sábado, 20 de junio de 2020

Colombia a 56 años de la fundación de las FARC-EP. 3ra Parte



Por: Tony López R (*):
Resulta imposible en estos 56 años de la fundación de las FARC-EP, no hablar de los hechos y acontecimientos que rodearon el proceso de paz desarrollados en San Vicente del Caguán. En este artículo solo citare una parte de todo lo que desarrollaron los enemigos de la paz en contra de este proceso, con la participación   la complicidad de altos y medios mandos militares colombianos. 


Este artículo intenta recoger en apretada síntesis esa historia, alguna desconocidas y otras olvidadas, para que se pueda evaluar con justa medida las verdaderas razones de porque los fracasos de los procesos de paz, los engaños y las montañas de muertos que ha pagado el pueblo, a mano de  la oligarquía liberal-conservadora,  para mantener  su poder dictatorial disfrazada de democracia y  mantener sometido al pueblo colombiano a sus políticas neoliberales y entreguistas al imperio estadounidense.

Nunca un proceso de paz en Colombia tuvo tanto respaldo internacional, lamentablemente desde un principio los enemigos de la paz comenzaron su campaña de descredito para impedir que este triunfara. En este caso dos elementos muy negativos para la paz en Colombia y en la región se unieron, los intereses de Estados Unidos que le urgía mantener a este país andino bajo su dominio y el narcotráfico.

El 9 de marzo del 2001 se conformó la Comisión de Facilitación de Paz (CPF) con las FARC-EP, la integraron los siguientes países: Canadá, Cuba, Francia, España, Italia, Méjico, Noruega, Suecia, Suiza y Venezuela.

La creación de la Comisión Facilitadora daba un espaldarazo al proceso y permitía mediante el intercambio de ideas y experiencias solventar las diferencias que se presentaban en la Mesa, no se trataba de mediar cuando había puntos complejos que parecían insalvable, la Comisión procuraba bilateralmente y por separado, trasladar experiencias y argumentos, que contribuyeran al entendimiento de las partes y así se superaron muchos obstáculos y se lograba el consenso.

Un elemento importante a tomar en cuenta es que a esta Comisión se le sumó el apoyo de la Unión Europea y la Santa Sede, pero Estados Unidos nunca apoyo ese proceso, ni participó en ningún evento en  apoyo  a la paz,   pero era lógico que  así respondiera Washington, sus intereses eran otros, no solo el negocio de la venta de armas y de los ricos recursos minero-energético  que tiene Colombia,  el  objetivo además  era  geoestratégico por lo que significa la ubicación Colombia para Suramérica.

Esa es la razón por la cual Estados Unidos ofreció muy tempranamente apoyo militar al presidente Pastrana, ofrecimiento que encajó en el verdadero plan que urdía el gobierno, o sea la reingeniería militar. Mientras Estados Unidos alcanzaba su propósito inmediato con la aprobación del Pan Colombia y más tarde, en el gobierno de Uribe Vélez, el asentamiento de 7 o más bases militares en dicho país.

No tengo la menor dudas de las sanas y verdaderas intenciones de paz del ex senador conservador Álvaro Leyva Durán, él fue el promotor, junto con el ex senador liberal Rafael Pardo Rueda, de que la campaña presidencial se planteara el tema de la paz como prioridad para el país y Leyva gestionara el encuentro con el jefe guerrillero Manuel Marulanda con Andrés Pastrana, con la finalidad de lograr un acuerdo para iniciar conversaciones de paz.  Ese acuerdo se concretó el 9 de julio de 1998 en Caquetania, departamento del Caquetá. Allí empezó todo, incluyendo los 12 puntos, que debía contener la Agenda de Paz refrendados en la vereda de La Machuca, el 6 de mayo de 1999.

Pero los enemigos de la paz comenzaron a trabajar y lo hacen con mucha intensidad cuando el Acuerdo entre las FARC-EP y el Gobierno, llegan a pactar la desmilitarización de cinco municipios, 42 mil km de territorio, en su gran mayoría, donde las FARC-EP controlaba una buena parte de esos territorios, que estaban bajo el dominio de los Bloques Oriental y Sur.

Las Fuerzas Militares, en especial el ejército y su alto mando, estaban en contra de ese despeje e iniciaron su desacuerdo interfiriendo en el trabajo del alto Comisionado de Paz, el primer obstáculo fue la negativa a evacuar el Batallón de Cazadores, que causó la demora del inicio de la Mesa de Dialogo, este debió comenzar en octubre del 98 y no fue hasta el 7 de enero de 1999 que se inauguró. Este fue el primer gran conato entre el Alto Comisionado de Paz y las FF.MM.

La campaña contra ese acuerdo de paz por parte de los medios hegemónicos de prensa nacionales e internacionales y sectores empresariales, ganaderos, terratenientes y  políticos de derecha  liderada por el ex gobernador de Antioquia Álvaro Uribe Vélez,  recibieron el apoyo de los sectores más reaccionarios del establecimiento, entre ellos importantes miembros y dirigentes de FEDEGAN, SAC, FENALCO, los narco- paramilitares, y un significativo sector castrense con  importante poder  incidieron negativamente en el proceso, todo fue para ganar tiempo, por eso  su estrategia  fue la de ir creando dificultades y que las FARC por un lado y el gobierno por otro, se  enfrentaran, en la Mesa de Dialogo para  o bien lograr la ruptura del proceso o que se fuera retrasando.

