martes, 16 de junio de 2020

Conspiraciones y divisiones en las FF:MM colombianas. (1ra Parte)



Por Tony López R (*):
Severas críticas han recibido el gobierno de Colombia y su presidente Iván Duque Márquez, de diversos sectores políticos y sociales y de la opinión pública nacional e internacional por la próxima llegada al país de una brigada élite de la 82 División Aerotransportada del ejército de los Estados Unidos, conformada por 800 marines, y con esta llegada la evidente pérdida de soberanía porque fue la embajada de los Estados Unidos en Bogotá la que anunció, a los colombianos, tal noticia.


El anuncio no lo hizo la cancillería que es a quien le corresponde, obviamente, luego de cumplimentar los trámites constitucionales con el Senado de la República, como establece la ley, pero no lo hicieron y desconocieron la Constitución, no es al Ministerio de Defensa, que para colmo aparece firmando   un comunicado conjunto con la embajada de Estados Unidos, en la práctica, recibiendo una orden de una potencia extranjera. 

Esta unidad militar estadounidense cuyo nombre es “Security Forces Assistance Brigade”, en opinión del analista colombiano Felipe A Priast : “es una fuerza nueva creada en el 2018 y está encargada de entrenar y asistir a naciones aliadas de Estados Unidos que tienen problemas al interior de sus ejércitos, ya bien sea que esos estados ven a esos ejércitos como una amenaza o bien porque los quieren usar como  fuerza de choque  contra otro estado que considera enemigo”.

No es descartable que los marines vengan a verificar si hay o no crisis interna en las FF.MM colombiana, el argumento del combate al narcotráfico   es poco creativo y nada diferente de los que fue el Plan Colombia, un plan contrainsurgente y es claro que vienen a preparar condiciones para una, no desechable, acción militar contra Venezuela.

Por la ubicación de esta fuerza en los departamentos de Santander del Norte y Arauca, su accionar apunta a explorar el terreno, realizar actos hostiles utilizando a los paramilitares y mercenarios con vistas a provocar una respuesta venezolana y le brinde el argumento a Estados Unidos, para iniciar un conflicto militar contra Venezuela invocando al TIAR y la desprestigiada OEA.

Esta zona durante los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez, Juan Manuel Santos e Iván Duque, fueron territorios ocupados por los narco-paramilitares, que operaban y operan actualmente con la plena complicidad de sectores de las Fuerzas Militares colombianas, precisamente, uno de los temas del conflicto al interior de las fuerzas castrenses, pero esas bandas paramilitares pueden ser utilizadas para promover la provocación.
Existe una importante corriente interna dentro de la oficialidad del ejército que están en contra de esos vínculos con los narco-paramilitares que tanto daño les ha causado al prestigio del ejército, entre otras razones, porque la narco-política aplicada por el ex presidente y actual senador Álvaro Uribe Vélez, desde su época de gobernador de Antioquia, los llevó a corromper a una parte de la alta oficialidad y a muchos de ellos los  enriqueció con dinero del narcotráfico y los indujo a una demencial política con criminales asesinatos a inocentes jóvenes que tratan de encubrir  bajo el nombre de “falsos-positivos”. Esos asesinatos deben ser llamado como lo que son, crímenes de guerra. 

Los escándalos públicos que se han venido conociendo en los últimos tiempos, vienen de lejos, no olvidar que fue durante la gobernación del departamento de Antioquia de Uribe Vélez y en pleno maridaje con el ministro de Defensa Fernando Botero Zea, promovieron una ley y se aprobó en el Congreso,  la creación de las Cooperativas de Seguridad Rural Privadas, conocidas como Convivir, estas cooperativas  están consideradas la madre del narco-paramilitarismo,  respaldadas por sectores importante del estamento militar.
Como lo señala el mayor Bermúdez Rossi “fue la legalización y apoyo a los capos al narcotráfico, las Cooperativas de Vigilancia Rural (Convivir) no fue más que insertar a la población civil en la guerra y contradictorio con el protocolo II de Ginebra, para seguridad de terratenientes, ganaderos, casas tenientes, y narcotraficantes, el conflicto interno se degrada hacia una guerra civil no declarada”. Los grupos de justicia privada, según el decreto 356 de 1994, articulo 39, buscan insertarse a todo trance, legalmente, en tales “Cooperativas” (1).

