Por Dr. Ángel Rafael Tortolero Leal:
Al final de su mandato, muy pocas cosas sorprenden al
electorado norteamericano en la praxis política de Mr. Trump; él como ningún
otro presidente, ha hecho de las maniobras mediática infructuosas y las
fallidas emboscadas a sus adversarios, su carta de presentación ante el mundo;
a él poco le importa las valoraciones ética y morales, las críticas
programáticas o los señalamientos políticos de sus aliados; ya que todas las
contradicciones en su contra, se diluyen en la nube de las postverdades y el
Fake News.
En ese orden de ideas, sin ánimo de disculpar las
aberraciones antes descritas, hay que decir que Trump no es un gobernante con
autonomía, sino un mandadero al servicio de los poderes corporativos,
económicos y financieros que controlan a esa sociedad supremacista, vacía de
contenido político, y cargada de convencimiento económicos, donde el más
delincuente triunfa y es admirado por la sociedad.
En consecuencia, él es un pobre rico, preso de sus
ambiciones que “gobierna” con muchas restricciones, signado por el mandato de
un guion preestablecido al cual no puede contradecir y es su deber cumplir y
asumir las consecuencias históricas.
Afortunadamente para él tiene sus días contados en la Casa
Blanca, todo señala que perderá las elecciones; mejor dicho, que no será
favorecido por las componendas de los colegios electorales, pues ya cumplió el
objetivo trazado por el establishment: “movió todo lo que tenía que mover, no
cambio nada y del caos que causó”, surgen oportunidades que han de redundar en
el reposicionamiento de los capitales.
Es importante señalar, que no hay contradicción esencial entre
quien gobierna USA y sus opositores; y poco importa, pues los objetivos del
Estado Nación trascienden a las circunstanciales alternancias en el poder. Por
ello para el resto de la humanidad, el cambio de presidente en Estados Unidos,
no significa absolutamente nada. Pues los objetivos son los mismos, aunque los
estilos varíen entre una personalidad presidencial y otro.
En ese orden de ideas, Venezuela, Cuba, Nicaragua, México,
China, Rusia, Siria, Palestina e Irán, entre otros; “mientras insistan en ser
libres del yugo imperial”, seguirán siendo objeto de agresiones por parte del
Imperio. Una agresión que, a los fines del modelo económico comercial
norteamericano, por un lado, mantiene viva la industria de guerra, su principal
fuente de enriquecimiento, y por el otro, desarrolla la Doctrina del destino
manifiesto (1803), con la cual Estados Unidos de Norte América, se asume
predestinado a extenderse en el mundo tomando nuevos territorios y todo cuanto
en él se encuentre.
Es evidente que el mundo está en peligro; que las
recurrentes crisis generadas en occidente, pone en riesgo la sobrevivencia de
la humanidad toda. Hoy no hay coincidencias ideológicas uniformes que se
contrapongan a la barbarie imperial como el siglo XX cuando el bloque
socialista actuaba a manera de contrapeso y viceversa; todo lo contrario, está
surgiendo la diversidad, se está revelando un mundo multipolar, multi étnico y
pluricultural, el cual ha de ser suficiente para frenar a cualquier hegemonía.
Prueba de los antes dicho es que en la actualidad no es
extraño las coincidencias en la diversidad, por ejemplo, la Revolución Islámica
de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei desarrolla coincidencias y acuerdos con
el Partido Comunista Chino, la Revolución Cubana, la Revolución Bolivariana y
la mayoría de los 130 países de la NOAL, a la vez que acusa el fracaso del
EE.UU. para enfrentar la pandemia COVID-19 y salvar a su pueblo.
He allí lo medular del asunto. Sale Donald Trump de la Casa
Blanca, pero continúa la tragedia de las imposiciones hegemónicas de EE.UU., y
su caterva de aliados en el mundo. Tal vez pronto logremos superar la pandemia
del COVID19, pero seguro que el capitalismo salvaje e inhumano, volverá por la
senda de la explotación de un planeta cada vez más agotado. Sin embargo, tenemos
una gran oportunidad de cambiar el orden mundial y retornar a la dinámica
social convencido de nuestras vulnerabilidades y enterados de nuestras
fragilidades como especie.
No hay economía posible sin la participación humana. Si el
imperio y su modelo depredador sigue devorando al planeta, la próxima pandemia
será por hambre y sed, la cual seguro no dejará margen para el desarrollo de
oferentes y demandantes en ningún mercado.
Desde la Revolución Bolivarina, el Comandante Presidente
Chávez (2012) nos legó el 5to Objetivo del Plan de la Patria: La preservación
de la especie humano. Hoy, estamos frente a ese riesgo inminente. No es casual
que quienes se oponen sean los mismos que provocaron las terribles condiciones
ambientales en las que vivimos. No es extraño, que USA lidere la lista de
muerte por contaminación de CONVID19 y las principales economías del planeta le
sigan en la lista.
angeltortolero@gmail.com
Amanecerá y veremos. Por qué será que tantos latinoamericanos insisten en invadir USA?
ResponderEliminarNada es eterno y ojalá sea el inicio de lo bueno para los países vulnerables y el fin del sancionador genocida. Dios haga su Voluntad.
ResponderEliminarInteresante y muy objetivo el clmentario
ResponderEliminarhola ese hijo de puta saldra golpeado de la casa blanca otro mas del monton de basura
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