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sábado, 11 de abril de 2020

Repartición de culpas




Por Carolina Vásquez Araya: 
La pandemia nos ha dejado en cueros, por decirlo de alguna manera.

Desconcierto es el término exacto para definir la atmósfera en la cual se hunde el mundo conocido para transformarse de golpe en una oscura repartición de culpas. El diminuto elemento que ha dejado en evidencia la pobreza de las políticas públicas, la ambición de ciertos grupos de poder y la cobardía de la mayoría de gobernantes, también despojó de velos a nuestras sociedades disfuncionales. Obligados por el miedo a un encierro voluntario o forzoso, nos encontramos a merced de decisiones en las cuales no solo no creemos, sino además nos huelen a traición y nos hacen desconfiar de nuestros pares.



El momento actual no podría ser más propicio para cerrar candados y limitar así libertades ciudadanas; las medidas restrictivas han logrado mantener aislados a grupos contestatarios, pero también han brindado oportunidades a otros mucho más agresivos y peligrosos, cuyo poder para transformar las democracias en dictaduras es facilitado por la paranoia generalizada y la parálisis ciudadana. Aprovechando este paréntesis de silencio político, no faltan las maniobras para utilizar la pandemia como mecanismo cuyo objetivo es asfixiar toda protesta y militarizar, casi sin oposición, ciudades y países víctimas del saqueo y la corrupción.

En estas circunstancias, aun cuando creemos con plena convicción haber alcanzado cierto nivel de conocimiento sobre el mal que se cierne sobre los pueblos –y sobre nosotros mismos- debemos reaccionar y comprender la dimensión del fenómeno que nos ataca, el cual no es solo un virus sino todo un tinglado diseñado en función de extraviarnos en un laberinto de rutas sin salida. De un modo perverso, grupos de poder se esfuerzan por desorientar a las grandes mayorías y, tal como si fueran un rebaño de ovejas, llevarlas directo hacia el reducto que les conviene y anular toda posibilidad de participación en las decisiones.

De ese modo, no solo dirigen el dedo acusador hacia quienes resultan ser las víctimas, sino también convierten en una potencial amenaza a los eslabones más débiles -política y económicamente hablando- de la cadena social y culpan por el caos a los trabajadores, los adultos mayores, las mujeres y los niños. Estas maniobras tienen como objetivo desestructurar a las sociedades y lanzar a unos contra otros en un ambiente de desconfianza y violencia que asemeja un retorno al medioevo. La manera cruel y deshumanizante como se ha utilizado la penosa situación de la pandemia en algunas ciudades, al extremo de que ciertos gobiernos usaran imágenes impactantes del drama humano en mensajes oficiales como ejemplo de lo que no se debe hacer, es un ejemplo claro de bajeza moral.

La situación de los pueblos latinoamericanos nunca había sido puesta tan en evidencia como en estas semanas de incertidumbre. Un continente arrasado por un sistema económico depredador cuyo poder descansa sobre estructuras de gobierno corrompidas hasta la médula, ha debilitado las funciones de los Estados al punto de carecer por completo de recursos para garantizar los derechos ciudadanos estipulados en sus textos constitucionales. De ese tamaño ha sido la traición de los cuadros políticos, pero, más grave aún, la codicia desatada de sus élites económicas y de los grandes consorcios internacionales.

La evidencia de nuestros males sociales nos ha dejado al desnudo, frente a nosotros mismos. Quizá sea la única oportunidad para transformar sistemas y cerrar filas, pero sobre todo para comprender la dimensión del peligro que nos acecha: la división y la confrontación entre quienes, al final del día, hemos sido elegidos por otros como víctimas propiciatorias.

Un virus despojó de velos lo más podrido de nuestro sistema.

elquintopatio@gmail.com

miércoles, 2 de octubre de 2019

El imperio de lo efímero y lo perdurable



Por Mariano Sierra:
Sus efectos ante las circunstancias sociales y políticas.
Hoy estamos circunscritos a un mundo globalizado, digital, relativista donde impera lo efímero, la nada, lo temporal y vacío. A esto se denomina también como algo líquido, pasajero, de cambios cíclicos, sin expansión. Vivimos pues inmersos en situaciones de vivir para ya, con demasiada intensidad, en un acelere desbordante donde todo sucede sin dar espera, porque algo nuevo está en camino que nuestros pensamientos no alcanzan a asimilar, solo lo que esta inmóvil es lo que percibimos. Ante la efimeridad sin revisión, aplicamos la política del avestruz, esto es, enterrarnos en la oscuridad, para dejar pasar el tiempo, viviendo y vegetando cual parásitos sin objetivos.

