Por Franco Orlando:
Otra experiencia, otro desafío, otra prueba para el talante
humano, pocos de los que dirigen hoy el mundo, están a la altura de las
circunstancias, y la demostración palmaria es la ineptitud frente a una
contingencia a nivel global, desatada por la más prehistórica irracionalidad
jamás vista hasta ahora, exponer al entero planeta, luego de décadas entre
coyunturas, arrastradas durante el siglo pasado, y cerrándolo apenas ahora, un
siglo después de la Bella Época, como la tildaron los mismos que se atrevieron
por tercera vez a lanzar sobre al menos un 99% de la población mundial, por
parte de muchos de los que constituyen el 1%, quienes están cubiertos ante
cualquier contingencia, sea de la magnitud que sea, tienen la ciencia y la
tecnología, y la exopolítica, para solventarla. Este es el tiempo de la verdad
revelada para los que tengan oídos, ojos y sensibilidad en la piel, y hayan
despertado el sexto sentido, la conciencia, para ingresar a la IV Dimensión, en
pleno desarrollo de la VI civilización terráquea.
Se pone de manifiesto y demuestra lo real, partiendo en dos
la existencia frente a la realidad, a lo trascendente conjugado por el ser que
nos habita circunstancialmente ahora, en esta hora y este lugar preciso,
cualquiera sea, nadie decide dónde nace, ni dónde aguardará el final del
recorrido del aquí y ahora. Este es el mundo que entre todos y todas hemos
creado, este valle de lágrimas para muchos, y oasis para otros, donde hay más
miseria, dolor y muerte, en la línea de desarrollo de una historia plagada de
sinrazones, de manipulaciones y mentiras con sus piernas cortas. Son tiempos de
retornar sobre los pasos perdidos, los que andan extraviados, pensando que será
cuesta arriba que pagando el diezmo nos librarán de los pecados, de los karmas,
de las malas acciones contra la misma esencia en que se constituye el todo que
es uno. Palabra, verbo, carne, texto, racionalidad y pensamiento que conoce y
reconoce a la vez que es materia y espíritu, pero que en la mayoría de los
casos priva lo uno o lo otro, sin precaverse que, si no hay equilibrio, si no
se busca el justo medio, el fiel de la balanza, no habrá redención por ahora,
pero nadie se salva de cargar con su cruz a cuesta, o su saco de basura a lo
largo de toda la eternidad.
Dónde nos encontramos en este momento de la verdad, a estas
alturas para nadie debe ser un secreto a voces, que el coronavirus se abre paso
y se extiende sobre el planeta entero, cualquier superficie está expuesta a
contener el terrible virus que golpea inclemente sin mirar a quien, sin embargo
abate a los más débiles de la cadena, niños y ancianos, los que se han
convertido para el perverso sistema capitalista, mercancía obsolescente, y una
carga para el neoliberalismo, agotado los recursos primarios que por más de
cuatro siglos se han usufructuado, por quienes se hacen llamar los amos del
mundo, los miembros del Nuevo Orden Global. Acaso no asistimos a la ejecución
de la tercera fase de la Gran Guerra, la que aparece cada tanto para tratar de
poner orden entre los pocos que son ricos y los muchos que son pobres. Acaso la
lógica no está puesta en los votos por ilusiones de mejora de las condiciones
de vida, y esa pantomima de la democracia, que solo sirve para que las capas
altas de la sociedad estratificada, sigan separando cada vez más la brecha,
pero sin dejar de explotar y esquilmar a los mismos de toda la existencia
humana.
