Por Oscar Bravo:
Existe una aparente claridad política sobre una situación
que ya lleva tiempo en Venezuela, y es sobre una polarización entre el chavismo
que se sostiene en el poder a través del ejercicio legal y legítimo del
sufragio, a partir de los frecuentes comicios que se efectúan en el país, ya
que en las últimas dos décadas, se da cada año,
por lo menos un proceso electoral y por el otro lado polarizado, nos
encontramos con una oposición que quiere el poder, utilizando desde el
camino institucionalmente más democrático
con el uso del voto, pasando por las guarimbas, las conspiraciones, los
magnicidios en grado de frustración y los golpismo apoyados por la derecha
internacional…
Sin embargo, en el panorama político nacional, hemos estado
observando que hay un sector opositor que sin obtener el poder político, están
logrando manejar y amasar miles de millones de dólares, al tener el beneficio
de auto considerarse enemigos del gobierno de Maduro y les venden al mundo que
ellos son los indicados para acabar con ésta oprobiosa dictadura, pero que
(aquí es donde está el detalle) necesitan que les proporcionen muy buena sumas
de dinero, para poder tumbar al chavismo, ya que ese objetivo político es muy
costoso…
Sucede y acontece, que en medio de ésta tempestad política
producto de la intolerancia y el no reconocimiento a las autoridades legales y
constitucionalmente establecidas…surgen algunos pescadores obteniendo
incalculables ganancias en un río revuelto, que pasa desde las donaciones y
ayuda humanitaria en Cúcuta, en donde dirigentes del partido político “Ambición
Popular” se dieron la gran vida gastando dólares en cantidades gigantesca, que
hasta hubo un muerto…pasando por el manejo financiero de Citgo y hasta se dan
el lujo de pagar intereses a bonos de la deuda pública…
La ñapa es que les financian toda la movilidad y logística,
cuando andan por el mundo pidiendo intervención militar extranjera, y de paso
están pidiendo que los miles de millones de dólares y euros que ilegalmente nos
tienen bloqueados, se los entreguen a su “estado mayor”, demostrando que
actualmente la mejor profesión es ser conspirador…
¿Será verdad que después de la tempestad viene la calma?...
Politólogo.
bravisimo929@gmail.com
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