Todas las cartografías de nuestro vivir se enmarcan en lo fugaz, lo complejo en su gobernabilidad, en la comunicación tecnológica que aísla al hombre haciendo que sus relaciones con el otro sean fugaces, imperceptibles e indivisibles. Nada perdura en el mundo moderno tanto así, que pareciera que todo se eclipsa, que el vivir no parece una realidad ante la efimeridad del tiempo, y del espacio y los hechos y caos circundantes.

Lo efímero se torna agobiante cuando ante los entornos de la vida todo nos llegan inesperadamente, hay   convulsión de procesos sin que podamos muchas veces disfrutarlos o cambiarlos. Todo poder es efímero y si perdura es porque se ha vuelto un poder de dictadura. En ocasiones se torna un círculo vicioso cuando se asocian para hacerlo predominado la ambición compartida.  Lo efímero es lo más usual en el diario vivir.

Lo efímero y lo perdurable son dos fuerzas cuyo fin debiera ser buscar puntos de equilibrio para ejercer renovaciones siempre que convengan al bien común, tanto en el desarrollo, en lo tecnológico y en lo político- Lo efímero se disfruta cuando su proceso genera bienestar, felicidad, goce y libertad de espíritu que se intuye permanente en la historia como las luchas justas, políticas y sociales, símbolos de la rebeldía de los espíritus indómitos con justas causas.

 La vida trasciende ante lo efímero, pero también con lo perenne cuando el perenne evoca paz, evoca tranquilidad, pero ese perenne debe permanecer en observación, no sea que nos esté asfixiando sin darnos cuenta. Lo efímero convertido en perenne positivo trae como consecuencia el bien común, respiro de satisfacciones para trabajar con alegría haciendo productiva la vida.

Lo efímero es la vivencia de cada instante de la vida y la vida es de instantes evolutivos, es acción, cosa que no nos lo da lo perenne o inmóvil. El giro de la vida con todas sus vicisitudes nos hace alterar todos los procesos, penetrando hasta hacernos visibles el efecto mariposa, que aparece trayendo sus razones, sus efectos diversos. Buscamos la comprensión de los hechos, pero esa espera es el devenir de los efímero, son opciones, complejidades, hallazgos, conclusiones que flotan en el ambiente para tomar los cambios adecuados.

Esta amalgama asume en que lo efémero mariposa agrede llenando nuestro espíritu de alternativas, con incomprensiones. Que hacer...Es un reto que imprime carácter, pues, aunque seamos una golondrina de verano, dejamos en su estela física un mensaje........... Cuando el mundo gira, esos aleteos llegan con nuevos giros haciéndonos comprender muchas cosas, y ese comprender es acción, es renovación, es actualizar el ímpetu o la fuerza interior. Todo hecho critico dice el adagio por más leve, repercute en lo más hondo de una sociedad, y, en esa medida merece acción.

Como todo es acción, es enseñanza, creo que una frase hallada en lo profundo de las letras, avala el principio de la permanente actividad.... Quienes más leen, viven menos...... Si, viven menos engañados, menos explotados.

Esta reflexión puede con muchos corolarios, pero observemos el que nos conduce a que los cambios Traen nuevos horizontes muy puntuales cuyos efectos modifican todo tipo de formas de convivencia. Los giros se perfilan hacia la liberación del hombre, de las esclavitudes sociales, políticas y espirituales que no aportan nada al crecimiento humano. Cuando giramos  en el diario vivir, asoma a nuestra presencia solo lo visible, pues lo invisible humano se desespera en cada uno, en cada rostro, en cada presencia viviente que no alcanzamos a percibir o nos hacemos los indiferentes.

Lo efímero despega cambios, evoluciones que rompen orientaciones perdurables producto de la experiencia que buscan eliminar viejos vicios. Las liberaciones las buscamos en el efímero hoy y lo perdurable que, siempre están para reversiones. Despertar el vivir anestesiado es espíritu de transformación. Convivir en el statu quo es no avanzar, no avanzar que se rompe con la rebeldía de la acción pura que no se puede posponer. Rebeldía intensa que nos enseña Camus, igual a la rebeldía del evangelio que propago Jesús con su programa de enseñar al hombre a buscar lo nuevo tonificante en una disertación de vida alimentada con sus leyes de servicio y amor.