Fue en ese período que se dieron varios escándalos de algunos altos mandos militares vinculados al narco-paramilitarismos, como lo fue el del Comandante en Jefe de las Fuerzas Militares Camilo Zúñiga, los generales Rito Alejo del Rio, Yanine Díaz, varios coroneles, algunos encarcelados y otros   fuera de servicio.
Como bien señala el colega venezolano Ernesto Salazar sobre la crisis militar colombiana en la revista On Line Pueblo en Armas, “los altos mandos de las Fuerzas Militares de Colombia no conocen hoy a Simón Bolívar, ni lo estudian ni mucho menos lo hacen conocer a las tropas: el Pentágono prohíbe su estudio en las escuelas militares latinoamericanas y en el documento Santa Fe IV; lo declara su enemigo”. Una gran ofensa para nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños.

No es casual que quien fuera Comandante en Jefe de las Fuerzas Militares durante el gobierno de Uribe Vélez, el general Carlos Alberto Ospina, comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, en entrevista que concedió a El Espectador…, “declare que no es “un especialista en Bolívar”, pues “no tengo un conocimiento profundo de él” …; reconociendo, en cambio, que “me gustan las películas de guerra. Por ejemplo, Las boinas verdes con John Wayne”.

” El entrevistador, Libardo Cardona Martínez, le pregunta al general Ospina: “¿Cuál es su ídolo?”, y éste le responde: “El mariscal Rommel, un hombre noble, un buen soldado, valiente. Es un hombre muy parecido a nosotros”. Aquí tienen nuestros amigos lectores el fiel retrato de nada menos que el máximo jefe de las FF.MM colombianas cuyo ídolo no es Simón Bolívar, ni tan siquiera Santander, sino el mariscal nazi fascista Erwin Rommel (1891-1944) quien fue derrotado por el Mariscal británico Bernard L Montgomery (1887-1976) en la batalla de El Alamein en 1942.

No es un secreto que dentro de las Fuerzas Militares colombianas hay un sector importante que no está muy de acuerdo en ser utilizado para iniciar una guerra contra Venezuela, no es una posición de este momento sino de hace mucho tiempo.  Hace muchos años que dentro de las Fuerzas Militares hay una fuerte posición de importantes sectores y mandos militares, incluso, en el alto mando, que no comparten la idea de inmiscuirse en acciones que conduzcan a un enfrentamiento militar con Venezuela. Los ex Comandantes en Jefe de las Fuerzas Militares, generales Fernando Tapia y José M Bonnet, nunca fueron partidario de tal aventura.

No existe ningún argumento político, económico, ni fronterizo, que se pueda utilizar para declarar una guerra con Venezuela, por otra parte, las FF:MM colombianas son conscientes que militarmente en una guerra convencional, los venezolanos están, no solo, mejor preparados, sino mejor armados, y que los supera en poderoso armamento con tecnología muy avanzada y además conscientes que defienden su país, mientras Colombia es el agresor. 

Desde hace años, las Fuerzas Armadas Bolivarianas Venezolanas están preparadas en la lucha regular, que es el déficit del ejército colombiano, que sí  es numeroso y tienen buena preparación, pero han sido preparados en lucha irregular y la estrategia y táctica de lucha , así como los medios de combates son distintos y diferentes.

Venezuela cuenta con 3 millones de milicianos, fuertemente armados, y con algo que es muy importante, empuñan un fusil defendiendo su patria, es el agredido y las víctimas son los venezolanos y venezolanas, y los colombianos en qué se convierten, en puros mercenarios y carne de cañón al servicio de una potencia extranjera para buscar sus beneficios imperiales, de los cuales Colombia no recibirá nada a cambio, solo muerte y destrucción.

O se van a creer el cuento de que el teatro de operaciones será solo en territorio venezolano, no, creo que, el ideólogo contra el chavismo Álvaro Uribe y su pupilo Duque, se equivocan y lo han dicho altas figuras del chavismo, si nos atacan e ingresan a Venezuela estamos en el perfecto derecho de contraatacar y entrar en Colombia. Aunque también hay que decir, que las relaciones, entre el presidente Duque y el ex presidente Uribe, hoy no parecen andar muy bien, lo cual no se tiene un buen escenario interno.

Como explica Duque que llama al debate de control político y es de ese debate que sale una nueva investigación de la Corte Suprema contra Uribe Vélez, lo hizo consciente e interesadamente, la respuesta solo la tiene él.  El gran escándalo por el espionaje de sectores de las FF:MM, cuya información iba a Uribe y no al presidente es un hecho grave, no solo por el desconocimiento al Jefe de Estado, sino por el uso de esa información le pueda dar Uribe que no es Jefe de Estado y las razones que tuvo para compartimentarlo es sospechosa. 

