Por Alizo Rojo:
Considerando los antecedentes que rodean a la crisis que
vive el Líbano mi hipótesis es que lo ocurrido en Beirut es obra de la alianza
sionista liderada por Estados Unidos e Israel con la complicidad de sus socios
europeos, principalmente, de la "Madre Francia", de Alemania y del
Reino Unido. Sin dejar de lado a Arabia Saudita como furgón de cola. Contando,
al interior del Líbano, con las corruptas autoridades, los corruptos
funcionarios y militares siempre dispuestos a la genuflexión, la obsecuencia,
el entreguismo.
Los servicios de inteligencia de la alianza sionista (CIA,
Mossad, M16, Istakhbarat o GID de Arabia Saudita, incluyendo la Dirección
General de Seguridad Exterior de Francia sabían de la existencia de las 2.700
toneladas de nitrato de amonio almacenadas en algún lugar del puerto de Beirut.
Sobre esto, la prensa servil al sionismo ha dicho que el
barco que transportaba la carga era ruso; que su capitán lo era igualmente; que
navegaba con bandera de Moldavia y que había salido de Georgia. Estos dos
países, afirma esa prensa, pertenecieron a la ex Unión Soviética, “la actual
Rusia”. Agregan que el cargamento se dirigía a Mozambique y “no se explican”
por qué se detuvo en Beirut. El sesgo insidioso de toda esta información es
evidente.
Debo aclarar que Georgia (al margen de ser un
productor-exportador de nitrato de amonio), es hoy un Estado cuyas fuerzas
armadas y gobierno es controlado por Estados Unidos; que tiene el mayor gasto
presupuestal destinado a la compra de armamento que lo proveen este país y
también Israel. EEUU quiere que Georgia cumpla con todos los protocolos
exigidos por la OTAN para ser aceptado como miembro de pleno derecho en esta
organización militar que tiene en su haber los más terribles genocidios y
magnicidios como el de Yugoeslavia en 1999 y el de Libia en 2011, por citar
solo dos.
Georgia integra actualmente la llamada “Asociación para la
Paz” (Partnership for Peace o PfP, por sus siglas en inglés). Esta “Asociación”
surgió por iniciativa de EEUU tras la caída del Muro de Berlín para estrechar
las relaciones de la OTAN con los estados europeos y euroasiáticos que habían
pertenecido a la ex-Unión Soviética. Es una “asociación” adscrita a la OTAN y a
la fecha muchos de sus firmantes ya son miembros de pleno derecho alineados en
contra de Rusia, China, Oriente Medio, África, Asia, América latina. La PfP fue
formalmente aprobada en enero de 1994 en Bruselas-Bélgica en una autodenominada
“Cumbre”.
Mozambique, por su parte, es uno de los países más pobres
del África, pero es también base militar estratégica de los Estados Unidos.
¡Pura coincidencia!
Georgia y Mozambique advierten que las 2.700 toneladas de
nitrato de amonio retenido en Beirut, tienen una relación directa y estrecha
con la dupla siniestra EEUU-Israel y con el control que estos dos países
ejercen sobre aquellos.
Las toneladas de nitrato de amonio estarían por su parte
relacionadas con el tipo de arma utilizada para su producir sus explosiones. De
allí lo terrible de su expansión y de su potencial destructivo. Hay que
recordar que la alianza sionista Israel-alemana en el 2005 ya utilizó un nuevo
tipo de misil disparado desde un avión no tripulado para asesinar al primer
ministro libanés de ese entonces Rafic Hariri. También hay que recordar que
Israel ha realizado pruebas de un nuevo tipo de bomba no-nuclear tanto en el
territorio sirio como en sus ataques a Irán. La similitud de explosión con una
nube en forma de hongo es en todos los casos muy similar a la que se produjo en
Beirut.
Lo que queda por resolver es si el destino de esas toneladas
de nitrato de amonio (que no sólo se usa para la fabricación de fertilizantes
agrícolas, sino también para fabricar explosivos de alto poder letal y
expansivo) era efectivamente Mozambique o era precisamente el Líbano.
