miércoles, 30 de octubre de 2019

A modo de un llamado a la conciencia de todos



Por Jorge Aniceto Molinari:
Imponente, más de un millón de personas se manifiestan en el centro de Santiago de Chile.
Hay un deseo común en Argentina, en Chile, en Uruguay de que se está en contra de las políticas de restricción de los derechos de la gente, con una denominación común el llamado neoliberalismo.
En Argentina se va a expresar en las urnas y va a decretar el fin del periodo de Macri, en Uruguay el Frente Amplio conseguirá un aval en las urnas para continuar su tarea. En Chile la mayor manifestación popular en toda su historia está decretando con los hechos el fin del gobierno de Piñera y se necesitan salidas constitucionales como puede ser la convocatoria de una Constituyente.


Ahora tenemos una obligación como militantes de las ideas revolucionarias que coronaron su primer esfuerzo con el triunfo de la revolución rusa en 1917, es necesario el programa para esta época.

Así como la revolución francesa tomó la Bastilla, la revolución rusa el Palacio de Invierno, este proceso revolucionario para ser tal debe proponerse tomar los organismos financieros internacionales: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, no para destruirlo sino para cambiar su política utilizando dos herramientas fundamentales: la moneda y los impuestos.

La moneda debe ser única y universal, basta ya de maniobras contra la gente, y los impuestos que la sociedad necesita para la educación, para la salud, para la alimentación, para la vivienda, para la seguridad y previsión social deben provenir de la propia circulación del dinero. Ninguna operación podrá ser válida sino está debidamente registrada donde la sociedad lo determine. Muerte así a los paraísos fiscales y a los impuestos sobre el consumo, el trabajo y las pensiones.

Es necesario que todas las organizaciones tomen posición sobre esto, basta ya de oponerse al neoliberalismo en forma abstracta, los partidos, los sindicatos, las iglesias, los clubes, las cooperativas, todos debieran pronunciarse.

La situación tiene que tener una salida organizada, pues de lo contrario las provocaciones están al orden del día, y la represión puede llegar más allá de los límites que conocemos del fascismo.
Nuestro deber es ante todo mantener a la gente unida en la esperanza de un cambio que es totalmente posible.

La propia decisión de Bolsonaro de reunirse con el Partido Comunista chino está mostrando el carácter de la presión social que se hace sentir en todo el continente, y que no es ajena a lo que sucede en otras zonas del planeta producto de esta crisis irreversible de la predominancia del modo de producción capitalista.
sipagola@adinet.com.uy

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