El presente mundo descompuesto por todos los flancos, no vislumbra una salida para fortalecer el bien común ni para enfrentar el genocidio contra la naturaleza, que, ante la catástrofe, entra en la categoría de crimen de lesa humanidad-.  La fuerza funesta de las violaciones que perduran en todos los escenarios, debe ser superada por la fuerza del cambio que simboliza lo efímero.

Respecto a lo efímero Nietzsche dijo que... de nadie estamos más lejos que de nosotros mismos. . La cosmovisión efímera y perdurable unificaran sus fuerzas para el cambio social y para transformar la paz social.   Otro pensador ante el espectro de lo efímero, Borges expreso en su momento que -...…-La eternidad contiene lo fugaz....

Colombia en su trayectoria histórica trae un pasado de procesos donde lo duradero es lo que prevalece, lleno de conflictos generados por la incurrencia de guerras de colonización e independencia, que al grito de independencia no sufrieron cambios, sino una perdurable hegemonía de poder, pues la voluntad política ha estancado al país en un statu quo, ha faltado evolución de estado que brinde horizontes nuevos de progreso para doblegar las necesidades humanas. Y en esta medida sabiamente Gandhi no dice que... Hay suficiente para las necesidades de todos, pero no para la codicia de todos......

Ante la encrucijada de lo efímero y lo perdurable como componentes de prácticas de gobierno, el fluir de las circunstancias esta aparejado de inmovilidad para producir cambios. El desafío es determinar para evaluar todas las necesidades para preparar proyectos decisorios que revolucionen el desatino al que estamos sometidos.

El ritmo de la historia lo modificamos con el esfuerzo general, pues el compromiso constitucional es trabajar socialmente por fuera de los desastres politiqueros y de los políticos que han sembrado ineficiencia con sus carencias de objetivos. El país no puede seguir a la sombra de amenazas, de falta de honestidad, de falta de gestión política y social y de voluntad de gobernantes.

Los cambios de paradigmas no se hacen con emociones y proclamas con creaciones de movimientos sociales. Se siguen perdurando las anquilosadas ideologías que solo producen patologías dominantes. Lo efímero o lo perdurable dentro del esquema que nos sostiene, lo que hace es generar violencia y corrupción para seguir alimentado la codicia y la sed insaciable de poder. La nación viene padeciendo las pandemias de los administradores que no ofrecen retos ni compromisos, solo vocifera sin sentido para que perdure lo perdurable y a veces lo efímero cuando conviene.

Los tiempos de elecciones son precisos para que aparezcan aduladores y disque salvadores de la problemática nacional presentando efímeras alternativas. Fugaces emociones primarias que caducan al culminar el proceso de votación.  El gobernar está en la calle, donde se desarrollan los procesos sociales, donde se realiza el diario vivir, donde se conciben las premisas para la gestión social, donde el gobernante y el político de viva voz debe escuchar al pueblo con sus sentires humanos.

La vida es efímera, como casi todo lo que rodea al ser humano... Es efímera la fama, el dinero, la salud, las pasiones, las emociones, las ideas, el desarrollo, todos los impulsos que determinan alternativas, las realidades sociales y lo que está en íntima relación a la adherencia humana. Ante cada situación todo desaparece y vuelve y así perdura lo efímero cambiando en el espacio y el tiempo.

Políticos y gobernantes son efímeros como la vida misma, solo que algunos se atornillan para la perdurabilidad. Ningún político o gobernante han sido de la esfera democrática, solo que han hecho uso de sus artimañas... Ellos, son producto de reciclajes, de procedencia de viejos movimientos, de uniones de gamonales y terratenientes, de oportunismos partidistas o nepotismos y así se van perfilando al envejecimiento en el tiempo y el espacio con finitud implacable.

 Son los politiqueros unos oportunistas efímeros que transitan haciendo perversos actos contra la sociedad, empujándola a la incertidumbre, pero al final caen en sus propias redes- Una anécdota romana dice que a los emperadores se les recordaban que ellos eran humanos....  Los políticos y gobernantes nunca son modestos y su poder como la vida es efímero, aunque quieran ser perdurables, cuales dioses del Olimpo. Que buena enseñanza nos dejó Bolívar cuando expreso en cierta ocasión. Prefiero.... el título de ciudadano...

Aprendemos dentro de lo efímero y perdurable, cuando aprendemos a comprender las necesidades humanas. Aprendemos cuando perdemos lo que hemos tenido, cuando estamos abajo, después de habernos encumbrado en el poder y en las opulencias y no las hemos sabido llevar con humildad y justicia.  Existe siempre el peligro de caer en los extremos, en la rigidez o lo flexible. Por ello debemos siempre permanecer en el ser por el ser, para ser- no por apariencias.

