Por Daniela Saidman
La foto, conocida por demás, es de Elliott Erwitt.
Una mujer y un hombre cualquiera. Ni muy jóvenes, ni viejos,
dos como nosotros. Ellos, inconmovibles a todo lo que sucedía, se besaron para
componer una de las postales más hermosas que he tenido la dicha de mirar con
los ojos de afuera y los de adentro, porque hay un par de ojos que nos permite
mirar sintiendo.
No sé cuánto duró el beso, no importa. En ese momento ellos
fueron parte del paisaje que nos recuerda que la ternura es sobre todo una
forma de abrazarse a la vida.
dsaidman@gmail.com
Muy hermoso
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