No fue gratuita la llamada al orden de los insubordinados, comprometidos en el ya referido intento de Golpe de Estado, explicado en mi anterior artículo,   el gobierno hizo serias concesiones, entre ellas, el Presidente tuvo que ir a la base de Tolemaida a dar explicaciones a los oficiales amotinados y aceptó la petición de que las FFMM fueran permanentemente consultadas y tener voz y voto en las decisiones que se tomaran en la Mesa de Paz del Caguán.

Es así como Pastrana renuncia al principio que había anunciado, de que en ese proceso con las FARC-EP era una tarea de él y del Alto Comisionado de Paz, en esa época Víctor G Ricardo. A partir de allí los militares tomaron activa participación en dicho proceso.

A los pocos meses del ya comentado amotinamiento militar, Víctor G Ricardo fue sustituido y enviado de embajador al Reino Unido y el Comandante en Jefe del Ejército Jorge Enrique Mora Rangel y el resto de los 12 generales y 20 coroneles más los 50 oficiales de diversas graduaciones continuaron en sus cargos. Los militares habían ganado la partida y a partir de allí, las consultas sobre el curso de la Mesa de Dialogo eran permanentes. Una vez más la herencia de la Constitución de 1886 se hacia presente, los militares tomaban partido de las decisiones e intervenían en política del Gobierno y del Estado.

Numerosas fueron las acciones que se desarrollaron contra este proceso, con el fin de hacerlo fracasar, el primero de esos macabros hechos resultó cuando a solo 20 días de haberse inaugurado el 7 de enero de 1999, las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) dirigida por el tristemente célebre Carlos Castaño Gil, ordenó el asesinato de cerca de 200 campesinos que habitaban en las cercanías de la zona de distención acusados de ser auxiliadores de la guerrilla. Ese hecho provocó el primer congelamiento de la Mesa de Diálogo. Como debe comprenderse, estos paramilitares no pudieron acercarse a esas zonas si no tenían el respaldo y complicidad de las FF.MM.

Conociendo el desafío que tendrían por delante, el gobierno y la insurgencia, con el propósito de arropar la política de paz, impulsan la firma de un compromiso de partidos, y organizaciones políticas, así como del Congreso de la República. Los representantes de estas instituciones acordaron respaldar y comprometerse con una política de Estado para la paz, fundamentada en la justicia social y basada en una solución política al conflicto.

Pero pese a ello, los obstáculos contra el proceso de paz se harían presentes, el Gobierno argumentando que existía un acuerdo para que una Comisión de Verificación Internacional viajara a la Zona de Distensión, provocó la reacción de las FARC y el 18 de julio de 1999 se produce el segundo congelamiento de los diálogos.

Esta acción fue promovida por los militares, a sabiendas que la respuesta de las FARC seria adversa y responderían negativamente, mis fuentes de esa época, me indican, que, en el marco de las acciones sicológicas, los militares querían medir fuerza y en retaliación a la decisión presidencial de prorrogar la Zona por seis meses el 4 de junio, plantearon la necesidad de que la zona fuera verificada.

La negación de las FARC a recibir a una comisión de verificación, provocó la controversia con el Gobierno y de hecho era un indicio de que la sospecha del mal uso de la zona, según los militares, era cierta. La realidad es que se produjo una confusión o tergiversación de lo acordado.  Se trataba de una comisión internacional de acompañamiento y solo servir de verificadora cuando surja cualquier inconveniente que se pueda presentar y superarlo.  O sea, no se trataba de una Comisión para verificar la Zona como al parecer fue interpretado. Frente a la actitud de las FARC, el Gobierno retira la propuesta y se reanudan los diálogos.
Luego de estos primeros escollos, que provocó una demora de varios meses, para la instalación de la Mesa de Negociaciones esta se logra dejar establecida oficialmente en un acto protocolario el 24 de octubre 1999 en el municipio de la Uribe, departamento del Meta, con la participación de la población civil y de personalidades nacionales e internacionales.

El Gobierno y las FARC acuerdan la conformación del Comité Temático Nacional, uno de los hechos más importante de este proceso porque este Comité tuvo entre otras misiones, la de convocar a las Audiencias Públicas lo cual era el marco adecuado para la participación popular en el proceso de diálogo y negociación.
El Comité Temático que se conformó para recibir a las organizaciones sociales y gremios y llevar a cabo sus propuestas, algunos como el del gremio de los maestros, temas sobre la economía, la cultura y el impacto negativo del modelo neoliberal. Por razones burocráticas el Comité no pudo comenzar sus trabajos hasta mediados del 2000, ese obstáculo tenía la intención de retardar este importante proceso que había sido acogido con mucho interés y beneplácito.