Será que a Duque se le ha despertado la conciencia, porque fue, precisamente, su padre, don Iván Duque Escobar, cuando era gobernador de Antioquia, el que le pidió al presidente Turbay Ayala que sustituyera al joven Álvaro Uribe Vélez como director de Aeronáutica Civil, por sus vínculos con el Cartel de Medellín.

Por otra parte, sí creen que el gobierno de Trump va a implicarse directamente en esa aventura, de invadir a Venezuela, se equivocan, en Estados Unidos la cosa como dice el dicho “el horno no está para galleticas”.  La crisis que tiene con el Covid-19 y los disturbios anti raciales por el asesinato de George Floyd y la intención de usar al ejército contra los manifestantes enardeció más al pueblo estadounidense, el Secretario de Defensa y el generalato le dijo no a Trump. No parece que EE. UU se impliquen directamente en una agresión, aunque del psicópata Trump puede esperarse cualquier cosa.

Y en la hipótesis de un ataque y una guerra desde Colombia contra Venezuela, hay que preguntarse qué va a pasar con la guerrilla del ELN, los frentes del EPL y de las FARC-EP, porque las propias Fuerzas Militares colombianas, han reconocido públicamente, en cerca de 7000 combatiente hoy se encuentra en la fila de las disidencias de las FARC y en los frentes formados por FARC-EP Segunda Marquetalia que comanda Iván Márquez y que estos ya han recuperado sus viejos territorios.

De acuerdo a los comunicados y objetivos de estas fuerzas insurgentes es lograr la paz con justicia social, y acusan al gobierno de Duque y Uribe de haber traicionado e incumplido los Acuerdos de Paz de la Habana, de presionar a la JEP y tratar de modificar lo acordado sobre la Justicia Transicional, así como la masacre que se está cometiendo contra sus ex combatientes y con lideres sociales, afrocolombianos e indígenas que sobre pasan ya los 1300 asesinados.

Desde hace muchos años, las Fuerzas Militares colombianas, han tenido sus problemas internos y sobre todo porque una oligarquía liberal-conservadora los ha abusado y usado para sus fines políticos. Las Fuerzas Militares, en todos los países, se crearon para la defensa de sus fronteras y siempre para enfrentar cualquier acción que venga de otro país y en defender la soberanía e independencia. Nunca por política de Estado usar esa fuerza por razones política interna contra sus ciudadanos. Para esos hay otras dependencias policiales o las llamadas Guardias Nacionales.

En Colombia el manejo interno e independiente  Estado-FFMM  ha sido respaldado por la Constitución de  1886  y   la oligarquía liberal y conservadora  la usaron distintamente  en su beneficio, esas políticas se apreciaron con la guerra de los Mil Días, el asesinato  del general Rafael Uribe, y se acentuaron aún más desde,  él también asesinato del presidente Olaya Herrera, pasando por Alfonso López Pumarejo en la década del 30 a quien intentaron deponer en 1936 y luego en el 40 el desangre entre liberales y conservadores, el magnicidio contra el líder revolucionario y popular Jorge Eliecer Gaitán fue estremecedor, tal como él lo predijo, que su muerte podría provocar graves conflictos en los próximos 50 años,  esa guerra interna provocó 300,000 muertos de 1946 a 1958 (2), no se equivocó él carismático y preclaro líder.

Líder cuyo ejemplo y pensamiento tratan de ocultar, así como su historia, hace unos años visité la casa museo Jorge Eliecer Gaitán estaba muy bien atendida y hoy he tenido noticias de que la Casa Museo ha sido prácticamente destruida, pese a las reclamaciones de su familia y de su hija Gloria Gaitán.

Fue en el gobierno de Uribe Vélez, cuando la oligarquía liberal-conservadora inició una política de arrasar con la Casa Museo y el pensamiento e ideas de Jorge Eliecer Gaitán, abusando de su poder.  Es el pueblo colombiano el que debe exigir respeto al gobierno y la recuperación de la memoria histórica de sus líderes y pueblos.  Pueblo que no defiende su historia termina esclavizado por los grandes señores del poder autoritario y monárquico.

El tema de la crisis militar en Colombia y los diversos problemas que han confrontado en los últimos años, serán reflejado en la segunda parte de esta historia, que hoy es, además de la grave pandemia, un tema muy serio, no solo para Venezuela y Colombia, sino para la región.

(*) Periodista, politólogo y analista internacional.
jorgarcia726@gmail.com

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