Por Rolando Prudencio Briancon:
La pandemia del coronavirus está poniendo a prueba también
los liderazgos mundiales; y no en cuanto a cuál de los presidentes será el
primero en traer la buena nueva del fin de la pandemia, sino quien toma las
decisiones -que es lo que importar en política- sin depender de las ordenes de
un tercero; y más aún cuando es la soberanía de las naciones, como la dignidad
de los pueblos la que está de por medio.
Así es como Trump acaba de reaccionar, ante las
declaraciones del presidente chino respecto ya sea que: "China apoya a
Venezuela para evitar el contagio del coronavirus. Las medidas oportunas que ha
tomado el gobierno venezolano han demostrado un liderazgo del presidente
Nicolás Maduro ante la comunidad internacional". Pero además han rematado
su respaldo hacia el gobierno de Maduro, aclarando que: "China siente como
propias las dificultades y desafíos que enfrenta. Venezuela".
Pocas palabras para un buen entendedor debería haber
reflexionado Trump antes de anacrónico y arrogante arrebato de molestarse sin
motivo, y darse cuenta que: por un lado, nadie va pescar en río revuelto en
esta coyuntura de pandémico contagio del coronavirus tratándose agredir a un
país, por el sólo hecho de robarle su petróleo.
Pero además que China sigue reconociendo como presidente
legítimo a Maduro, y no a la marioneta de su presidente encargado Juanito
-alias alimaña- Guaidó, que es a quien Trump contra viento y marea ha apostado
todas sus cartas.
Y es que ya se le pasó el tren a Trump de asaltar el
petróleo venezolano, que a estas alturas sería: o tener una muerte súbita, o
suicidarse el tratar de tomar por asalto el petróleo venezolano, dado el
respaldo del gobierno chino, como del ruso que no sólo apoya por apoyar a Venezuela,
sino que Moscú y Caracas tienen inversiones comunes en diferentes áreas de
negocios que proteger mutuamente.
Así que a estas alturas poco o nada importan las
advertencias trasnochadas de Trump, respecto a que: "no estaría
contento" por el apoyo que China brinda a Venezuela, pues no es que
hipotéticamente vaya hacerlo, sino que es una realidad ese respaldo al gobierno
bolivariano, aunque el orate de la Casa Blanca opte, como consuelo ya no por la
política del más fuerte, sino la del avestruz.
prudenprusiano@gmail.com
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