Por Mario Sierra:
Pensar y actuar ante las complejidades socio políticas en un mundo en conflicto
Vivimos jugando al homo sapiens y al homo deis. De acuerdo a
lo que apostemos, así mismo escogeremos el juego. En ese devenir en el casino
de la vida, las crisis, los debates humanos, las inflexiones modificatorias
surgen como alteraciones sociopolíticas para jugar a los cambios en el gran entorno
social. Aproximarnos a los puntos de inflexión que nos circundan, buscamos
dejar en plenitud todo aquello que esta distorsionando la curvatura de la vida.
Para enfrentar, para discernir, criticar para llegar a decisiones, el hombre requiere conocer rutas para enfrentar todo tipo de desafíos a las complejidades humanas. Ante esas realidades se ejercen posiciones de aceptación, de rechazo con contenido emocional con lo cual se incurre a proferir contradicciones o tomar decisiones inadecuadas.
Las inflexiones de cualquier orden humano, es el grado en el
tiempo y el espacio para modificar comportamientos adoptando diversas
prácticas, cuando se presentan posturas por hechos que afectan notoriamente al
grupo social provengan de donde provengan.
La pandemia está enseñando que los distintos desquiciamientos sociales,
administrativos, judiciales y políticos, generan picos agravantes con efectos
desproporcionados de malestar y precaria estabilidad social.
La libertad de conciencia y de nuestro interior pulsan el
espíritu en el tiempo y el espacio retándonos a dar forma a los cambios con
estructuras solidas de esperanza en momentos inseparables de resistencia. Y es
que el tiempo juega para todos, y para cada opositor adquiere razones
distintas. La vida nos lleva al espacio social donde agotar tiempos distintos y
en esos tiempos podemos establecer como se nos gobierna y conque propósitos, y
en esa carrera siempre surgen egoísmos, odios y contradicciones.
Tiempo para el tiempo nos da la existencia de un merecido
cambio, jamás un mundo vacío, pues del tiempo viene una existencia que dirá que
podemos transformar el mundo. El tiempo es invisible en los puntos de inflexión
y hay que tomarlo a tiempo con todas sus variables. Tiempo, espacio, energía,
conciencia y libre albedrio están allí para retornarlos ante las amenazas que
socaban nuestra existencia. Las inflexiones siempre conducen a revisar todo lo
que aflora a nuestro entorno para ubicarnos ante el valor de la verdad y la
justicia para difundirlas con sentido humanista y humildad ante cualquier
estrado aun en medio de heterodoxias u oscilaciones diversas.
Las inflexiones competen al grado en que un grupo modifica sus posturas adoptando practicas variables, cuando existan hechos desiguales e injustos, que llegan en cadena en los entornos familiares, sociales, políticos, de trabajo, entre otros.
El espíritu innovador a través de la inflexión nos lleva
analizar cosas nuevas dentro de los signos de los tiempos que plantea la
teología. Y en ese recorrido discernir los signos de los tiempos permite
entender el sentido de los cambios en lo espiritual. Así entonces, se detectan
los errores y las confusiones en el campo de fe que nos han creado. Discernir
pues, es abrirnos para atender nuevas realidades que de seguro han estado
ocultas o no se han querido dar a la luz. La filosofía de cristo es el gran evangelio
de la esperanza. La iglesia en contexto ha manipulado y desviado el evangelio
apartando a Jesús como guía de amor y servicio. En Jesús no podemos eliminar su
genealogía ni su trascender. Jesús es el conocimiento liberador subversivo que
se encarna con rebeldía contra el mundo imperial, sus leyes y su religión,
dícese, es el límite extremo de la razón con existencia desde siempre, exento
de fabulas, dogmas, atavismos, formalismos. Pensar, reflexionar, razonar, es
aprender a elegir en las dimensiones espacio y tiempo.
Hanna Arendt nos recuerda que al hombre no le importa el
mundo porque la perversión política impide el ejercicio de las acciones justas
y las relaciones interpersonales, para dividir. Hoy no se dialoga, ni se
debate, ni se reflexiona. En la sociedad prolifera el alegato, la discusión, el
insulto y los enfrentamientos, acogiendo el personalismo, donde el otro es
indiferente. Arendt plantea además que el apocalipsis transformador evoca la
reivindicación de la política como instrumento organizador de la sociedad y al
derecho como ordenador constitucional, defensor de los derechos humanos para
frenar la impunidad y permitir mecanismo de defensa como la desobediencia
civil.
Hoy vivimos incursos en un juego de tronos donde cada poder
desenvaina sus armas. Ese quehacer politiquero exhala irracionalidad, odio y
todo tipo de agresiones, siendo la sociedad la que recibe estos impactos, todo,
con la coadyuvancia de los partidos que solo buscan defender sus intereses
electoreros. Para este vaivén, las inflexiones
conducen a cambios radicales, haciendo acopio del pensar de Gandhi quien
señalo en su momento que.... Seamos el cambio que queremos ver en el mundo...
El aislamiento social que se vive con su singular apatía no deja reaccionar
para pensar. Muchas conciencias están en línea para llamar al sentido común.