Qué ha cambiado en todo esto, nada, seguimos repitiendo el
mismo libreto, las mismas líneas de un texto escrito hace milenios, solo que
cambian los diseños, las fuentes y los conceptos, acordes a los intereses de
quienes se han hecho del poder, y lo usufructúan como algo propio, privatizado,
como si de una herencia de las tradiciones seculares se trata. Todo gobierno es
fuente de corrupción, porque son los hombres y las mujeres, y los sexodiversos,
quienes ejercen responsabilidades, pero no se le piden peras al olmo, los
principios, los valores, las virtudes, no vienen con los cargos, eso,
lamentablemente es lo que brilla por su ausencia. Pero quien dice que esto no
es parte de la conmoción de la que señalábamos antes, la muestra que como el
eterno retorno a las cavernas de donde salimos, nos llaman de nuevo, para
tratar de salvar lo que queda de humano, en esta deshumanizada sociedad global,
en este pandemonio que se ejerce sobre las mentes de los ignorantes supinos, arrastrados
por las pasiones, arrebatados por las necesidades viscerales, carentes de toda
posibilidad de empatía con el otro, con la otra que sufre, padece, carece, y
está ausente de lo que se juega a nombre de su persona, tratado como un número,
una estadística para mostrar las curvas o lo aplanadas que pueden estar las
variables ocasionales.
Cuál es el fondo del asunto entonces, porque los cheques en
blanco de las esperanzas todavía no pueden ser canjeados, las fechas para
hacerse efectivos son futurizas, y lo más seguro es que cuando llegue ese
momento, ya será tarde para que sea de utilidad. A qué se debe, a que el hombre
y la mujer, son corruptibles, tienen un valor, mucho o poco, dependiendo del
ego, pero ojo, hay libre albedrío, hay autoestima, hay respeto y
responsabilidad por lo que se dice y se hace, pero esos son especímenes del
pasado, cuando la palabra tenía el valor y la energía como para estremecer al
mundo entero, ejemplos sobras, sino, no estarías hablando de esto y de aquello.
Solo hacemos referencia a lo que entendemos sobre ciertos aspectos que son
indispensables si se aspira a que se pueda prolongar la vida de las
generaciones futuras, en un mundo donde la existencia ha pasado a estadios de
otras dimensiones, donde las interpretaciones son la fusión de la partícula, la
razón y lo que hace que todo sea a través de la vibración de aquella energía
pura, pero mística y cuántica, junto al mito, la magia, la fe, la tecnología,
la subjetividad y todo junto, como trascendencia hacia el más allá. Digo esto,
porque hay quien piensa que mira al cielo y ve el futuro que nos separa del
pasado, cuando es totalmente lo contrario, vivimos de espaldas al futuro, somos
recuerdos, memoria, construcción del pasado, que repetimos a veces como comedia
y a veces como tragedia, apoyándome en el cabezón barbudo, no hablo de dios
precisamente, pero sí de uno de los genios de la conspiración mundial, que
asomó una alternativa, la cual todavía recorre como un fantasma asustando a los
ricos.
Los Estado como nunca han puesto sus barbas en remojo, auto
reprimidos, victimizándose, quieren traspasarle la responsabilidad de las
nefastas consecuencias de la pérdida de los mercados, de la producción,
mientras las instituciones están de brazos caídos, sin que haya mediado marcha
alguna, o paro sindical, ni huelga. La naturaleza es juez y parte de la miseria
humana, de lo bajo que hemos caído desde que los ángeles rebeldes fueran
expulsados del cielo para morar en el averno; pero de alguna forma se colaron
por las rendijas del tiempo y del espacio y habitan entre nosotros, haciendo de
las suyas, cual políticos tomando partido, no siendo humanos, inmiscuyéndose e
interviniendo en los asuntos personales, propios e internos de los Estado, la
Iglesia y las Fuerzas del Orden a la fuerza de los hechos. Así fue, así es,
seguirá siendo en lo sucesivo, a pesar de la pandemia que amenaza con tenernos
presos todo el año, y la cuarentena que es aislamiento, incomunicación,
encierro, separación, retiro, cuaresma.
