Por Diego Olivera Evia (*):
La pandemia de la muerte azota al planeta
El nuevo coronavirus ya alcanzó el estatus de pandemia,
según consideró este miércoles la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una
realidad de una crisis sin control en el planeta, los países europeos y EEUU,
hicieron caso omiso al ataque de la pandemia en China, pero en esas condiciones
se creó un ataque a España, Italia, Alemania, Inglaterra y EEUU mostraron un
desprecio de los efectos de esta mortandad, la actitud de no cubrirse contra el
covid-19, demostró que los países desarrollados, mostraron un decidía en la
Salud de sus ciudadanos, muchos como el terrorista Trump, no creo condiciones
para los afectados por el Covid-19, sin
hospitales públicos y los privados cobran carísimo, y de la misma manera en la
calles de Nueva York , muerte los latinos y los afro descendientes, mostrando
una realidad inmoralidad.
Después de que el número de casos fuera de China, donde se
originó, se multiplicara por 13 en dos semanas y en ese periodo los países
afectados se triplicaran, la OMS elevó las alarmas.
"Podemos esperar que el número de casos, de
fallecimientos y de países afectados aumente" en los próximos días y
semanas, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien
reconoció estar muy preocupado ante los "alarmantes niveles de
inacción".
La declaración es un mensaje de alerta para gobiernos de
todo el mundo, un intento de presionar para que se incrementen las medidas de
contención del virus, denominado oficialmente SARS-CoV-2.
Coronavirus:
la OMS declara pandemia al covid-19
Se trata de la primera vez que una epidemia causada por un
coronavirus es considerada como pandemia, que según la OMS se define como
"la propagación mundial de una nueva enfermedad".
La propagación del coronavirus en más de cien países ahora
califica como una pandemia global, dieron a conocer funcionarios de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) este miércoles y confirmaron así lo que
muchos epidemiólogos han estado diciendo durante semanas.
Hasta ahora, la OMS había evitado utilizar el término para
describir la epidemia que avanzaba de país en país por temor a dar la impresión
de que era imparable y que las naciones se dieran por vencidas en los esfuerzos
por detenerla. La organización informó con anterioridad que ya no declaraba
oficialmente cuando una epidemia alcanzaba proporciones de pandemia y que más
bien prefería declarar emergencias globales de salud pública.
“Pandemia no es una palabra que se use a la ligera o de
manera descuidada”, dijo en una conferencia de prensa en Ginebra el doctor
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS. “Todos los países pueden aún
cambiar el curso de esta pandemia”, agregó.
Sin embargo, ahora hay evidencia en seis continentes de
transmisión sostenida del virus, que ha infectado a más de 120.000 personas y
matado a más de 4300 y que para la gran mayoría de criterios médicos constituye
una pandemia. La designación en sí misma es principalmente simbólica, pero los
funcionarios de salud pública saben que junto con la palabra el público
escuchará elementos de peligro y riesgo.
Desde que apareció en Wuhan, China a finales de 2019, los
ojos del mundo han estado puestos sobre el coronavirus. Desde entonces, el
virus ha enfermado a decenas de miles de personas en decenas de países y su
rápido avance a través de Asia, el Medio Oriente y Europa ha aumentado los
temores de que haya una pandemia en el horizonte.
La Organización Mundial de la Salud se había referido al
brote como una “epidemia” y no como una “pandemia”. Pero a finales del mes
pasado, aumentó su evaluación del riesgo global de propagación y el riesgo de
impacto del brote de coronavirus de “alto” a “muy alto”.
La inmoralidad y el terrorismo de EEUU con Trump y sus
súbitos
Ya el año 2016, previo a las elecciones que finalmente
llevaron a Trump a ocupar la Casa Blanca, el ex presidente estadounidense y
antecesor de Trump, el demócrata Barack Obama sostuvo, que los líderes
mundiales (agrupados en el G7) estaban intranquilos, por la posibilidad que el
magnate inmobiliario llegará a ocupar la testera del país más poderoso del
planeta “No saben con qué nivel de seriedad deben tomarse algunos de sus
comentarios. Están inquietos con él y por una buena razón, ya que muchas de las
propuestas que ha hecho, desvelan o bien ignorancia en cuanto a asuntos
mundiales o bien una actitud arrogante".
