadro requiere severo rigor crítico, asumido desde posiciones de clase e identificando al enemigo principal,, sin perder la brújula. La suerte de Venezuela es la suerte de la liberación latinoamericana, lo menos que podemos hacer es informarnos y promover la verdad y la solidaridad.


iwlamur@yahoo.com

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