Por: Níkolas Stolpkin:
Lo que al principio parecía ser una broma, al final terminó
siendo lo más parecido a una obra de ciencia ficción. De la burla inicial
terminamos protegiendo nuestras vías respiratorias, entregados a la obediencia
y a la resignación. No se tenía más opción. Lo interesante fue ver cómo en
ciertas partes la masa crítica de convulsiones sociales fue poco a poco cayendo
en las redes del miedo. De no creer en nada pasaron a creer en todo. Y no era
para menos: las noticias que se escuchaban constantemente de China, Italia y
España no eran muy positivas. Los Medios hablaban de miles y miles de muertos
en un solo día.
Pero… ¿cómo se hizo para que una multitud crítica hacia sus
autoridades pasaran a poner mucha atención a los mismos?
La respuesta únicamente podría estar en el papel que
comenzarían a desempeñar los Grandes Medios de Comunicación en todo el mundo y
que nuestros medios dependientes debían fielmente replicar. Toda una orquesta
se organizaba a nivel global para que todos sintonizaran en la misma
frecuencia. Los gobiernos que no sintonizaran eran puestos en el ojo de la
crítica.
Explotación del miedo
La explotación del miedo constante comenzaría poco a poco a
surtir efecto. Tal sería el éxito, que comenzarían después a
"resucitar" hasta los "muertos". Todo lo que oliera a
muerte debía ser puesto en la parrilla. De la frase "miente, miente que
algo queda" se pasaría a transmitir "miedo, miedo que algo
queda".
La "pandemia" comenzaría a ser algo parecido a un
pedal de distorsión. Y ahora todo lo que antes podría haber pasado
desapercibido, ahora cobraba significativa notoriedad. Todo el mundo ahora se
moría por COVID-19 o bien se "sospechaba". Las demás muertes
comenzarían a no importar. La idea era mantener un ambiente de miedo constante
y que las personas no tuvieran tiempo ni de respirar.
Hoy el miedo se mantiene como si se tratara de una sección
de tortura por ahogo. Se les ahoga en el miedo y al poco andar se les hace
respirar cierta "esperanza". Los Grandes Medios en conjunto con sus
redes sociales bombardean muerte hasta la saciedad para llevarnos periódicamente
a la esperanza.
Debería llamarnos la atención la cantidad de
"substitutos" que rodean a la "estrella madre" del
COVID-19. Tal como si se tratara de un producto que se necesite vender, el
miedo termina siendo comprado por distintos tipos de público.
Meteoritos, terremotos, "fin del mundo", nuevas
amenazas, o nuevos virus, han pasado a ser como si se trataran de cuerpos
alrededor del COVID-19, sumado a las "fake news" y "teorías
conspirativas", que han pasado a formar parte de su órbita para aumentar
el grado de confusión o tensión.
El constante bombardeo mediático pareciera que nos hiciera
olvidar la naturaleza de los Grandes Medios de Comunicación, las funciones que
cumplen y a qué manos pertenecen.
Las cifras diarias de infectados y muertes por COVID-19 parecieran
ser parte de una orgía para ir renovando día a día el miedo, o para ir
señalando a países con mal desempeño como si se tratara de una carrera de
"Fórmula 1" frente a los demás.
Los "nuevos brotes" o "peligrosidad del
virus" serán parte del escenario del terror para adoptar medidas más
draconianas en contra de nuestras libertades. Cifras menores serán aún más
distorsionadas.
¿La prolongación del miedo es la forma para ir cambiando las
opiniones desfavorables a una vacuna obligatoria?
Apagar o ignorar los Medios pareciera ser lo más sano y
sensato hacer para estar "vacunados" contra el miedo. Y las Redes
Sociales no se quedan atrás.
Censura
La crítica a la "verdad" es sentenciada como un
enemigo al relato oficial. Silenciadas o censuradas si son creíbles;
ridiculizadas, si constan de poco o nulo fundamento.
Es interesante ver cómo hoy la censura está funcionando en
tiempos de COVID-19. Las Redes Sociales que en un principio se jactaban de la
"libre expresión", poco a poco comenzarían a adaptarse al relato de
lo "políticamente correcto" hasta convertirse hoy en dueños
prácticamente de lo que es la "verdad" o lo que es
"correcto", e imponerlo a los demás.
Si pudiéramos poner atención a la censura de las Redes
Sociales nos podríamos encontrar que voces "creíbles" y
"expertas", contra el relato oficial, suelen ser censuradas y voces
"inexpertas" suelen ser ridiculizadas.
¿Es inverosímil la
obligatoriedad de una vacuna contra el COVID-19?
Las declaraciones pasadas, por ejemplo, del
"filántropo" norteamericano Bill Gates con respecto a que se volvería
a la "normalidad" después de que la población mundial
"toda" sea vacunada, no hay que menospreciarla. Bill Gates junto a la
fundación "Bill y Melinda Gates" son el principal financista privado
de la OMS. Lo que hace que cada opinión del "filántropo" tenga cierto
peso.
Entonces no hay que subestimar tales afirmaciones, ni
descartar ciertos rumores que los Grandes Medios gustan ridiculizar o bajarle
el perfil.
