Por Juan
Martorano:
En este
escrito, me permitiré escribir en la primera persona del singular, porque
escribiré desde mi subjetividad. Por razones obvias, he estado alejado de la
escritura de estos aportes, en una primera etapa por compromisos laborales, y
en una segunda instancia, debido a la declaratoria de estado de excepción de
alarma instruida por el Presidente Constitucional y Legítimo de la República
Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, en el marco de la cuarentena social y
colectiva decretada por la llegada de la pandemia COVID 19 al país.
Por laborar
en uno de los sectores exceptuados en el decreto de estado de excepción de
alarma, no he cumplido al cien por ciento la cuarentena social y colectiva
ordenada por el Primer Mandatario Nacional, porque al igual que cientos de
miles de hombres y mujeres de la Patria, efectivos policiales, militares,
médicos, productores y distribuidores de alimentos, entre otros, estamos
haciendo nuestra contribución para cuidar a no menos de 30 millones de
habitantes de esta tierra de gracia que se llama República Bolivariana de
Venezuela. En algún momento, luego de superado este difícil trance, no habrá
condecoración donde se reconozca la labor de tantos héroes anónimos y heroínas
anónimas que contribuyeron a preservar la salud, la vida, pero sobre todo la
paz del país.
Sin
embargo, tampoco es que he estado realengo en las calles y paseando. Me ha
tocado trasladarme hacia mi sitio de trabajo, el cual queda muy cerca de donde
resido (a unos 20 minutos o menos caminando) cumpliendo las medidas sanitarias
correspondientes (el uso de la mascarilla, el lavado de manos con jabón y gel
antimaterial, el saludo sin besar o abrazar, etc.) desde mi oficina, en un espacio
donde soy el único el que se encuentra en dicho espacio, casi que en completo
aislamiento. Y una vez que terminó mis labores, me voy inmediatamente a la
residencia. Es decir, he cumplido la cuarentena, pero bajo esta modalidad.
De hecho,
para poder acceder a mi espacio laboral donde me encuentro, constantemente soy
sometido a los test del COVID 19, los cuales de los más de 20 que me han hecho,
he salido negativo en todos ellos.
De ahí que
agradezco todas las preocupaciones de mis seres queridos, amigos, familiares,
que sé que están muy pendientes de mí. Les señaló que estoy bien, sano, sereno
y muy firme.
De hecho,
he dejado de asistir, de manera voluntaria, a espacios radiales con los que
comparto con algunos buenos camaradas y amigos en emisoras como Al Son del 23
94.7 FM y Radio Arsenal 98.1 FM, ambas ubicadas en la combativa e histórica
parroquia 23 de enero de Caracas. Pero, si el alto mando político y militar de
la Revolución decide mi reactivación junto a mis compañeros, de los referidos
espacios para llevar información al pueblo para afrontar y enfrentar la actual
coyuntura, no dudaría en hacerlo, al igual que mis compañeros y camaradas de
camino.
Tengo en el
tintero un tema a desarrollar, que tiene que ver con el recuento de votos en
los comicios parlamentarios y presidenciales en Guyana. Pero, debido a la
actual situación del país producto de la cuarentena social y colectiva
decretada en el marco del estado constitucional de excepción por alarma. Quiero
llevar más bien en esta oportunidad un mensaje de reflexión, pero a la vez de
optimismo y resiliencia al pueblo venezolano.
Decidí
titular este artículo como lo hice, debido a una incipiente campaña que se
impulsa desde el Ejecutivo Nacional, denominada: “Quítale la corona al virus”.
Todos los venezolanos y todas las venezolanas, independientemente de nuestras
simpatías políticas o ideológicas, debemos apostar por el éxito rotundo de esta
campaña, cumpliendo las instrucciones y medidas que ordenadas el Primer
Mandatario Nacional y Jefe de Estado.
Ha sido
sorprendente no sólo el acatamiento de la orden emanada por parte del Ejecutivo
Nacional por parte de los habitantes en el territorio nacional en más de un
90%. Chavistas y opositores nos hemos unido como un solo pueblo, y nos hemos
respetado. Pero además me ha llamado la atención no sólo el despliegue de la
FANB y cuerpos policiales en las calles, garantizando la paz y la seguridad,
sino que es interesante ver como en algunas residencias y edificios donde
moramos algunos, en las carteleras del condominio, se han colocado folletos e
informaciones para las medidas sanitarias y preventivas para evitar la
propagación del coronavirus COVID 19.
De hecho,
en lo personal, no me cabe la menor duda que el COVID 19 es no sólo un arma de
guerra bacteriológica, sino económica. Pero estas consideraciones las haremos
en próximos artículos que escribiremos, en la medida de lo posible y mientras
la cuarentena social y colectiva y obligaciones nos lo permitan.
Este no
será como lo expresé un artículo más de un frío análisis o meras informaciones.
En esta oportunidad, quiero permitirme transmitir un mensaje de acompañamiento
y de amor, que pueda llegar al alma nacional. Y que pueda llegar desde el
presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros,
hasta el ciudadano y la ciudadana más humilde que habita la República
Bolivariana de Venezuela.
Este
mensaje, en realidad no es mío, sino que fue escrito por mi amado tío Francisco
Martorano, hombre de casi ochenta años de edad, con una discapacidad motora, a
quien quiero y amo como a mi padre, su hermano, quien cambio de paisaje hace 7
años y tres meses. Y que, pese a todos sus dolores y achaques de su edad, sin
embargo, su mensaje me dio una lección que quiero compartir con todas y con
todos a quienes pueda llegar este mensaje.
No puedo
negar que algunas lágrimas se asomaron en mis ojos al leerlo, pero a la vez me
llenaron de fuerza y mucho optimismo.
He aquí el
mensaje de mi tío Francisco que comparto al heroico pueblo venezolano, digno
heredero de las glorias de los libertadores de América:
“Estoy en
aislamiento total por disposición gubernamental, familiar y personal; como
preocupan y asustan las probabilidades de muerte en situaciones como estas. Sin
embargo, hay que señalar como también se fortalecen actitudes revolucionarias,
como las de la solidaridad, el acompañamiento fraterno, humano, la disposición
de lucha en el combate antiimperialista, y el firme empeño de construir EL SOCIALISMO.
Como las de
algunos países como la heroica Cuba revolucionaria.
Enfrentamos
la pandemia del coronavirus y la derrotaremos, este pueblo invencible impondrá
su decisión de luchar hasta vencer…
Nada ni
nadie detendrá este combativo accionar y denlo por seguro…
¡Venceremos!”
Gracias tío
por este mensaje tan hermoso.
Y al final,
este pueblo será la vanguardia para quitarle la corona a tan terrible virus…
¡Leales
Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia
y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
jmartoranoster@gmail.com
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