En Colombia ante tantas confrontaciones generados por las intransigencias humanas, por deseos de ruptura, por envidias, codicias y orgullos, vivimos el efecto mariposa donde se cruzan situaciones efímeras y perdurables que no se han sabido controlar. Mirando por el retrovisor, estos sucesos de muchas causas como el proceso de paz, son fiel copia de lo que otrora, la altivez malsana de próceres republicanos quiso imponer.

La patria siempre ha estado por debajo de las ambiciones de los partidos sin objetivos, de los politiqueros de siempre, que solo buscan su propia gloria, cual cesares de la decadencia que en su momento Vargas Vila los denuncio y que hoy se alzan también cuales duques con su imperio dictatorial y los esbirros senadores de unos partidos que cada día se hacen líquidos. Debemos estar atentos al paso del tiempo para aprovechar los vaivenes, sabiendo analizar, decidir cada instante, de cada hecho, pues lo efímero nos puede hacer perder oportunidades.

Todos sabemos o creemos saber que el sistema tiene montada desde la creación republicana estructuras para que operen acordes y puedan perdurar estables por todos los tiempos. El sistema que perdura, nefasto, sigue siendo elegido con estrategias y estereotipos engañosos para confundir la sociedad, con entropías vinculantes que emulan un desconcierto de fugaces sensaciones.  La era flamante de los discursos tóxicos ha perdido sentido, mientras la sociedad vive el desconsuelo pues no cree en sinfonías salvadoras de ideologías trasnochadas.

Lo efímero ha llevado a que la nada es la razón, es la toma de conciencia, mientras el pueblo busca hacerse oír, participar para hallar alternativas. La efimeridad invade las esferas sociales atrayendo con delirio para llenar los espacios de mentiras seduciendo con fervor frívolo. La comunidad ante lo diluyente politiquero cada día pierde el interés de la cosa pública pues fluye la indiferencia hacia las políticas de estado, hacia toda gestión pública.

En esencia, nada y efimeridad decepcionan llevando todo el curso social a una era del vacío. Al decir del pensador Guilles Lepovetsky, moda y efimeridad es propio de la cultura. - mundo que se identifica con un ideal, dentro de una sociedad individualista, consumista, impávida, llena de apatía. Esta cultura efímera absorbe los vínculos sociales, manipula la opinión, corrompe los debates, deforma la democracia.
En lo efímero y en lo perdurable, si existe la verdad, hay esencia de bien común y estabilidad social. Si la verdad se omite, nada fluye para la comunidad. Hay siempre necesidad de cambio, sin talar el orden institucional, sembrando principios de armonía, de solidaridad y servicio. Lo efímero y lo perdurable se expone para la esencia social. Quienes se apartan de estas directrices son lo irracionales que se creen humanos.

Hoy estamos viviendo disque la revolución del 4.0 y los emprendimientos, efimeridades que alzan sus vuelos no porque si, sino para el desarrollo de todos, no de unas parcelas especiales. Hay que construir país con hechos no con fugaces deseos expresados en una torre de babel. Cada etapa cronológica del hombre es fugaz, por lo tanto, debe aprovecharse en su máxima expresión para que produzca los efectos de una verdadera evolución. Noticias efímeras están en el ambiente por parte de las redes sociales, sin que sus resultados tengan efectos de progreso, de paz y armonía. Sus efectos mariposas están ocasionando rupturas y desastres sociales.

La duda en todo flamea con apoyo de una impunidad irreverente que lleva al traste a la justicia. Se alza el poder perverso mostrando su imperio ante quien se le oponga. Ilegitimidad democrática invade el entorno irrigando todos los terrenos humanos con el dominio político. Lo efímero, emotivo y ligero bloquea cual flujo que inunda los espacios sociales.

