Por Jorge Aniceto Molinari:
El gobierno uruguayo que preside el Dr. Luis Lacalle Pou, ha
afrontado la crisis que afecta al mundo de la corona virus, buscado el
asesoramiento de un grupo destacado de científicos que son patrimonio del país.
Ha realizado además los contactos necesarios a nivel político para que su
accionar esté debidamente respaldado.
No ocurre lo mismo en el plano económico, aún cuando de
entrada comenzó dando una señal mencionando las enseñanzas de John Maynard
Keynes a sugerencia de la Ministro de Economía Economista Azucena Arbeleche,
recordemos que fue Keynes el que a la salida de la segunda guerra mundial
propuso que el mundo fuera a una moneda única y universal.
Todas las señales indican –es de lamentar- que no se va a ir
por el mismo camino, y en ese terreno todo lleva a actuar en función de las
presiones de los sectores de la economía que exigen recuperar su “ventaja” -
que alegan perdida durante los gobiernos del Frente Amplio -, sobre la base de
achicar ingresos de los sectores asalariados y pensionarios, con un efecto
directo, constriñendo el mercado interno. Política que aplicada nos introduce
como ya sucede en otros países en un difícil campo de inestabilidad social.
¿Descarta el gobierno en este plano tener un asesoramiento
de la misma magnitud en el terreno de la economía? La propia postura de la
oposición parecería conducir a que se busque más confrontar que llegar a un
razonamiento común en este plano que entre otras cosas implicaría ubicar al
Uruguay buscando salidas universales de la que son responsable los organismos
financieros internacionales. Eso en lo que tanto hemos insistido del
planteamiento de Mujica en la ONU (setiembre del 2013) que sorprendió, del que
nadie se dio por enterado y el propio Mujica abandonó.
¿Qué es lo que hay hoy en concreto? La primera medida fue de
solidaridad obligatoria para los sectores de la actividad pública y de las
jubilaciones de determinados sectores vinculados a ellas; fue una clara señal.
Ahora se anuncia un segundo paso: la congelación de los
salarios para la actividad privada, que es en definitiva congelación para los
sectores sindicalizados, pues todo el mundo sabe que las remuneraciones de la
actividad privada son realizadas de acuerdo a objetivos empresariales,
absolutamente discrecionales, en línea con el grado de confianza en la pirámide
empresarial.
En un intercambio con compañeros de AEBU (sindicato
bancario) decíamos lo siguiente: “En Aebu por la característica de nuestro
trabajo, en lo personal jubilado, fui delegado titular por 11 años en el
Consejo Honorario de Caja Bancaria (2005-2016) hay compañeros que conocen bien
el tema. Lamentablemente poco o nada se debate aún cuando la crisis lo va a
traer a primer plano. No se trata de grabar el gran capital, ni siquiera de
gravar el capital pues en este sistema, el capitalista, descarga siempre sobre
lo que produce el costo y cuando este anula su rentabilidad busca otro
horizonte u otro país.
El problema por lo tanto no tiene solución nacional, hoy por
ejemplo todo el sistema impositivo recae sobre el consumo (60% del presupuesto
con una importante evasión) sobre los salarios y sobre las pensiones
(jubilaciones). ¿Entonces como ponerle el cascabel al gato? Existe un sistema
jurídico que permite que los capitales circulen libremente y que cuando hay que
reclamar un pago por cualquier tipo de incumplimiento puedan recurrir al poder
judicial. ¿De qué se trata entonces?
Hacer que el sistema impositivo opere sobre toda la circulación del dinero,
haciendo no legal toda transacción que no esté debidamente registrada donde la
sociedad democráticamente lo determine. Esto supone la muerte de los paraísos
fiscales y el control de la sociedad sobre todas las lacras sociales. para ello se necesita que el dinero tenga una
única medida universal, como lo es el litro, el metro, el kilo, los más
comunes. Supone que se eliminen los impuestos al consumo, a los salarios y a
las pensiones”.
“La crisis es tan grande que este camino es inexorable y no
existe otra alternativa, para que los organismos financieros internacionales
tengan los instrumentos necesarios para reactivar toda la economía sobre la
base de las necesidades de la gente en un marco de eficiencia, no
burocratización, pero dejando de lado la rentabilidad capitalista que hoy está
impidiendo la actividad productiva”.
“¿Esto se puede hacer?: si se puede hacer ya, los medios
técnicos existen falta la voluntad política que lo ejecute, de la que deben
formar parte nuestra AEBU y el PIT-CNT, y también los que políticamente estén
comprometidos con la suerte de la gente”.
La crisis económica es irreversible, pega directamente sobre
la predominancia de un modo de producción que se mueve en función de su
rentabilidad, y más allá de los sube y baja de los valores bursátiles la
realidad es que en EE.UU. se indica que ya hay 42 millones de desocupados, en
el último índice algo bajó aunque podría atribuirse a un efecto rebote – por
citar el ejemplo más paradigmático- y si bien en las emisiones de dólares y
euros, Europa y EE.UU. se asocian para descargar la crisis sobre el resto de la
humanidad, la verdad es que eso tampoco ya les va alcanzando.
Entonces no estamos hablando de un asesoramiento científico
similar al que se ha recurrido para el corona virus, sino además del inicio de
uno mayor, de relación de Uruguay con el mundo, que permita abrir el debate que
hoy está cerrado hecho que nos conduce a una tragedia.
¿Será capaz Luis Lacalle Pou de dar este paso?, ¿Es
consciente del desafío? ¿Se está ayudando desde la izquierda a abrir este
camino?: por ahora no, y lo que es más grave es que solo se ve como centro la
administración del Estado y no la profundidad de la crisis económica que exige
salidas ecuménicas.
Por otra parte, en otro comentario este referido a un
editorial de AEBU llamando a movilizarse decíamos:
Dice el editorial: “Una movilización que enfrente las
tendencias concentradoras de la riqueza que profundizan las desigualdades y la
exclusión. Una movilización que parta desde la acción solidaria que sostiene
ollas populares para colaborar con los más desprotegidos, al tiempo de promover
la negociación colectiva, la defensa del salario y los puestos de trabajo. Una
movilización firme y responsable, porque la emergencia es la gente”.
Esto dice el editorial de AEBU y lo compartimos. Lo que no
compartimos es que las tendencias concentradoras de la riqueza se puedan
combatir en el marco de un Estado. Es más, con todo lo que se hizo durante los
15 de años de Frente Amplio la concentración de la riqueza continuó, con el
agravante que habiéndose puesto control al movimiento del capital financiero
este un su mayor parte continuó operando por fuera del control bancario y sin
que el país pueda ir más lejos de lo que fue.
Además, habiéndose hecho un manejo mesurado de la moneda, se
ha dejado libre el camino para que con solo un movimiento cambiario se opere el
ajuste a la baja de los salarios y las pensiones, sin que el pueblo tenga un
instrumento de defensa.
Por otro lado, se han acentuado los impuestos sobre el
sector de la sociedad que el propio Frente Amplio centró sus ingresos
presupuestales, el IVA y los impuestos a sueldos y pensiones y en particular
castigando al sector estatal.
No hay ninguna razón válida para que el movimiento obrero no
se dirija a sus pares en el mundo planteando este problema que hoy es la otra
gran pandemia que tiene que soportar la humanidad y es la del permanente
deterioro de las condiciones del trabajo asalariado.
sipagola@adinet.com.uy
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