Debo subrayar al respecto que desde el 2006 en que Hezbolá
derrota a Israel y obliga su retirada del territorio libanés, Estados Unidos, Israel
y Arabia Saudita supieron que -más temprano que tarde- esa “milicia” se
convertiría en una seria amenaza para la hegemonía israelita en la zona y para
los intereses geo-estratégicos de Estados Unidos y sus aliados sionistas en el
Medio Oriente.
La presencia de Hezbolá en la guerra de Siria contra la
Coalición liderada por Estados Unidos fue un factor decisivo para el triunfo
sirio sobre los mercenarios del Daesh reclutados, armados y pagados por Estados
Unidos, sus aliados sionistas europeos, Israel y Arabia Saudita.
Para el eje sionista resultaba impostergable prever cómo
precipitar el fin de Hezbolá. Pero, entiéndase bien: Siendo Hezbolá la fuerza
político-militar más temida por Israel, el objetivo estratégico para el eje
sionista euro-estadounidense-israelí-saudí no es Hezbolá sino Irán y el “Eje de
la Resistencia” liderada por este país. “Eje” que reúne a las milicias chiítas
de Siria, del Líbano, de Irak, Afganistán y Pakistán, y a los hutíes de Yemen.
El “Eje de la resistencia” lo logró constituir el general
iraní Qasem Soleimani, asesinado por los mercenarios sionistas estadounidenses,
utilizando un dron, cerca del aeropuerto de Bagdad en enero del 2020.
En este contexto, la explosión de las 2.700 toneladas de
nitrato de amonio no es un “accidente”, ni descuido alguno, ni
irresponsabilidad que se le parezca. Responde a la intención sionista de
instaurar una dictadura militar en el Líbano controlada desde el Pentágono a
través del Comando Central de EEUU (USCentCom), contando con el apoyo de la
OTAN.
Hay que recordar que Estados Unidos mantiene una estrecha
relación con el ejército libanés y dentro de este con el sector más afín a su
influencia. El general indicado para asumir como “dictador” sería Joseph Aoun
que, se dice, no tiene parentesco alguno con el presidente católico-maronita
Michel Aoun.
Los sionistas creen que un “dictador” les serviría para
atacar a Irán y desarmar a las milicias del “Eje” que se han convertido en la
principal fuerza de contención del terrorismo sionista
euro-estadounidense-israelí-saudí en cada uno de sus países. Sería un paso
definitivo para neutralizar la alianza Hezbolá-Hamás y facilitar que los
sionistas israelitas sigan masacrando al pueblo palestino y logren su propósito
de anexionarse Cisjordania.
En lo interno, la dictadura militar modelo USA en el Líbano,
facilitaría la apropiación israelí de los yacimientos de gas y petróleo en la
zona limítrofe entre estos dos países. Actualmente los dos bloques en
explotación en esta zona lo tienen un consorcio franco-ítalo-ruso.
La dictadura permitiría igualmente dolarizar la economía
libanesa; arrasar con su economía de subsistencia; imponer el modelo financia
rizador para asegurar la continuidad del blanqueo de dinero proveniente de los
cárteles de la droga de América latina y de la DEA; subir los impuestos al
agua, la luz, el internet; arruinarles la vida a los libaneses. De antemano, y
con el principal puerto destruido, el comercio internacional confronta serios
problemas. Estos podrían prolongarse por años dada la magnitud del costo que
significa la reconstrucción portuaria.
Mientras tanto los “milenials” continuarán reclamando su
“primavera” sorosiana. El caos de la “sociedad abierta” antes que oponerse a
cualquier dictadura le resulta “funcional”. Hacer del Líbano un “Estado fallido”
para su destrucción es lo que esperan los sionistas enemigos de la humanidad.
La resistencia les probará, una vez más, de qué lado está la historia.
ruby_7872@yahoo.es
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