Los poderosos andan desnudos, sin disfraces, sin hologramas
que logren ocultar sus verdaderos rostros, sus escamas y colmillos, sus lenguas
viperinas, impotentes, porque saben que por fin, y muy a su pesar, después de
haber hecho los imposible, de haber engañado tanto, manipulado tanto, mentido
tanto, enajenado tanto, ya nada más pueden hacer sino lo que hacen, es decir,
jugarse el resto, o todo o nada, total, para ellos las vidas de los demás no
vales nada; pero amenazan con hacerse del poder, y enfrentarlos mil a uno.
Ellos exagerando el 1%, entre quienes un 18% son híbridos, y no todos comparten
con los seres oscuros, corrutos y corruptores, que es la manera en que solo
pueden actuar los que no tienen la razón de su parte. Son los latifundistas de
la Tierra, a la que han prostituido; disminuyendo la capacidad como nuestra
nave nodriza, en la que viajamos atravesando las distancias que nos separan más
allá de los 4.5 mil millones de años hacia el punto de inicio de esta travesía
trascendente hacia la verdad absoluta. Nuestra única estación espacial, que
debería posibilitarnos el viaje placentero y digno de los seres inteligentes,
seres de luz que surcan este Universo entre los por venir; nos agotamos en
imposibilitar que pueda haber existencia para la especie humana, más allá del
2050.
La humanidad, en el siglo XXI, habiendo alcanzado el cénit
de la tecnología 5G, y el desarrollo increíble en cuanto campo del saber y
actividades puedan haber en ciencia y tecnologías, en paradigmas que rozan con
la espiritualidad de los avatares del progreso, más allá de la evolución de las
meras especies, que apenas organismos vivos producto de creadores que
manipularon nuestros genes, dando saltos cuánticos, y por tanto definidores de
los mundos abiertos ante nuestros pensamientos hechos acción. Sino, qué es esto
que llamamos vida como lo que está y permanece en perpetua transformación,
migrando en una historia que se registra en las páginas virtuales del alma
humana, esa Akasha donde la conciencia se manifiesta despierta para que todo
sea, o simplemente vuelve a la nada, donde permanece como esencia de lo
infinito e inconmensurable en la eternidad como huevo cósmico.
Dicho esto, esperando que alcance a tocar las fibras de la
sensibilidad humana, y que con humildad y sin ánimos de pretensión alguna de
tener ninguna verdad, sino la propia, y como sincero consideración a todas las
víctimas de este caso absurdo del proceder de un reducido grupo de rapaces,
capaces de inocular y contagiar ya no a especies animales, sino directamente a
la gente, como recurso disuasivo con el ánimo de frenar el avance de uno de los
mayores imperios que ha sorteado el tiempo y ya es la primera potencia
económica, y cuenta con un poderoso ejército de por lo menos mil millones de
hombres y mujeres diseminados por todo el planeta, con presencia en la cara
oculta de la Luna, la tecnología de última generación, y los cerebros capaces
de copiar y reproducir Inteligencia Artificial, que será el mundo donde no
siquiera el Covid-19 o sus mutaciones, podrán frenar su avance. Por tanto, nos preguntamos, en esta tercera
fase de las guerras mundiales, se escalará a un nivel superior, que ponga en
riesgo como mínimo a las dos terceras partes de la población mundial, lo que
nos llevaría a un desarrollo en esta década, para los ejes que salgan de la contienda,
vuelvan al reparto de lo que quedará entre los escombros de la Tierra.
Desde el final de la Guerra Fría, hemos presenciado cómo se
ha utilizado con inusitado pragmatismo, buena parte de los arsenales
acumulados, con capacidad de destruir el planeta más de mil veces en pocos
minutos. Pobre del pobre que solo tiene su fe y la creencia para resguardarse
de probables Armagedón, mientras los que lo detonarán estarán en sus búnkeres
en la Tierra o fuera de ella en estaciones espaciales orbitando, para regresar
en 2040 o 2050, a reconquistar el planeta.
forlandop@gmail.com
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