Los rumores de que podríamos ser vacunados obligatoriamente,
cada día parecieran cobrar mayor fuerza. Y todo parece indicar que nos
podríamos estar dirigiendo a ese posible escenario.
Veamos el por qué.
La obligatoriedad declarada en algunos lugares en
"desescalada" sobre el uso de la mascarilla y sus quizá
correspondientes multas al no usarlas, sumado ahora a las declaraciones de
ciertos expertos o autoridades de la OMS de que en la situación actual será
"difícil la erradicación del virus", que el virus "estará con
nosotros por mucho tiempo", o que "el mundo no volverá ni puede
volver a ser como eran las cosas"…Todo aquello nos podría estar dando
señales de una preparación para lo que podría venir después.
¿Cómo hacer obligatorias las vacunas contra el COVID-19?
Primeramente, puede ya estar la posibilidad de que existan
leyes que permitan su obligatoriedad en casos excepcionales o puede que se
produzcan leyes exprés que salgan con "urgencia" debido a la
situación particular.
Si damos por hecho de que el virus, según la OMS, estaría
supuestamente con nosotros por mucho tiempo, cuando llegue tal vacuna no habría
mucha resistencia a su obligatoriedad, ya que el estar vacunado me eximiría de
usar una incómoda mascarilla o me eximiría de ciertas restricciones incómodas.
Pero… ¿qué otras formas podrían empujar a la obligatoriedad
de una vacuna contra el COVID-19?
Por ejemplo, se podría exigir en los trabajos una
"certificación de vacunación", exigirla al momento de viajar, incluso
al hacer un simple control de identidad, siendo multadas o amonestadas aquellas
personas que no estuvieran vacunadas por representar un "peligro para la
salud pública". ¿Qué trabajo no querría funcionar al exigir a sus
trabajadores una certificación de vacunación? ¿Qué empresa aérea se podría
rehusar a que sus pasajeros presentasen, como requisito para viajar, un
certificado de vacunación? ¿Qué ciudadano querrá ser multado o amonestado por
no traer consigo su certificado de vacunación?
En cuanto estemos frente a una vacuna "efectiva" o
con cierto "éxito" probado, no será muy difícil imponer su
obligatoriedad. La gente está agotada de la situación y necesita volver a su
normalidad, a sus trabajos o recuperar lo que ha perdido. ¿La vacunación
obligatoria será el precio a pagar por lo que perdimos?
Los Medios y la "Pandemia"
El rol jugado por lo Medios en las últimas décadas ha sido
fundamental en conjunto con ONGs y los "think tank" para la
globalización de normas aparentando cierto "desarrollo" o
"adelanto" dentro de las sociedades en las que vivimos. La diferencia
ahora es que los Medios han pasado de lleno a vendernos el producto y, su
constante propaganda en conjunto con las nuevas políticas gubernamentales, han
ido poco a poco doblegando a una sociedad cansada y agotada.
Para la anterior "pandemia" (2009) de la
"Gripe Porcina" (H1N1), si bien los Medios de Comunicación ayudaron
mucho en conjunto con los gobiernos para instalar cierto miedo a nivel global,
en su momento no se tuvo el coraje para detener las economías, cerrar las
fronteras e instalar cuarentenas obligatorias; o bien, simplemente no se les
había ocurrido tan "brillantes" ideas o el virus no revestía amenaza
significativa.
Globalización de la vacunación
La presente globalización permitiría ejercer cierta presión
en nuestros países para implantar la obligatoriedad de una vacuna contra el
COVID-19. Todos hemos sido testigos de cómo esa "globalización" ha
ejercido presión respecto a cierta independencia política que se pudiera
ejercer en determinados países o cómo ciertos países han implementado las
"recomendaciones" de un órgano global como la OMS, gobernado por
intereses de grandes potencias occidentales y por grandes intereses
particulares.
"Globalización" que permitiría que las vacunas
sean desarrolladas en Occidente por las potencias más desarrolladas y avaladas
por la OMS. De ninguna forma las potencias desarrolladas de Occidente, en
conjunto con la OMS, podrán avalar y dar crédito a las vacunas que puedan
desarrollarse en potencias ajenas a sus intereses, tales como Rusia o China.
Todas aquellas vacunas que no nazcan en Occidente las pondrán en duda y para
eso tienen a su disposición una gran maquinaria propagandística. Europa y
América únicamente habrán de dar licencia para circular a aquellas vacunas que
sean producidas dentro de sus grandes potencias regionales.
Interrogantes
¿Cuál es el afán por globalizar también el miedo en la
población? ¿Cuál es el objetivo de mantener a los pueblos en un ambiente de
constante miedo? ¿El comportamiento actual de los Medios es producto del azar o
su "independencia"? ¿Se busca tener una respuesta única a un problema
global, tal como lo plantea Angela Merkel, canciller federal de Alemania? Cuál
será esa "respuesta única", ¿una vacuna obligatoria? ¿Tendremos
disponibles una "vacuna única" o habrá diversas vacunas? Disponibles
las vacunas, ¿se podrá elegir entre las que estén permitidas?
stolpkin@gmail.com
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