Por Marcel Doubront:
Aunque desde hace
muchas décadas los líderes de derecha se caracterizan por su visión
discriminatoria con complejos de suprema cismo racial, cultural, económico,
político, intelectual, uno no deja de perder la capacidad de asombro, no solo
con la invasión de países petroleros en nombre de la libertad o como refiriera
Obama: "A veces torcemos el brazo a otros países para que hagan lo que
queremos”, hasta matar indígenas en Bolivia en nombre de la Biblia. Tales
ejemplos no se distancian de un nefasto personaje que al parecer es el peor
experimento del neoliberalismo como los es Jair Bolsonaro.
Este elemento aunque
debe ser motivo de un profundo análisis de expertos, puede ser considerado como
un fanático o un manipulador que en nombre de Dios promueve el odio racial y de
géneros, llegando a decir refiriéndose a una diputada del Partido de los
Trabajadores en un debate Parlamentario que “Ella no merece ser violada, porque
ella es muy mala, porque ella es muy fea, no es de mi gusto, jamás la violaría
Yo no soy violador, pero si fuera, no la iba a violar porque no lo merece.”
Aunque no conforme con esto, de la misma manera promueve la matanza entre
conciudadanos al referir “A través del voto, no va a cambiar nada en este país.
Solo va a cambiar, desafortunadamente, cuando nos partamos en una guerra civil.
Matando a unos 30.000.” no obstante, lo
más sorprendente es que sin saber definir que este sujeto es víctima de la
bipolaridad o de una mentalidad maquiavélica afirma que “Dios primero me salvó
la vida y luego me hizo ganar la elección”
Entre otras cosas
que definen a Bolsonaro no solo está la célebre frase de que "Es una
falacia decir que la Amazonia es patrimonio de la humanidad y es un error”,
llamar a Greta Thunberg “mocosa”, indicarle a la Alta Comisionada de los
Derechos Humanos para las Naciones Unidas Michelle Bachelet "Dice que
Brasil pierde espacio democrático, pero olvida que su país no es Cuba gracias a
aquellos que tuvieron el coraje de detener a la izquierda en 1973, entre estos
comunistas su padre brigadier en ese momento" o lo último para llamar la atención llamar a
posiblemente uno de los Brasileros más conocidos y referenciados como Paulo Freire “Energúmeno”
Definitivamente,
Freire como que ya conocía a este personaje dejando en sus trabajos
bibliográficos frases como:
“Para los opresores,
el ser humano es sólo ellos. Los otros son “objetos, cosas”. Para ellos, sólo
existe un derecho, su derecho a vivir en paz, frente al derecho a sobrevivir
que tal vez ni siquiera reconocen, sino solamente admiten a los oprimidos.”
Frase que claramente define el complejo supremacista de Bolsonaro donde afirma
que es un ser escogido por dios para reordenar a Brasil, lo que claramente no
le hace reconocer a otros sujetos por ello, se manifiesta en contra de un
estado laico, la diversidad de genero la integración entre clases sociales y
raciales como el respeto a la mujer.
En tal sentido,
afirmo Freire que “Nadie puede ser auténticamente, prohibiendo que los otros
sean.” Por lo cual, difiere de ese dogma de superioridad religiosa que insinúa
que es una falacia el derecho a la vida de afrodescendientes, comunistas,
artistas y homosexuales, en tal sentido, es contradictorio calificar a Brasil
como un sistema democrático cuando el demos-kratos carece del reconocimiento a
otros sujetos sociales por ello Freire también afirmo que “El sectarismo nada
crea porque no ama” en correspondencia con lo expuesto de igual forma apunto
“Hablar de democracia y callar al pueblo es una farsa. Hablar del humanismo y
negar a los hombres es una mentira.”
Ahora bien, sabiendo
Freire aseguraba que “Quien instaura el odio no son los odiados,
sino los que odian primero” apunto varias claves en razón de transformar la
humanidad entre ellas al referir que “Los oprimidos han de ser el ejemplo de sí
mismos, en la lucha por su redención” ya denotaba que el mejor sistema de
gobierno debe enmarcarse en la democracia participativa y protagónica sobre
todo afirmando: “Decirse comprometido
con la liberación y no ser capaz de comulgar con el pueblo, a quien continúa
considerando absolutamente ignorante, es un doloroso equívoco” claramente estas
sabias palabras y hasta proféticas visionarán que mas temprano que tarde el
narcicismo político de Bolsonaro y de gente como el en Brasil y porque no decirlo en Latinoamérica
se diluirán ante la edificación de una verdadera organización popular.
Afirmo esto, porque
la nueva política del siglo XXI no puede
ser caracterizada por los dogmas y
aunque Freire apuntara de que
“Nuestra presencia en el mundo, que implica elección y decisión, no es
una presencia neutra” de la misma manera, amerita una ideología del reencuentro
en aras que desde la multidisciplinariedad pueda forjarse transdisciplina
reamente la “P” mayúscula en la política, ya que como bien dijera Freire
“Cuanto más se les imponga pasividad, tanto más ingenuamente tenderán a
adaptarse al mundo en lugar de transformar.” En consonancia, “El liderazgo debe
confiar en las potencialidades de las masas, a quienes no puede tratar como
objetos de su acción.”
Ahora bien, en la
pregunta del que hacer, Freire creía que el mejor canal para transformar la
humanidad es la educación en razón de ello dijo que “la educación no cambia el
mundo, cambia a las personas que van a cambiar al mundo” no obstante, no puede
ser una educación fragmentada de la realidad, por el contrario también afirmo
que “La educación como práctica de la libertad, al contrario de aquella que es
práctica de la dominación, implica la negación del hombre abstracto, aislado,
suelto, desligado del mundo, así como la negación del mundo como una realidad ausente
de los hombres” en tal sentido, como también deduce “La educación
problematizadora se hace, así, un esfuerzo permanente a través del cual los
hombres van percibiendo, críticamente, cómo están siendo en el mundo el que y con el que están”
No puede ser un dato
aislado y fragmentado de la realidad social y los sujetos sociales por esta
razón, Freire planteo que “La educación verdadera es praxis, reflexión y acción
del hombre sobre el mundo para transformarlo.” Por ello determinaba que “No hay
diálogo si no hay un profundo amor al mundo y a los hombres.” O en pocas
palabras reconocimiento y entendimiento de estos y entre estos
En muchos
planteamientos de forma, posiblemente no coincida con Freire no obstante el
afirmar que “Como presencia en la historia y en el mundo, lucho
esperanzadamente por los sueños, por la utopía, por la esperanza, con miras a
una pedagogía crítica. Y mi lucha no es en vano.” y la su visión de que “El
mundo no es, el mundo está siendo.” Es lo más parecido al temblar de
indignación cuando se comete una injusticia en el mundo y eso me hace verlo
como compañeros de una lucha en común.
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