Por Pedro Echeverría V.:
1. Los mexicanos nacimos con la bota yanqui sobre nuestro
cuello. Incluso el dictador Porfirio Díaz (1876-1911) advirtió que al promover
las inversiones europeas en México era para evitar que EEUU terminara de
tragarnos. Los yanquis, desde 1823 lanzaron su doctrina Monroe para advertir al
mundo que “América era para los americanos”, es decir, para los yanquis que, al
fin, con la fuerza de las armas, habían logrado expulsar de México a todos sus
competidores europeos. Resultado: no solo se quedaron en 1848 con más de la
mitad de nuestro territorio, sino que a partir de la revolución mexicana de
1910-17 condicionaron a todos los gobiernos de México para reconocer que
nuestro país es “un simple patio trasero de los EEUU”.
2. El
“antimperialismo” de los gobiernos de Carranza, Obregón, Calles y Cárdenas
(1917-40) fueron simples pataleos para evitar que los yanquis se lleven todo
(aunque hubo gobiernos como el de alemán (1946-52) y Fox (2000-06) dispuestos y
gustosos a entregarlo sin reservas).
Después de la Segunda Guerra, ya en los gobiernos de Ávila Camacho,
alemán, Ruiz Cortines, la dependencia de México se hizo más grande sobre todo
por el crecimiento de los trabajadores “braceros” o migrantes y el gigantesco
endeudamiento que crecía sin parar. Los siguientes gobiernos, incluido el de
López Obrador -a pesar de que en el mundo surgieron manifestaciones de
independencia como Cuba- México ha preferido la subordinación total para evitar
maltratos.
3. Los religiosos
progresistas han dicho repetidamente: “Es una desgracia para México vivir tan
lejos Dios y tan cerca de los EEUU”. Ven el terrible armamentismo de los EEUU,
condenan la enorme venta de armas a México y el mundo y, sobre todo, observan
que México puede ser bombardeado al ser vecino de EEUU que es el país principal
propagador de las guerras en todo el orbe. Saben que México durante un siglo de
permanente endeudamiento ha usado más de la mitad de su presupuesto público en el
pago de intereses de deudas. Condenan también a los corruptos gobiernos
mexicanos que endeudan al país para enriquecerse personalmente, pero también
entienden cómo el imperio yanqui obliga a los países del mundo a endeudarse.
4. Entre unos días, 15 y 16 de septiembre, el gobierno se
desgañitará propagando la “independencia de México” con millones de banderitas,
halagos a la patria y sus héroes, así como casi obligando a oír el himno
nacional. Lo único bueno en mí es que –aunque fui profesor 42 años- nunca fui
patriota y menos patriotero. Desde que a los 19 años me hice militante marxista
junto a todos los trabajadores del mundo, me transformé en “universal”,
ideológicamente sin religión, sin patria, sin bandera y sin amo; pero también
sin acusación alguna de autoritario o corrupto. México, como otros 200 países,
se asoma en todos los mapas como independiente; pero nunca lo ha sido. Claro
EEUU tampoco es independiente porque se desplomaría sino no saqueara a otros.
5. El nuevo gobierno de López Obrador, de manera
excepcional, podría lograr un margen de independencia respecto a EEUU al
declararse contra el “modelo neoliberal” así como opuesto a todos los gobiernos
anteriores que lo pusieron en práctica. Sabe AMLO que EEUU es el amo
guerrerista del universo y que la dependencia mexicana es casi total;
precisamente por ello prefiere subordinarse y no defenderse, además del ideal
de pacifista y de no confrontación que propaga con fervor. Trump, al parecer,
será reelecto ampliamente y seguirá con su política amenazante contra México;
las esperanzas de que AMLO condene la política de Trump son mínimas, sobre todo
si por la gran migración, México es declarado por EEUU como “país seguro”.
6. Si todos los
gobiernos del PRI y PAN anteriores al de López Obrador han sido muy ladrones y
asesinos y AMLO parece estar buscando ser radicalmente distinto (se dice
antineoliberal), nuestra tarea política debe ser apoyar y presionar para
alejarlo de la enorme intervención empresarial y política derechista y
fascista. Sólo deberíamos alejarnos de él y luchar en su contra, cuando veamos
que al fin la derecha empresarial, el poder judicial, el INE, y los medios de
información, hayan logrado dominarlo. ¿Pero será hasta entonces cuando lo que
queda de la izquierda logre movilizarse? Si López Obrador que no quiere
enfrentarse a los que han saqueado a México y han dejado a la mayoría del país
en la miseria fracasa, ¿cuántas décadas más tendremos que esperar para otra
oportunidad de cambio? (10/IX/19)
alterar26@gmail.com
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