 Nada es absoluto, de allí que el relativismo haga parte propio de la convivencia del hombre, que debe ser mirado con la sabia prudencia. Se llega a la verdad con la verdad, ante lo efímero nada es definitivo, es un eterno aprendizaje como lo son los cambios, como la revolución misma que busca desplazar lo que perjudica el bien vivir. El hombre debe aprender a vivir entre lo efímero y lo perdurable y dentro de esas premisas vencerá todos los obstáculos pensando siempre en favor de los que sufren, con ética y verdad olvidándose de la patria boba que nos sigue acosando,
marsblawyer@gmail.com

sábado, 11 de mayo de 2019

Argentina y el grito desesperado de Macri


Por Eduardo Andrade Bone:

El gobierno neoliberal de Mauricio Macri hace aguas por todos lados y busca involucrar a otros sectores políticos de su incompetencia e incapacidad para gobernar. El intento de buscar negociaciones con sectores del peronismo no ligados a Cristina Fernández, es el reflejo del fracaso de las políticas neoliberales que tienen al país en la bancarrota y con la soga al cuello de la mafia del Fondo Monetario Internacional (FMI), que lucra con la deuda creciente del país trasandino.
Los diez puntos básicos con los cuales Macri, pretende engañar a una parte de la oposición y un presunto acuerdo para tratar de enmendar la catástrofe en que tiene sumido el país, más parece un acto populista electoralista, que la intención real de resolver los problemas más acuciantes de la economía de Argentina, puesto que Macri quiere darle continuidad a su gobierno nefasto y el fracaso de un cambio que prometió, pero que nunca llego.



Lo único cierto, es que cada medida que toma el gobierno de los incompetentes neoliberales de su administración empresarial, van tornando complicada la situación económica de la argentina, con una inestabilidad e incertidumbre creciente, que preocupa a los diversos actores políticos y sociales.
Ahora los payasos que se presten para salvar al régimen de Macri, electoralmente hablando van a terminar hundiéndose al igual que el líder de Cambiemos, puesto que Macri buscara posteriormente hacerlos también responsables de la crisis en que tiene sumido el país. Macri no quiere pagar los platos rotos solo y busca que los precandidatos presidenciales de Alternativa Federal, Miguel Ángel Pichetto, Juan Manuel Urtubey y Sergio Massa       lo secunden en el desastre.

El mandatario argentino sabe perfectamente que se encuentra entre la espada y la pared de allí su grito desgarrador para que el peronismo-justicialismo lo ayude a salir del fango en que se encuentra metido. Además, Macri, a través de este pacto con el cual pretende involucrar a sectores de la oposición y sus diez puntos básicos, el presidente busca limpiar su alicaída imagen y perdida de apoyo en las encuestas, especialmente en los estratos sociales medios y populares, a los cuales viene golpeando severamente la crisis económica, la que, cual espiral va empobreciendo más y más a los argentinos.

Macri no pierde el tiempo con su demagogia, populismo y falsas mentiras, pues su ambición de poder pareciera no tener límites, más aún cuando se encuentra en franco declive en la intención de voto y sin capacidad para enmendar rumbos. De allí que Macri habla de diálogo, de ser generosos y de llegar a consensos, para que él pueda salvarse.

Ahora el primer mandatario en sus últimas alocuciones suele agregarle a su verborrea, un abuena dosis de campaña del terror, pues suele hablar de volver atrás o ir hacia el futuro, en otras palabras, Macri dice “yo o el caos”, con un lenguaje mesiánico, típico de dictadores y neofascistas, que suelen creerse dioses, como el bufón Trump.
Lo cierto es que ante los gritos desesperados de Macri, los únicos que lo escuchan y apoyan, son los grandes empresarios, los que están ligado al poder del dinero (1%), los que aplauden al FMI y aquellos que han usufructuado de las política neoliberales del mandatario en desgracia y que se han enriquecido a manos llenas bajo la gestión del actual presidente, en perjuicio de las grandes mayorías cada vez más empobrecidas del país.

Al respecto y por ejemplo, el exministro de Economía Roberto Lavagna, virtual precandidato presidencial, expresó que el acuerdo que propone el Gobierno a la oposición "no funcionará" porque es "marketing", y rechazó participar de la iniciativa. "Está claro que el Gobierno atraviesa una seria crisis de confianza", afirmó.

Mientras tanto, el diputado Agustín Rossi comparó el potencial y presunto acuerdo político, para salvar a Macri, con el firmado en 1999 para sostener la convertibilidad (1 dólar costaba 1 peso argentino), y manifestó que los acuerdos deben hacerse "a favor del pueblo, no de los mercados".
El senador Marcelo Fuentes, manifestó que hay puntos del acuerdo de consensos básicos que propone el gobierno nacional que "son innegociables" y calificó a la propuesta como "un manotazo de ahogado" y consideró que se debe "discutir el hambre, los jubilados, los asalariados". "Están desesperados, el oficialismo pretende que la oposición se haga cargo del desquicio que generaron”, expresó en diálogo con medios radiales nacionales.

