viernes, 14 de agosto de 2020

Explosión en Beirut: Obra y gracia del eje sionista



Por Alizo Rojo:

Considerando los antecedentes que rodean a la crisis que vive el Líbano mi hipótesis es que lo ocurrido en Beirut es obra de la alianza sionista liderada por Estados Unidos e Israel con la complicidad de sus socios europeos, principalmente, de la "Madre Francia", de Alemania y del Reino Unido. Sin dejar de lado a Arabia Saudita como furgón de cola. Contando, al interior del Líbano, con las corruptas autoridades, los corruptos funcionarios y militares siempre dispuestos a la genuflexión, la obsecuencia, el entreguismo.



Los servicios de inteligencia de la alianza sionista (CIA, Mossad, M16, Istakhbarat o GID de Arabia Saudita, incluyendo la Dirección General de Seguridad Exterior de Francia sabían de la existencia de las 2.700 toneladas de nitrato de amonio almacenadas en algún lugar del puerto de Beirut.

Sobre esto, la prensa servil al sionismo ha dicho que el barco que transportaba la carga era ruso; que su capitán lo era igualmente; que navegaba con bandera de Moldavia y que había salido de Georgia. Estos dos países, afirma esa prensa, pertenecieron a la ex Unión Soviética, “la actual Rusia”. Agregan que el cargamento se dirigía a Mozambique y “no se explican” por qué se detuvo en Beirut. El sesgo insidioso de toda esta información es evidente.

Debo aclarar que Georgia (al margen de ser un productor-exportador de nitrato de amonio), es hoy un Estado cuyas fuerzas armadas y gobierno es controlado por Estados Unidos; que tiene el mayor gasto presupuestal destinado a la compra de armamento que lo proveen este país y también Israel. EEUU quiere que Georgia cumpla con todos los protocolos exigidos por la OTAN para ser aceptado como miembro de pleno derecho en esta organización militar que tiene en su haber los más terribles genocidios y magnicidios como el de Yugoeslavia en 1999 y el de Libia en 2011, por citar solo dos. 

Georgia integra actualmente la llamada “Asociación para la Paz” (Partnership for Peace o PfP, por sus siglas en inglés). Esta “Asociación” surgió por iniciativa de EEUU tras la caída del Muro de Berlín para estrechar las relaciones de la OTAN con los estados europeos y euroasiáticos que habían pertenecido a la ex-Unión Soviética. Es una “asociación” adscrita a la OTAN y a la fecha muchos de sus firmantes ya son miembros de pleno derecho alineados en contra de Rusia, China, Oriente Medio, África, Asia, América latina. La PfP fue formalmente aprobada en enero de 1994 en Bruselas-Bélgica en una autodenominada “Cumbre”.

Mozambique, por su parte, es uno de los países más pobres del África, pero es también base militar estratégica de los Estados Unidos. ¡Pura coincidencia!

Georgia y Mozambique advierten que las 2.700 toneladas de nitrato de amonio retenido en Beirut, tienen una relación directa y estrecha con la dupla siniestra EEUU-Israel y con el control que estos dos países ejercen sobre aquellos.

Las toneladas de nitrato de amonio estarían por su parte relacionadas con el tipo de arma utilizada para su producir sus explosiones. De allí lo terrible de su expansión y de su potencial destructivo. Hay que recordar que la alianza sionista Israel-alemana en el 2005 ya utilizó un nuevo tipo de misil disparado desde un avión no tripulado para asesinar al primer ministro libanés de ese entonces Rafic Hariri. También hay que recordar que Israel ha realizado pruebas de un nuevo tipo de bomba no-nuclear tanto en el territorio sirio como en sus ataques a Irán. La similitud de explosión con una nube en forma de hongo es en todos los casos muy similar a la que se produjo en Beirut. 

Lo que queda por resolver es si el destino de esas toneladas de nitrato de amonio (que no sólo se usa para la fabricación de fertilizantes agrícolas, sino también para fabricar explosivos de alto poder letal y expansivo) era efectivamente Mozambique o era precisamente el Líbano.

Debo subrayar al respecto que desde el 2006 en que Hezbolá derrota a Israel y obliga su retirada del territorio libanés, Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita supieron que -más temprano que tarde- esa “milicia” se convertiría en una seria amenaza para la hegemonía israelita en la zona y para los intereses geo-estratégicos de Estados Unidos y sus aliados sionistas en el Medio Oriente.

La presencia de Hezbolá en la guerra de Siria contra la Coalición liderada por Estados Unidos fue un factor decisivo para el triunfo sirio sobre los mercenarios del Daesh reclutados, armados y pagados por Estados Unidos, sus aliados sionistas europeos, Israel y Arabia Saudita.

Para el eje sionista resultaba impostergable prever cómo precipitar el fin de Hezbolá. Pero, entiéndase bien: Siendo Hezbolá la fuerza político-militar más temida por Israel, el objetivo estratégico para el eje sionista euro-estadounidense-israelí-saudí no es Hezbolá sino Irán y el “Eje de la Resistencia” liderada por este país. “Eje” que reúne a las milicias chiítas de Siria, del Líbano, de Irak, Afganistán y Pakistán, y a los hutíes de Yemen.

El “Eje de la resistencia” lo logró constituir el general iraní Qasem Soleimani, asesinado por los mercenarios sionistas estadounidenses, utilizando un dron, cerca del aeropuerto de Bagdad en enero del 2020.

En este contexto, la explosión de las 2.700 toneladas de nitrato de amonio no es un “accidente”, ni descuido alguno, ni irresponsabilidad que se le parezca. Responde a la intención sionista de instaurar una dictadura militar en el Líbano controlada desde el Pentágono a través del Comando Central de EEUU (USCentCom), contando con el apoyo de la OTAN.

Hay que recordar que Estados Unidos mantiene una estrecha relación con el ejército libanés y dentro de este con el sector más afín a su influencia. El general indicado para asumir como “dictador” sería Joseph Aoun que, se dice, no tiene parentesco alguno con el presidente católico-maronita Michel Aoun.

Los sionistas creen que un “dictador” les serviría para atacar a Irán y desarmar a las milicias del “Eje” que se han convertido en la principal fuerza de contención del terrorismo sionista euro-estadounidense-israelí-saudí en cada uno de sus países. Sería un paso definitivo para neutralizar la alianza Hezbolá-Hamás y facilitar que los sionistas israelitas sigan masacrando al pueblo palestino y logren su propósito de anexionarse Cisjordania.

En lo interno, la dictadura militar modelo USA en el Líbano, facilitaría la apropiación israelí de los yacimientos de gas y petróleo en la zona limítrofe entre estos dos países. Actualmente los dos bloques en explotación en esta zona lo tienen un consorcio franco-ítalo-ruso.

La dictadura permitiría igualmente dolarizar la economía libanesa; arrasar con su economía de subsistencia; imponer el modelo financia rizador para asegurar la continuidad del blanqueo de dinero proveniente de los cárteles de la droga de América latina y de la DEA; subir los impuestos al agua, la luz, el internet; arruinarles la vida a los libaneses. De antemano, y con el principal puerto destruido, el comercio internacional confronta serios problemas. Estos podrían prolongarse por años dada la magnitud del costo que significa la reconstrucción portuaria.

Mientras tanto los “milenials” continuarán reclamando su “primavera” sorosiana. El caos de la “sociedad abierta” antes que oponerse a cualquier dictadura le resulta “funcional”. Hacer del Líbano un “Estado fallido” para su destrucción es lo que esperan los sionistas enemigos de la humanidad. La resistencia les probará, una vez más, de qué lado está la historia.

ruby_7872@yahoo.es

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