Por Jesús A. Rondón:
El marco de su campaña electoral Trump, ya comenzó a
descalificar a uno de sus delfines consentidos, diciendo que Juan Guaidó “está
perdiendo algo de poder”. No nos extrañe que vengan otras voces, con quejas
similares. Payaso que no hace reír, es payaso relevado. Ya uno de los
tramoyeros de este circo, como lo es Bolton, caído en aparente desgracia;
revelaba en sus memorias, lo que ocurría en la habitación, con énfasis en el
errático actuar sobre el asunto venezolano. Aclarando que las memorias de un
personaje como Bolton, son siempre dudosas.
Dicho esto, lo más razonable es pensar, que desde hace rato
en los calderos de la política estadounidense se está preparando el relevo del
liderazgo opositor en Venezuela. Recordemos que antes de la sorpresiva aparición
de Juan Guaido, estuvimos observando un largo rato a la oposición venezolana
con un liderazgo devaluado, pues aquí se quema a quien hay que quemar, hasta el
último minuto. De tal manera que la frase de Trump: “algo va a ocurrir en
Venezuela y estamos muy involucrados”, puede que tenga que ver con esto.
En política el cálculo lo es todo, pues precede a la acción,
que es la que moldea el campo donde se dirimen los intereses contrapuestos.
Gracias a un buen cálculo, asistimos a un avance político del chavismo en
Venezuela. Gracias a un cálculo limitado o reducido, el gobierno de los Estados
Unidos y sus subordinados están como están, a pesar de contar con
“inteligencia” de primer orden. Ahora bien, los gringos siguen firmes en sus
propósitos y tienen paciencia imperial, que va más allá del tiempo humano.
Lo que nos lleva a interrogarnos ¿Cómo se está hilando este
nuevo liderazgo? ¿Será portavoz de una nueva dirección? Pocos estarán
dispuestos a contribuir a una respuesta ahora, ya que parte de la receta es la
discreción, aunque muchos de los preparativos se estén dando frente a nuestros
ojos. El diseño de este liderazgo y una eventual nueva dirección es ajeno al
interés nacional, pero se construye en nuestro territorio, en un proceso que
requiere una sincronización forzada o no, a lo interno y lo externo de la
oposición.
En esta sincronización hay muchos convocados, incluso a
quienes desde el chavismo, sueñan con un papel relevante en una eventual
transición y que durante años han coqueteado en secreto, pero han visto a
muchos salir en el momento equivocado. También convoca a los ignorados y los
ambiciosos en la oposición a la revolución bolivariana, que tienen una bocanada
de oxígeno con el nombramiento de juntas directivas “ad hoc” de los principales
partidos opositores por parte del Tribunal Supremo de Justicia.
En esta etapa es temerario y especulativo publicar nombres,
sin embargo no lo es afirmar que los factores que hoy se asumen moderados y
críticos al liderazgo actual de la oposición, puedan jugar un papel importante
en esta nueva configuración. Esta opción busca en el escenario actual,
capitalizar la apertura del chavismo al escenario electoral y es descabellado
pensar que actúen a espaldas de Washington.
Los moderados entienden que cualquier transformación por la vía pacífica
pasa por reconocer la chavismo como una fuerza vigente, que forma parte de
cualquier acuerdo futuro. ¿Hay gente en el norte pensando lo mismo?
Para los que todavía dudan de lo “involucrado” que están los
estadounidenses y sus aliados, les comento que recientemente leía una síntesis
de un libro titulado "La CIA en España", escrito por Alfredo Grimaldos, en el cual
se recogen diversos testimonios de que
dan cuenta, de cómo la Agencia Central de Inteligencia y los servicios de
inteligencia alemanes construyeron un liderazgo en el Partido Socialista Obrero
Español, para que este encabezara la transición luego de la muerte de Franco,
en detrimento del Partido Comunista Español, que había logrado gran ascendencia
y poder organizativo en el país; y de esta manera asegurar que el Estado
Español estuviese alineado a los intereses de occidente.
Mientras leía la extensa síntesis del libro publicada en el
portal Politika, fue inevitable dejar de pensar en nuestro país (y claro que en
otros), en lo que ocurre ahora y lo que ocurrió. La narración de los
acontecimientos ocurridos en el Reino de España en esta época, no difiere mucho
de lo ocurrido a finales de la década de los cincuenta en Venezuela, cuando los
dos partidos políticos: Acción Democrática y Copei; aislaron al Partido
Comunista de Venezuela y suscribieron un pacto en Nueva York, que luego se
popularizó como el pacto de “Punto Fijo” y determino el funcionamiento del
sistema política por cuatro décadas. ¿Se repetirá parte de la historia?
Tendremos que esperar para verlo…
Por lo pronto termino pensando que los calderos imperiales
no han cesado de preparar agresiones a Venezuela, ahora que su último
experimento salió pasmado, están manos a la obra para su próximo esperpento.
jesusalbertorondon@gmail.com
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