Lo cierto es que a la Argentina, no llegan los inversores, menos en periodos electorales y cuando Cristina Fernández, aún sin haberse declarado precandidata, está casi 10 punto sobre Macri en la intención de voto.

La inflación va de flujos y reflujos, igual cosa sucede con el dólar, pero con una tendencia a seguir subiendo, con un país con alrededor de cuatro millones de desempleados y sufriendo las pellejerías del neoliberalismo fracasado. Además, con cifras negativas en áreas como la industria, la construcción, el empleo y el propio crecimiento económico del país.

El grito de desesperación de Macri se parece a un lobo herido de muerte y busca todos los subterfugios y zarpazos incluso campañas mediáticas para arrinconar a Cristina Fernández, buscando encontrar algún ilícito para tratar de meterla en la cárcel, en los mismos términos que hicieron con Lula en Brasil, con una justicia mafiosa y corrupta, al servicio del poder del dinero, en donde todo es posible.

Está claro que Macri se encuentra acorralado y en camino hacia el abismo, producto de su incompetencia e incapacidad como un empresario mediocre, arrogante y sin sentido de país, cuya única preocupación es enriquecerse junto a su familia y amigotes empresarios. De allí, que las medidas de 10 puntos propuestas a sus adversarios políticos, no son más que un nuevo volador de luces, una nueva falsa, una nueva triquiñuela para mantenerse en el poder acosta de los neoliberales que hay en la oposición, a los cuales poco y nada les preocupa la suerte de la mayoría de los argentinos.
Macri ya no cuenta con estabilidad para gobernar, además con una buena parte de su propio electorado que se encuentra desencantado, que no cree en él, ya no le tienen confianza a su slogan de Cambiemos y que toman distancia de lo que han sido sus falsas promesas y su fracasada gestión para gobernar.

El presidente Macri con el objeto de involucrar en su desastre económico a diversas personalidades e instituciones, ha resuelto enviar una carta a los precandidatos presidenciales Sergio Massa, Roberto Lavagna, Juan Manuel Urtubey, Cristina Fernández, Miguel Pichetto y Daniel Scioli, a los veinticuatro gobernadores de las provincias argentinas, a autoridades de la Iglesia católica y evangélica, del Centro Islámico y la DAIA, a las principales cámaras empresariales y a los secretarios generales de la CGT.

Al respecto la expresidenta Cristina Fernández, favorita en los primeros sondeos de intención de voto, aún no se ha referido a la carta invitación, pero desde su círculo más cercano expresan que no aceptará ninguna conversación que implique un temario cerrado propuesto por el gobierno y ajeno a lo que ella considera son hoy los principales problemas que vive la Argentina.
Lo cierto es que el llamado de Macri requiriendo el apoyo a sus 10 puntos, no ha tenido mucha recepción, pues Massa y Lavagna se negaron de participar en una primera instancia, mientras que otros sectores políticos estiman que Macri lo que busca es dividir a la oposición.

La Argentina bajo la gestión presidencial de Macri, ha conducido al país hacia unas crisis económicas de proporciones producto de las políticas de apertura comercial total, dejando el país expuesto ante la mínima fluctuación de los mercados internacionales, lo que puede desencadenar nuevos golpes sobre la ya alicaída economía nacional.

Ahora de no arribar a buen puerto la crisis de los aranceles comerciales entre los Estados Unidos y China, puede significar el comienzo de una peligrosa guerra comercial, que pondrá la economía mundial “patas para arriba” y que en el caso de la Argentina, puede significar la quiebra total de la economía trasandina, ya que el país es muy dependiente de los vaivenes de la economía mundial.

Lo único que está claro, es que el actual desastre de la economía nacional y la incompetencia del empresario Macri para resolver la crisis, genera una gran desconfianza en el ámbito económico-comercial, a escala global. Ni su demagogia y populismo lograrán salvarlo de la debacle en que tiene sumido el país, más aún cuando el dólar se mantiene con una tendencia hacia arriba, que refleja una vez más, que las medidas desesperadas de Banco Central con el aval del FMI y Donald Trump, son ambiguas y no están dando los resultados esperados.

A fin de cuentas, lo único que busca Macri con su propuesta de 10 puntos, es no hundirse solo ante el descalabro económico, tratando de involucrar a diversos sectores de la oposición, al mundo sindical e incluso a las diversas instituciones religiosas del país, después 4 años de derroche de deuda macrista.

Comunicador Social.
Analista Político

aindoamericanap@gmail.com