miércoles, 20 de mayo de 2020

Un luchador extraordinario



Por Eduardo Contreras:
Hace pocos días y a la edad de 78 años, víctima de una afección cardíaca, ha fallecido en España el histórico líder revolucionario Julio Anguita, ex alcalde de Córdoba, ex Diputado, ex Coordinador de Izquierda Unidad y ex Secretario General del Partido Comunista de España.

“Ya es eterno, nos deja muchas enseñanzas. Nos sentimos huérfanos, hemos perdido al padre de la Izquierda, una persona única, ejemplar…” escribió en el diario EL PAIS de España el Diputado Enrique Santiago, actual Secretario General del Partido Comunista de su país y destacado abogado de Derechos Humanos a nivel internacional.


Julio Anguita ha sido en rigor una de las figuras más destacada de la Izquierda a nivel mundial. La modestia y consecuencia de este revolucionario que alguna vez dijera que “venimos de la nada y a la nada vamos y por eso hay que luchar toda la vida y morir luchando” lo hace un referente moral y le sitúa en un privilegiado lugar no sólo de la historia de su país sino de la historia de los demócratas y revolucionarios de todo el mundo. Pensador serio, polémico, crítico, agudo, incisivo, anti sectario, valiente, digno, sencillo, unitario y consecuente.

El “califa rojo”, como le llamaron en Córdoba en sus tiempos de jefe comunal, solía encontrarse jugando dominó y charlando con amigos allá por el sótano de un tradicional café de su hermosa ciudad. Compartiendo con todos, siempre modesto y fraternal.

Anguita tuvo problemas de salud. Y un enorme dolor, que probablemente influyó en sus varias crisis cardíacas ya iniciadas en los años noventa, fue la muerte - en el año 2003 - de su hijo Julio Anguita Parrado de 32 años de edad, que cayó mientras se desempeñaba como periodista en medio de la guerra de Irak.

Un apreciado amigo nuestro, el historiador español Mario Amorós, nos recordaba que en septiembre del año 2000 viajó a Madrid la muy querida dirigente comunista chilena Gladys Marín, acompañada por el dirigente Oscar Azócar. Por esos mismos días, el dictador Pinochet era desaforado y procesado en Chile y la lucha por los derechos humanos y el castigo a los criminales estaba encendida.

Entonces fue, evoca Mario, que nuestros dirigentes se reunieron con Julio Anguita y con su ayuda dieron una exitosa conferencia de prensa en cuyo centro estaba la causa chilena para la que lograron importantes apoyos.

Recuerdo bien que por esos años Gladys nos habló del cariño y camaradería con el que entonces fueron recibidos por el histórico líder español y cómo contribuyó a lograr apoyos a la causa democrática del pueblo chileno.

Agreguemos una referencia a la probidad del importante líder fallecido y es que Julio Anguita vivía de su modesta jubilación como profesor porque había renunciado a la jubilación como parlamentario.
Fueron varios miles de personas las que el pasado fin de semana marcharon junto a su féretro por las calles de Córdoba y fue impresionante constatar que los aplausos de la multitud no cesaron ni un solo minuto, durante el largo tiempo transcurrido en esas ceremonias.
El pueblo no se equivocó. Despedían a un grande de veras.

eduardocontreras2@gmail.com

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