En una nueva acción de los uniformados contra el proceso de paz,  se aprovecha el frío y criminal asesinato de una pobre e infeliz campesina nombrada Elvia Cortés, a quien le colocaron un collar bomba, que provocó su muerte y la del técnico en explosivo, porque sin prueba y total fundamento irresponsablemente  el alto mando militar culparon a las FARC de tan monstruoso crimen, mientras lo real era, que estas nada tuvieron que ver con dicha barbarie, así lo reconoció el presidente Pastrana (1). Este hecho también ocasionó un enfrentamiento FARC-Gobierno y el congelamiento del proceso por mas de un mes, hasta que el Alto Comisionado, Camilo Gómez, viajo a San Vicente y se disculpó por el error cometido.  Este fue el tercer congelamiento del proceso. 

Lo lamentable es que la acción y el daño sicológico ya estaba hecho, en todos los medios se culpaba a las FARC de este acto terrorista y en el imaginario de incontables personas en Colombia y en el exterior, quedó grabada la culpabilidad de esta organización insurgente. Es el manejo nazi-guebeliano, una mentira repetida se convierte en verdad, matriz de opinión que siembres queda, aunque luego sea desmentida.

La delegación gubernamental fue sorprendida por la propuesta de cese al fuego   por el jefe de las FARC-EP, el comandante Manuel Marulanda. Un tema que, por su importancia en un proceso de paz, resultaba sumamente complejo, más aún en el caso de Colombia. Los proyectos de cese de fuego y hostilidades presentados por el Gobierno y las FARC para nada coincidían. 

Para el gobierno, era muy perjudicial, pues tenían claro que una aceptación de un cese de fuego, los forzaría a parar la reingeniería militar que se estaba llevando a cabo en las Fuerzas Militares, con el apoyo de los Estados Unidos y era impresentable interna y externamente dicha propuesta, cuando en realidad el gobierno se preparaba para la guerra y maniobraban para ganar tiempo.

En la primera quincena de septiembre se produce el secuestro del avión de Aires que rendía vuelo entre Neiva y Florencia, el secuestrador era Arnubio Ramos un miembro de las FARC que se encontraba preso y era trasladado a rendir indagatoria ante los tribunales en Florencia, la capital del Caquetá.

La acción era propia para un filme norteamericano, cuya espectacularidad de por sí debió llevar a los jefes de las FARC EP a desconfiar. Debió llamarle la atención la facilidad con la cual el secuestrador redujo a sus guardianes y evaluar cómo y quién le había colocado la supuesta arma en el baño del avión, si es que esta existió. 

La operación fue una de esas acciones en las cuales se especializan los servicios de inteligencia israelitas, servicios que desde hace años asesoran a la inteligencia colombiana, así lo confesó el propio Arnubio, cuya misión principal era asesinar a Manuel Marulanda o al comandante Jorge Briceño, c/p Mono Jojoy.  O atentar contra el comandante Oscar “el Paisa” pero terminó asesinando a su segundo al mando.

Por este frío crimen, Ramos fue detenido e interrogado y confesó que había sido reclutado por la Dirección de Inteligencia Militar y el secuestro del avión de Aires había sido una acción muy bien planeada y dirigida por dicha dirección.  Una arriesgada operación que puso en peligro a los pasajeros de dicha nave y a su tripulación. Según él con esa acción podría provocar la ruptura del proceso. 

Estaba claro que las negociaciones del Caguán ya estaban agotas, el gobierno había logrado a esas alturas de casi tres años y meses, alcanzar el objetivo de su reingeniería militar con el apoyo incondicional del gobierno de los Estados Unidos y sus Fuerzas Armadas.

Eso explica las razones por las cuales la Mesa de Diálogo y Negociación no avanzó en concretar un solo acuerdo de la agenda pactada en Caquetania y refrendada en los Acuerdos de la Machaca, y en San Francisco de la Sombra, el   Gobierno estaba ganando tiempo, la tesis de la derrota militar había prevalecido para sentar a las FARC-EP en una negociación en condiciones de debilidad. Y Andrés Pastrana, por sus grandes debilidades perdió realmente lograr una real y verdadera Paz y tal vez  haber ganado el Premio Nobel que el ansiaba.

Los enemigo de la paz y el sector de la oligarquía liberal-conservadora, completamente vinculada al narco-paramilitarismo y a los intereses de los Estados Unidos, prevaleció, en las próximas entregas  de este serial, sobre el 56 aniversario de la fundación de las FARC-EP, conocerán más detalles  de las conspiraciones y entretelones que rodeó el proceso del Caguán,  para que puedan  explicarse, lo que sucedió y lo que ha acontecido posteriormente y el actual desenlace de los que está sucediendo con los Acuerdos de La Habana y la repercusión interna en el Movimiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas, Ejército del Pueblo (FARC-EP).

(*) Periodista, politólogo y analista Internacional.
jorgarcia726@gmail.com
Bibliografía utilizada:
(1)          La Palabra bajo el Fuego. Ed. Planeta. Pág. 240 y 241. Autor. Andrés Pastrana Arango

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