viernes, 13 de noviembre de 2020

Bolivia: el pueblo volvió por sus fueros

 Por Carlos Flanagan

 En la mañana de hoy, en la Asamblea Nacional, tuvo lugar la asunción de Luis Arce y David Choquehuanca como presidente y vicepresidente respectivamente del Estado Plurinacional de Bolivia. 

En primer término, Choquehuanca juró su cargo y pronunció un breve discurso en el cual resaltó la importancia de superar la división del pueblo y bregar por su hermandad. Remarcó la importancia del poder como herramienta para ayudar sin someter; para buscar la paz y superar el odio, la discriminación y el racismo. “Sabemos que unidos valemos más”.

Asimismo, se refirió como a pesar que el colonialismo desestructuró los cánones civilizatorios de los pueblos originarios de nuestra región (el Abya Yala) “no lograron apagarnos; estamos vivos, somos de Tiwanaku, somos fuertes, somos como la piedra”.

Posteriormente procedió a investir a Luis Arce en su cargo de presidente. 

Un discurso contundente 

Arce comenzó su mensaje honrando a los ancestros, a los mártires de la liberación, a los asesinados en Senkata, Sacaba y El Pedregal y a todos los héroes que recuperaron la democracia. 

Fustigó duramente al gobierno de facto que, a partir del 10 de noviembre de 2019, lejos de pacificar el país y convocar inmediatamente a elecciones, como había prometido, sembró la muerte, el miedo la discriminación y el racismo y usó la pandemia para prorrogarse.

“Sin embargo, a pesar de esas condiciones adversas, a pesar de que la participación del pueblo estuvo amenazada por la violencia del gobierno de facto y grupos paramilitares en las elecciones del 18 de octubre obtuvimos una histórica victoria en las urnas con más del 55%.” 

Manifestó que ese voto enormemente mayoritario representa la conciencia y organización de un pueblo que no quiere libertad para unos cuantos sino libertad para todos. 

Nos parece importante subrayar su visión autocrítica cuando afirma: “asumimos este mandato que nos da la población, el pueblo para trabajar incansablemente y con humildad por la reconstrucción de nuestra Patria, y nos comprometemos a rectificar lo que estuvo mal y a profundizar lo que estuvo bien.” 

Se refirió a la democracia y sus contenidos necesarios, cuando dijo que “de nada sirve elegir a las autoridades mediante el voto si a la vez el pueblo al que se debe la democracia está privado de los derechos fundamentales, como los de acceso a la salud, a la educación, al trabajo, a los ingresos y a la vivienda.” 

Respecto a la justicia, manifestó que creía en el reforzamiento de la institucionalidad del Estado, generando un ambiente seguro y estable en el cual “los únicos que deben temer son los infractores, los criminales, los violentos y los que cometan actos de corrupción.” 

La situación económica 

Una parte medular de su discurso fue destinada a describir la crisis triple por la que atraviesa Bolivia: la política consecuencia del golpe de Estado, la sanitaria producto de la aparición del Covid-19 y la falta de una respuesta integral adecuada y la económica derivada de la política del gobierno de facto – instaurada antes de la pandemia - que en menos de un año, ha hecho retroceder a todas las conquistas logradas a partir de 2005 en el proceso de cambios. 

Transcribimos algunas de las cifras mencionadas por Arce como indicadores elocuentes del actual desbarajuste de la economía.

Bolivia pasó de haber liderado por seis años en sus índices de crecimiento económico en el período 2006 – 2019, a tener ahora la caída más grande del PIB en los últimos 40 años: un 11,1%. 

Las reservas internacionales netas (RIN) del país bajaron un 13% desde noviembre 2019 al mes de octubre 2020: de 6.459 millones de USD a 5.578 millones.

En el mismo período la dictadura endeudó al país en más de 4.200 millones de dólares entre deuda interna y externa. 

Para enfrentar y superar este complejo panorama económico y social con aumento del desempleo y la pobreza, se propone reinstaurar el modelo económico social, comunitario y productivo, que dinamice la economía plural y el mercado interno con crecimiento y redistribución del ingreso. 

Tarea que no será fácil teniendo en cuenta la actual coyuntura económica mundial recesiva. 

Un claro mensaje al mundo 

Fue explícito al anunciar la lucha que su gobierno librará por un mundo multipolar, sin la supremacía de ninguna potencia, el saqueo de recursos naturales, el racismo, la discriminación o las amenazas o presiones de tipo alguno. 

Para ello ratificó la política de no intervención, no alineamiento, autodeterminación de los pueblos y su plena igualdad jurídica y política. 

La integración Sur – Sur sin la imposición de designios desde el Norte. 

Reivindicó a la CELAC como la mejor vía de instrumentación de la unidad política en la diversidad en A. Latina y el Caribe y su declaración como territorio de paz en el año 2014.

Y por último la recuperación de UNASUR en tanto ámbito de integración y concertación, más allá de la orientación política de sus gobiernos. 

Algunas conclusiones 

En primer lugar, saludamos los contenidos de ambos discursos. 

Asimismo, consideramos a esta nueva dupla del MAS al frente del gobierno de Bolivia en mejor disposición y condiciones de llevar adelante una gestión que necesariamente deberá ser de gran cercanía, diálogo, consulta y concertación con el amplio y diverso mundo de las organizaciones sociales (de trabajadores, pueblos originarios, organizaciones locales, etc.). 

Será con la activa y vigilante participación del pueblo que se garantizará tanto la re implantación y posterior profundización del denominado modelo económico, social, comunitario y productivo como el desbaratamiento de los latentes intentos desestabilizadores de la oligarquía boliviana – racista, discriminadora- y sus agentes instrumentales de turno. -

carlos.flanagan@gmail.com

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