Por Rolando Prudencio Birancon:
El liderazgo histórico de Rusia nunca ha sido motivo de alharaca, de aspaviento; menos de mitos para presumir ser paladines absolutamente de nada. Ha sido suficiente motivo la injusticia para sublevarse contra el abuso de poder; ya sea contra el zarismo o el nazismo.
En 1917 los rusos iniciaron una Revolución que no sólo acabó con más de 300 años del imperio zarista, sino que transformó completamente el sistema económico y político, dando origen al primer sistema comunista de la historia de la humanidad, y que tuvo una influencia innegable en el resto del mundo.
También fue Rusia, bajo el revolucionario régimen comunista de la Unión Soviética, que 40 años después lanza el primer satélite al espacio, denominado Sputnik, demostrando que los rusos no sólo saben revolucionar su sistema sociopolítico y económico, sino también el científico y tecnológico como ha sido la llegada -no vamos a decir conquista para no se vanidosos- del primer satélite para conocer el espacio ajeno a la tierra.
Decía que ese espíritu revolucionario ruso se hizo presente
derrotando al fascino, cuando derrotaron al nazismo, que intentó, en base a la
superioridad racial gobernar el mundo, por lo que salvaron de ese oscurantista
oprobio a la especie humana.
Claro que no todo han sido lauros durante la era moderna, pues las derrotas y fracasos estuvieron presentes en Rusia, como fue la caída de la ex URSS entre 1989 y 1991.
Hoy 30 años después de aquel desplome como potencia y como nación; bajo un liderazgo de un presidente como Vladimir Putin, quien sin querer ha desplazado a figuras del mundo del espectáculo (Hollywood), o a magnates sin carisma alguno, se ha convertido hoy en un líder que está a la altura de los logros de Rusia, como es constituirse en la primera nación que ha alcanzado el mayor nivel de efectividad alcanzado, con un 92% de eficacia de la vacuna Sputnik, tal como ha informado la revista estadounidense, especializada en área de la salud: The Lancet.
Este logro del liderazgo de Rusia podría servir no sólo para armar una patriotera parafernalia sobre el resto de las naciones, pero por contrapartida ha sido motivo para aclarar lo que ha dejado Putin como una condición sin cuórum de la obtención de la vacuna, señalando: "La vacuna contra co el coronavirus debe ser de propiedad común de toda la humanidad", como indicó durante la Cumbre de la Organización de la cooperación de Shanghái (OCS).
Dada esta pandemia la humanidad demanda urgentemente del liderazgo de naciones, como de personajes que se pongan del lado de ella, pues esta coyuntura del mortal contagio del coronavirus que vivimos, está amenazando la especie humana, y Rusia se ha puesto al frente de la batalla con la vacuna Sputnik, como cuando puso a la humanidad en el cosmos con el satélite también Sputnik.
rolandoprudenciobriancon@gmail.com
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