Allí están floreciendo inflexiones esperando que la sociedad actúe, allí esta
nuestro sentir para refundar, para lograr adaptar a la realidad aquello que no
cumple los objetivos.
Todo tiene un límite. Dictaduras, regímenes en decadencia, cavando su propia sepultura. Examinar tensiones, eludir relaciones asfixiantes, sortear escándalos de corrupción, de contratos leoninos, de ofrecimientos de mermeladas cuando en campañas se juró su inexistencia, soportar la agonía de la salud y la decadencia de una educación en veremos, o el devenir de las acrobacias militares con sus nefastos procederes, o el enfrentar las cortes con cínicas actuaciones, o el galopar en medio de mitomanías para demostrar excelencia de gobierno, o el negar diálogos sociales cuando la constitución los tutela, o enjuiciar con impunidad, o rechazar con ahínco el fracking y la aspersión con glifosato para luego aprobarlos.
Todo esto y mucho más son fenómenos de nuestra sociedad social
y política que hunde sus raíces en nuestra propia historia a gran escala, que
la comunidad se adormece al conocerlos perdiendo la cuenta, como se pierden los
inventarios de tantos elefantes blancos hoy aposentos de pesebreras públicas, o
refugio de invisibles con orinales propios. Y disque no hay plata... Para
adonde se fueron esos costos. Es mucha la resiliencia que necesita el pueblo
para resistir el despilfarro y otros tantos momentos a rastrear que otra
complejidad escrita habrá-donde aparecerán en las inflexiones, billones de
perdidas por detrimento al patrimonio nacional por los negociados y manejos de
la gestión pública, que han ido a parar a las arcas de nuestros funcionarios
para los cuales nunca habrá juicio alguno.
Y que decir cuando estas dichas innegables tienen sus
orígenes en un orquestado mundo en las sombras, en las poltronas de la casa de
los colombianos bajo los discursos de prevención y acción con su pléyade de
tertulias ministeriales, con profesionales de distintos calados, con hombres de
negocios para demostrar gobierno, con pésames a bordo y en fin con una agenda
corta de tiempo que anuncia un nuevo acontecer periodístico. Son muchas las
ocasiones que nos permiten chiviar puntos de inflexión gestado en la bitácora
publica para su debido análisis y repudio.
La inflexión decolonial desenmaraña escenarios históricos,
dando giro hacia nuestras culturas étnicas y afros que padecen y siguen
padeciendo heridas profundas. El giro decolonial anclo expresiones
desestabilizadoras que aún nos persiguen. Explorando la historia convocamos a
descorrer el velo que nos muestran los sinsentidos de las raíces de los
hombres, deformando su naturaleza con la fuerza del saber cómo poder, midiendo
lo que se pueda medir y lo que no, hagámoslo medible. No podemos clasificar al
hombre por la raza, el color, las costumbres o los mitos. Casi todos los
discriminados por racismos u otras mediciones, abrieron las sendas de la
independencia y la modernidad, enseñándonos valores de humildad, respeto,
dignidad y trabajo.
La razón de la sinrazón ha sido causa de los desastres como
el esclavismo y el racismo que le han negado al indio, al campesino y al negro
su humanidad. La empresa de colon llego
dejando rumbos de explotación, deshumanizando las razas de la esperanza,
llenando de sangre la América. Tiempos y espacios con tesón han tratado de
devolverles su ser, pero hay unos salvajes en cuerpo ajeno que son reacios, al
amparo de tutelas de descarte. Si hay
algo que agradecer también a estas
razas es la conservación de la naturaleza, su Pachamama, su vida, su esperanza
que con su actividad agro economía permiten alimentar al país y con su
profesión, permiten el desarrollo de la nación. La economía no hay que olvidar
es una actividad social para el servicio de toda la humanidad.
El país, la sociedad y sus instituciones, viven entrando en declive, perdiéndose el concepto de legitimidad debido a sus inoportunas gestiones. Los puntos de inflexión pretenden ser vinculantes sociales activos para enderezar la democracia. Hay que callar, para flexionar. Los puntos de inflexión son esperanza, son procesos alternativos radicales contra los colapsos.
Los pensamientos libres en acción renacen las inflexiones
planteando estrategias de cambio potencializa dores que avalan la capacidad
humana para actuar ante los distintos manifiestos cuestionando comportamientos
sociales y políticos que tienen como fin el bien común. Toda la gestión
pública, social y familiar han perdido el sentido de ser, el sentido humano que
es el que da sensibilidad para conectarnos recíprocamente y no creando
divisionismos que desvanecen la revisión de las complejidades humanas. La
inflexión es una forma de enfrentar los retos. No son entropías, es el llamado
a la unidad comunitaria para rescatar la convivencia social y política-
La inflexión conduce a observar para encauzar la posición
que se ha desviado, modificando lo alterado por las equivocaciones humanas.
Revoluciones y ciertos movimientos han buscado poner orden, pero han fracasado
porque se han dejado llevar por posturas personales como el enriquecimiento
personal y las instauraciones de afianzamiento tales que hacen morir las
esperanzas, dando vida a tiempo vacíos,
estériles donde solo revive el poder.
