Por Jorge Aniceto Molinari:
Vamos a Google por una definición y obtenemos esta: “La
geopolítica es el estudio de los efectos de la geografía humana y la geografía
física sobre la política y las relaciones internacionales. La geopolítica es un
método de estudio de la política exterior para entender, explicar y predecir el
comportamiento político internacional a través de variables geográficas”.
“Es una ciencia que se ocupa del estudio de la causalidad
espacial de los sucesos políticos y de los próximos o futuros efectos de los
mismos. Se nutre especialmente de otras disciplinas tales como la historia, las
relaciones internacionales, la geografía política, la ciencia política,
sociología y antropología. Realiza el estudio del medio ambiente, de acuerdo a
sus características económicas, culturales y recursos de un estado”.
“La geopolítica se centra en el poder político en relación con el espacio geográfico. En particular, las aguas territoriales y el territorio terrestre en correlación con la historia diplomática. Académicamente, la Geopolítica analiza la historia y las ciencias sociales con referencia a la geografía y la política. Fuera de la academia, el pronóstico geopolítico es ofrecido por una variedad de grupos, incluyendo grupos sin fines de lucro, así como por las instituciones privadas con fines de lucro (tales como empresas de consultoría)”.
“La "geopolítica crítica" reconstruye las teorías
geopolíticas clásicas, mostrando sus funciones políticas e ideológicas para las
grandes potencias durante y después de la era del imperialismo”.
“El término se ha utilizado para describir un amplio
espectro de ideas, desde "un sinónimo de relaciones internacionales,
fenómenos sociales, políticos e históricos".
La frase que destaco es tal vez y sin tal vez, la confesión
de que estas definiciones están quedando desfasadas de la realidad actual,
cuando se refiere a las grandes potencias “durante y después de la era del
imperialismo”.
Ya en 1916 Lenin escribía que la tendencia era a que el
gobierno de la economía del mundo estaba pasando de los Estados a las
direcciones de los complejos empresariales multinacionales y este hecho notorio
y prevaleciente en la realidad actual sigue siendo ignorado en cualquiera de
las salidas posibles que se manejan para la actual crisis inexorable de la
predominancia del modo de producción capitalista.
Pero salvada esta dificultad, que no es menor para realizar una proyección política de acuerdo a estos tiempos, surge la necesidad de entender que cualquier actividad económica hoy debe tener en cuenta el mercado mundial para cuyo gobierno en un mundo en el cual compiten por la rentabilidad distintos conglomerados empresariales multinacionales, estos cuentan con instrumentos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Que más que instrumentos de Estados son sus instrumentos.
Pero el objetivo de construir Estados Nacionales de acuerdo
a lo que se ha venido pensando hasta ahora parece no solo utópico sino
tremendamente caro e inalcanzable para la propia humanidad.
Por supuesto que no ignoro que en ese deseo de construir
estados nacionales coinciden Trump, la Dra. Cristina Fernández, el Partido
Comunista de Rusia.
Por poner algunos ejemplos, para explicar de qué estoy
hablando, y no nombrar a mis compañeros del Frente Amplio que siguen pensando
que la gente se equivocó y no los votó, porque magnificaron sus errores y que
por lo tanto no tienen porque encarar lo que está pasando con el gobierno del
mundo, como si lo intentó por 46 minutos Mujica en su discurso en la ONU
–alguien me quiso explicar que estaba hablando para las Universidades pero que
en la diaria es otra cosa-. Pero además que cada grupo que integra nuestro
Frente Amplio piensa que los errores son de los otros grupos frentistas y creo
que hay más de 100 grupos distintos.
Tomemos un ejemplo: las plantas de celulosa en el Uruguay y
ahora en particular UPM2. Es el gran aporte para que la economía del Uruguay
siga caminando, pero la realidad es que nunca fue producto de un estudio
geopolítico del problema, al menos de parte de nuestras Instituciones. También
hay que destacar que los que se oponen a su realización no tienen una puta idea
de que hacer salvo su utopía de estatizar todo o el de salir a “pescar” en un
mundo donde toda la “pesca” está centralizada y en manos de los complejos
empresariales multinacionales.
Pero no todas son pálidas para los Estados o mejor dicho
para las distintas nacionalidades que habitamos el planeta Tierra. Es sobre la
base de ellas –las nacionalidades- que se debe construir esfuerzos por estudiar
en el mundo que está pasando con las monedas y con los sistemas fiscales que
recaudan los fondos con los cuales se atienden las necesidades esenciales de la
gente.
Y llegamos a lo que para nosotros es hoy el deber más
importante de cualquier colectividad política. Definirse sobre el rol que hoy
cumplen las monedas y definir una política que termine con la joda de sus
distintas cotizaciones, en la que hoy si sigue existiendo el imperialismo de
EE.UU. y el de Europa hacia el resto de los países del mundo con el objetivo de
mantener las burocracias estatales de esos Estados. Prueba: las emisiones de
dólares y euros.
Algo similar pasa con los sistemas fiscales, y el desarrollo
de los llamados paraísos fiscales donde los burgueses con sus organizaciones
empresariales multinacionales hacen ingentes esfuerzos por mantener su
rentabilidad aún a costa de incrementar las lacras sociales –como las drogas-
que se han constituido en una forma de vida de sectores cada vez más numerosos
de la sociedad e incrementan el delito.
De más está decir que mi planteo es: moneda única y
universal, un sistema impositivo basado en la circulación del dinero haciendo
ilegal todo lo que no esté registrado donde la sociedad democráticamente lo
determine, dando muerte a los paraísos fiscales y a los sistemas impositivos
basados en el consumo, los salarios y las pensiones.
Y la pregunta geopolítica para el final: ¿y todo esto como
se gobierna? Sin duda que hay que desarrollar la construcción de la democracia,
con un primer objetivo de democracia económica tomando la conducción para estos
fines de los propios Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional pero
apelando a los miles y miles de seres humanos –muchos de ellos con enorme
capacidad técnica- en todo el planeta, que de una manera u otra participan de la construcción de un aparato
productivo que no debe detener su marcha en la medida que millones de seres humanos
están fuera de los alcances de sus beneficios y ya hoy pueden acceder a los
mismos para beneficio de toda la humanidad si esta da el paso que estamos
necesitando de consciencia política.
sipagola@adinet.com.uy
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