Absolutamente complementaria con ese obscurantismo supino
del mandatario estadounidense, se presenta su inmoralidad en el manejo de las
relaciones internacionales. Marco en el cual no duda con expresar opiniones y
toma de decisiones, que son abiertamente canallescas. Ha sido así con relación
a Palestina y el apoyo incondicional que le ha dado a la entidad sionista
contra el pueblo palestino, en materias militares, económicas, concretando
aquello que sus antecesores se cuidaron de no hacer: reconocer a al Quds
(Jerusalén) como capital del régimen ocupante israelí en Palestina y trasladar
su embajada de la ciudad de Tel Aviv a la ciudad santa.
Sume a ello el sostén político en todas las instancias
internacionales y la venta multimillonaria de armas a otro de los regímenes
acusado de delitos contra la humanidad: la Casa al Saudí, enfrascada en una
guerra de agresión contra Yemen. Una campaña que ha dejado ya más de 91.000
muertos A las víctimas de los combates, hay que añadir el enorme costo que ha
traído a esta población de 27 millones de habitantes, el hambre y las
enfermedades, entre ellas el cólera, en un país donde, según señaló en un
informe del año 2019, la organización Save the Children, han muerto 84.701
niños por inanición y 3.000 ante el brote de cólera.
En el caso de la ONU, ésta no sólo ha condenado a Estados,
Francia y Gran Bretaña por la venta de armas a la monarquía wahabita, sino que
ha sacado resoluciones (posteriormente retiradas por la presión económica de
Riad) donde se condena los crímenes de niños yemeníes por los bombardeos de
Riad y sus socios. Estos países occidentales son copartícipes y, por ende,
responsables de la guerra de cinco años de Arabia Saudí contra Yemen. Estas
tres potencias, que han respaldado a Arabia Saudí en este lustro tratan que la
agresión se olvide, no haya visibilidad de lo que ahí acontece.
Ya la Organización de Naciones Unidas (ONU) en septiembre
del 2019 catalogó a Estados Unidos, el Reino Unido y Francia como cómplices de
los crímenes de guerra en Yemen por el respaldo dado a la coalición liderada
por Arabia Saudí en los bombardeos contra el pueblo yemení. La misma entidad
internacional señala, que el 80 por ciento de la población depende de la ayuda
internacional para sobrevivir, ello implica que 22 millones de personas no
tienen los elementos mínimos para sobrevivir, en un contexto internacional
donde la pandemia del Covid-19 puede generar aún mayores estragos y donde las
amenazas del uso de este virus, por parte de Arabia saudí, han sido denunciadas
por los líderes de la resistencia yemení.
Tal acusación tiene su lógica en la historia de estrategias
diseñadas y llevadas a cabo por Arabia Saudí y Estados Unidos, contra aquellos
a quienes agrede: uso de armas biológicas, químicas o cualquier forma destinada
a derrotar a quienes resisten sus ataques. El ministro yemení de Información,
Daifulá al - Shami alerta sobre el complot de EE. UU. y Arabia Saudí,
incluyendo en las últimas horas a los Emiratos Árabes Unidos, para propagar el
nuevo coronavirus, denominado el COVID-19, en Yemen y Siria. “Estados Unidos se
esfuerza por propagar el coronavirus en los países que son su enemigo y no ha
podido subyugarlo con la fuerza de las armas, como Yemen y Siria”, denunció vía
Twitter el mencionado funcionario yemení.
Resulta una inmoralidad el actuar de Estados Unidos en Asia
Occidental, donde buscan su dominio y prueba de ello es la política de
presiones contra Irán. En plena pandemia, con la República islámica de Irán,
entre los primeros cinco primeros países, por número de contagiados y muertos,
se le niegue por decisión de Washington o las presiones efectuadas a organismo
internacionales, el acceso a medicamentos, insumos y apoyo internacional, en
base al bloqueo y embargo al que somete a la nación persa y que además presione
al Fondo Monetario Internacional, para no otorgar ayuda financiera. Esto es una
política criminal chantajista, inmoral que debe ser condenada. Son claramente
crímenes de guerra.
(*) Periodista,
Historiador y Analista Internacional
diegojolivera@gmail.com
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