La humanidad vive dentro de la economía, pero actúa insegura
llena de producción de azar, especulativas y desordenadas. Unido a la política
orquestan desconcierto. La inexistencia de voluntad hace que estado y sociedad
no procese soluciones, sino el dominio y la imposición de desigualdades y otras
acciones engañosas. En la medida que crece el poder económico y el político,
aumenta la pobreza. No obstante, movimientos libres trabajan para ofrecer
visiones positivas de desarrollo basadas en la innovación participativa de
beneficios, de estudiar equilibrios y dinámicas de rupturas opresoras, con
visión que acopie pensamientos, manifiestos e ideales de rebeldía con causa,
con justicia ecológica que fortalezca las inflexiones, la resistencia y
persistencia social.
Las decisiones de las inflexiones hacen romper los esquemas
despóticos para formar la verdadera
humanización. El poder no es el capitalismo, sino el hombre económico que
invierte los valores sociales creando diferencias e iniquidades que se afana en
producir, inventar y perfeccionar modelos de acumulación, usando al pueblo como
medio para tan nefastos fines. El devenir del hombre se ha circunscrito como
producción de la economía, esto es, una praxis de vida capitalista, que trae
conflictos que a través de decisiones busca dar respuestas. Fromm de una parte
nos señala formas para solucionar los problemas contribuyendo a una mejor
comprensión de la onda de violencia que amenaza a la humanidad y su crecimiento
dentro de un marco de potencia humana.
El evangelio de Jesús abarca la problemática dejándonos ver
en el evangelio su praxis. Aunque Jesús no es economista, es algo más...
dícese, su producción es social, de servicio, de dar, de ver y hacer, contrario
a la política del tener, el poder, el ser, por el tener. Política y religión,
aunque el evangelio no es religión, se sobrecargan de inquietudes, de falta de
claridad y confianza. Política y economía son poder en confusión pues se alejan
del débil. Diríase que política y economía no son solución y la historia nos
enseña que fueron enemigos de Jesús y por ello lo confinaron a muerte, como hoy
lo
hace el hombre
capitalista con los débiles, con los invisibles, con los desprovistos de voz,
pues han sido silenciados con la opresión.
Cristo fue un defensor de la economía justa, de las leyes y
la religión de la producción social, pero jamás de lo que va en contra de la
comunidad. La economía del capitalismo será aquella que al decir del
economista...es la que va hacia una economía de la esperanza. El poder
enceguece. Muchos de los gobernantes solo ven el bosque, no se internan en él
no se percatan de la realidad, allá fluye el dolor, la miseria, la angustia
existencial.
Estamos en el extenso espacio y alargado tiempo de la
historia, el extenso horizonte humano lleno de actividades y propuesta, lleno
de gobernabilidades indecisas a veces tratando de escapar del dominio de tan
nefastas conductas que unos y otros ejercemos generando abortos, guiados por
ambiciones y poderes. El yo y los ellos causantes crecen sin medida, sin
responsabilidad con potencia cínica bajo el marco de contradicciones. Esos yo
que estropean la dignidad y las conciencias son hilos conductores de una
sociedad dividida para poder domeñar bajo ideologías engañosas.
En este reflexionar no escapan los actos de violencia contra
los derechos humanos, ni las acciones macabras de la fuerza pública, ni los
juicios impunes. A todo ello le sumamos los actos de gestión de un régimen con
sus viles estrategias que pregonan desarrollo, prevención y acción
sistemáticos, Muchas gestiones de estado no se cumplen o se realizan a medias,
todo dependiendo los intereses que pueda tener el régimen. Y qué decir de las
gestiones del estado que estando obligado a comunicar a los ciudadanos no lo
hace arguyendo sofismas de distracción con cortinas de humo. A este accionar le
ayudan los medios de comunicación que solo informan lo que le conviene al ente
público o a las elites dominantes, financieras de las campañas políticas.
Nuestro ente de gobierno que trae desde el pasado todos los
vicios, vive gobernando como un verdadero festín donde se enrocan cargos, se
rifan traslados, se ofrecen cargos por doquier así los nombrados carezcan de
los perfiles de transparencia que no se cumple, pues la mermelada cambio de
forma violando todos los protocolos institucionales.
Esta reflexión acoge los avatares de los tiempos y la forma
como la sociedad dilapida su tiempo en lo superfluo. Respetando al tiempo y los
espacios invita a despertar del letargo, con el ámbito de cambiar y tomar
conciencia que revolucione ese yo interior. Lo grato está en lo que se da y no
lo que se recibe. Todo lo que oprime al hombre, lo limita y le impide ser. El
extendido social y político es un llamado al compromiso de unidad comunitaria
por las desviaciones de un entorno y la complejidad de unas instituciones que no
aplican ni entienden su significación humana y natural.
Concluyamos con el pensamiento de Eduardo Galeano...Al fin y
al cabo, la comunidad, el modo comunitario de producción de la vida, es la voz
que más porfiadamente anuncia otra América posible….
marsblawyer@gmail.com
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