Fin de año: balances y anticipaciones que en economía son inciertas
y hay que tomarlas como tales
Por Omar Villanueva Olmedo:
Hay muchas instituciones bien conocidas y de prestigio que
anticipan cifras económicas en el país y en el exterior, algunas por ejemplo se
definen como “organismos autónomos y técnicos, que tiene por objetivo velar por
la estabilidad de la moneda, esto es, mantener la tasa de inflación baja y
estable en el tiempo”. Tomemos, por
ejemplo un país latinoamericano, algunas
comparaciones entre anticipación
y cifras reales: (1) en marzo de 2013 el IPC anticipado para diciembre de 2014
fue de 3% y la cifra real alcanzó a 4,6%, más de un 50% superior y (2) en marzo 2014
el IPC anticipado para diciembre
de 2015 fue de 3% y el real alcanzó a 4,4%, casi un 50% superior, lo que
muestra que hubo diferencias muy significativas. Y con respecto al PIB las
diferencias fueron más substanciales, pues desde el 2012 al 2015 las cifras reales cayeron fuera del rango
anticipado por los artilleros en marzo del año respectivo.
Esta es una
demostración clara de que hubo diferencias significativas tanto sobre IPC como sobre PIB,
lo que debe haber inducido sesgos en las decisiones de empresas y de personas y
significando traspasos, probablemente equivocados, de millones de dólares. Pero
lo más grotesco es que el 2013 se empezó a bajar la TPM -tasa de política
monetaria- para incentivar la inversión,
¡Lo que no ocurrió!. Se decidió, entonces, tener una tasa de interés real
negativa y la economía creció cada año
menos. Un verdadero récord de sin sentidos.
Por su parte, a la comunidad de negocios del mundo, y a las
personas en general, les interesa
conocer esas cifras anticipadas, porque las emplean en sus procesos
decisionales, para: invertir, desinvertir, adquirir bienes, fusionarse,
abandonar y otra muchas decisiones económicas.
Pero dadas las diferencias que se encontrarán en el futuro entre
estimaciones y realidad es necesario cuidarse de emplear algunos conceptos
particulares para reconocer que, aun contando con estas cifras, se está siempre
tomando decisiones económicas: bajo incertidumbre.
Es común que los valores futuros de las variables económicas
sean el resultado de modelos matemáticos, raciocinios, elucubraciones y
adivinanzas de diferente naturaleza que lleva a muchas personas y a
expertos, a declarar en reuniones, medios escritos, radiales,
televisivos o redes sociales, por ejemplo,
que en un año más la tasa de interés estará en un determinado valor, por
ejemplo, 3% y muchas veces sin dar siquiera una probabilidad de ocurrencia o
rango al menos.
Lo que no dicen es cómo
llegaron a esa cifra, ya que no hay ninguna persona o instrumento que ya
esté ubicado hoy día, en diciembre del 2017, diciéndoles que la tasa de interés es de un 3%. Entre hoy y ese diciembre de 2017 pueden
ocurrir un sinfín de cambios y hechos que lleven la tasa a valores: muy o poco
superiores o inferiores. Por lo tanto, los anticipadores no tienen cómo
asegurar que a fines del 2017 la tasa de interés será 3%.
La ciencias sociales,
por más esfuerzo que hacen no son capaces de responder cuál será con
certeza el valor futuro de sus numerosas variables, es simplemente imposible y
creer lo contrario es inaudito o solo un deseo o interés que aquello
ocurra. Después de mucho tiempo
nuestro gabinete ha llegado a tres conclusiones
sobre este tema:
(1) Para los que formulan y difunden los valores anticipados
de PIB, tasa de interés, IPC, precios de productos y servicios, etc. que se
entreguen antecedentes sobre el método empleado de manera de poder replicarlo,
que los posibles elementos de incertidumbre se expresen abiertamente para
reconocer la debilidad de las cifras entregadas, e indiquen explícitamente los
traspasos de recursos en la economía que implica si es que se cumplen las
anticipaciones de marras, y
(2) Para los usuarios que utilizan los valores anticipados
que recuerden que las cifras pueden ser cercanas o muy lejanas a las futuras
reales y que, por lo mismo, es
fundamental establecer los propios escenarios futuros, u otros métodos de
anticipación, de manera de comparar los entornos en los cuales es más o menos
posible que se confirme o rechace las cifras comunicadas, y
(3) Que se debe tener cuidado en la evaluación de frases como las siguientes: entre otras (a)
"que es muy complejo saber cuál de los escenarios se dará por la
incertidumbre que aún existe", o
(b) "que hay otras incertidumbres del exterior con los procesos
electorales en países europeos, los riesgos en China y los ajustes económicos
en algunos países de América Latina".
Más antecedentes sobre las bases utilizadas para este
artículo de síntesis están disponibles para consultas y discutir las ideas
expuestas.
Corolario: Hay que tener
mucho cuidado para producir y para usar las cifras sobre las variables
económicas anticipatorias enunciadas ya por los expertos, académicos,
autoridades, consultores, o pitonizos diversos y poner mucha atención a los
métodos que las sustentan y auditar -de ser posible en forma independiente a
intereses subyacentes- sus fundamentos y los cambios de escenarios así como la
emergencia de otros futuros no previstos.
El futuro es intrínsecamente incierto... más aun
considerando el volumen de "innovaciones disruptivas", nuevas
industrias emergentes e inversiones billonarias en ese ámbito que impactará las
economías -globales y tradicionales- y las expectativas ya sea si funcionan o
no.
ovillanueva.comunica@gmail.com
Director OLIBAR Consultores Lic. Ing. Ca. Universidad de
Chile
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