Por Rolando Prudencio Briancon:
Como diría Carl Von Clausewitz siendo: "La política la
continuación de la guerra por otros medios"; creer que después de la caída
del bloque soviético en la década de los 90, y su adscripción al capitalismo
durante el gobierno de Gorbachov; había terminado la Guerra Fría, era -y sigue
siendo- un espejismo, pues se pueden ganar batallas, pero en política siempre
se está en guerra.
No hay día que se deja de estar
Es dentro esta lógica que la reacción de recelo, cuando no
de descalificación de la presentación de la vacuna rusa Avifavir del oratorio
Gamaleya contra el coronavirus, que la actitud de parte del gobierno de los
EE.UU., y países como Reino Unido, Alemania y otros, son una prueba más, que
aceptar como un triunfo, una victoria contra el Covid-19, que el gobierno ruso
haya obtenido la vacuna, se traduce en una olímpica derrota para sus
detractores.
Y no me refiero en esos términos, solo por magnificar este
lauro de Rusia, sino por cuanto se trata de un logro contra una de las pérfidas
tragedias contra la humanidad que se han dado en estos últimos tiempos, después
de la Segunda Guerra Mundial; tal como hoy es esta pandemia.
Esa es la razón por la que hoy, y después del anuncio de que
las pruebas de la vacuna contra el coronavirus dieron los resultados esperados;
y además luego de que el propio presidente Putin dispusiera que la misma sea
inoculada a su propia hija, como para generar plena confianza en que sus
resultados fuesen eficaces; hoy han arreciado los ataques contra la vacuna.
Así ha sido como el laboratorio Gamaleya ha producido la
vacuna avifavir, cuya respuesta inmune es hasta de 2 años una vez aplicada, y
que se estima que para toda la población esté listo desde enero.
El antecedente de la elaboración del fármaco, se basa en una
vacuna contra el ébola que se la trabajo en 2016, y cuyos desarrolladores se
basaron en los síntomas del MERS: Síndrome Respiratorio de Oriente Medio; tal
como lo explica exactamente la periodista rusa de Rusia Today Inna Afino
Génova.
Pero además dentro su reportaje la periodista demuestra las
corrientes contrarias de los medios anti rusos al éxito de la aplicación de la
vacuna, que han desbordado en desacreditar la misma, cuestionando en los
siguientes términos: "la vacuna es producto de la propaganda y el engaño".
"La producción tan rápida de la vacuna genera incertidumbre".
"La vacuna se ha saltado la tercera fase de ensayos masivos".
"Que Rusia ha presionado fuertemente a sus científicos y que se han dado
practicas muy heterodoxas".
Así mismo no han faltado quienes ha señalado que se trata de
un caso de "piratería" para robar información sobre la vacuna.
Desde luego que esta ofensiva para desacreditar la vacuna
está motivada en tratar de mostrar que en cambio los avances de las otras
potencias son más seguros y confiables, tal como se han referido a: "La
nueva esperanza de la vacuna de Oxford". "Que genera anticuerpos y es
segura". "Que México y Argentina producirán las vacunas de
Oxford", etc.
Pero el colmo de la obsesiva ojeriza contra el logro de la
vacuna rusa, ha descendido a tan bajo nivel, que se ha personalizado el ataque
contra la persona, como es el caso de llamar: "La vacuna de Putin",
como si la desarrollada por la universidad de Oxford se la tildase como la
vacuna de Boris Jonhson, tal como atinadamente apunta Afino Génova.
Si bien es cierto que este ataque puede reeditar los viejos
ataques de la época de la Guerra Fría; no menos cierto es que hasta en la
guerra hay códigos de honor, en lo que no puedes atacar a quienes, como en este
caso están; en otra guerra, en su propia guerra como es obtener una vacuna para
salvar a la humanidad, como es el caso de Rusia, que ya derroto al nazismo y al
neofascismo de Trump.
prudenprusiano@gmail.com
0 comentarios:
Publicar un comentario