Por Jorge Aniceto Molinari:
Un apreciado amigo me escribe sobre su preocupación en la
defensa de las empresas del Estado, importantes en el desarrollo de nuestro
Uruguay y sobre eso un comentario:
Es importante debatir esto en profundidad. Lo que Leonardo
afirma es verdad, pero es solo parte de la verdad.
En el año 1916, Lenin, escribió El Imperialismo fase
superior del capitalismo, en que mostraba que la economía del mundo tendía a
ser gobernada en pugna entre sí, pero gobernada por los complejos industriales
multinacionales.
Esto en la izquierda no se entiende, porque se trata de no ignorar lo que el hecho implica en el propio gobierno de cada uno de los Estados.
Si el gobierno político del mundo lo manejan los Estados,
pero los gobiernos de estos – los Estados- lo manejan de mil formas las
necesidades de estos grandes centros de la economía mundial.
Que significa esto, el peso cada vez en aumento de la
tecnología y de quienes la aplican en el mundo, el mundo de los técnicos y de
las accesorias para aplicar las tecnologías. Es a este sector en crecimiento
que tratan de ganar las ideas tanto del fascismo como la de los maestros (Marx,
Engels, Lenin…los más destacados). Teniendo estos la ventaja que el fascismo
conduce a la guerra, y los maestros conducen al desarrollo humano. El problema
es que esto la izquierda estatista no lo entiende o lo niega y el accionar
fascista es cada día más criminal y peligroso para el Planeta.
Entonces es importante para gobiernos de orientación popular
tener como referencia lo que es propiedad del Estado, pero a la vez hay que
desarrollar políticas que aborden la contradicción del mundo, pues la crisis en
la rentabilidad debe ser resuelta comprometiendo a todos pero con un programa
claro por parte de la izquierda que hoy no tiene, como por ejemplo que los
hechos económicos tengan una misma medida en todo el mundo, y que los impuestos
que se recauden sean sobre la circulación del dinero, haciendo ilegal lo que no
esté legalmente registrado donde la sociedad lo determine democráticamente,
dando muerte a los paraísos fiscales (fin de los lavados y los lavadores) y a
los impuestos al consumo, los salarios y las pensiones.
No se trata de que la producción pase a manos de cada uno de
los Estados, sino construir acuerdos internacionales, que permitan el
desarrollo de la producción en medio de la eutanasia del rentista, pero a la
vez desarrollando la eficiencia y a la vez atendiendo las necesidades de la
gente.
Es importante por ejemplo defender Antel, pero que no nos
impida comprender que el mundo debe pasar a manejar democráticamente el 5G. Y
eso no lo puede ni lo debe hacer ningún Estado por separado.
sipagola@adinet.com.uy
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