A propósito del desarrollo
Siguiendo el tema iniciado anteriormente,
ahora pasamos a evidenciar algunas acciones que son el resultado de los
aprendizajes dirigidos y planificados en los centros de control ciudadano, para
lograr ciudadanos apáticos, desencantados y clientelistas. Esos centros de
control son, el Estado todo (Gobierno, ministerios, congreso, justicia,
policía, guardia, marina, direcciones provinciales, alcaldías, etc., etc.), así
como la mayoría de los empresarios que en coalición con el estado definen sus
intereses económicos como las principales prioridades de la nación.
Tomemos como ejemplo la educación. Este
tema es extremadamente importante para el desarrollo de un pueblo. Sin embargo,
a la población se le ofrece una educación de muy mala calidad, pero dijimos en
una ocasión anterior, se le da “comida” y ya eso “basta y es suficiente”.
Además, hay “salidas” para sus precariedades y desesperanzas. Se le motiva a la
búsqueda de refugio en las creencias y eso le conforta. A otros los motivan
para refugiarse en las drogas (legales e ilegales), haciéndoles creer que eso
es, el último grito de la moda.
Mientras eso ocurre, a los familiares y
relacionados de los funcionarios se les ofrece una educación de calidad, e
incluso a sus hijos les dan becas a todos los rincones del mundo con los
recursos de los contribuyentes. Mientras en numerosos lugares de nuestra
geografía nacional, hay escuelas de patios, en enramadas y muchas de las que se
construyen tienen tan baja calidad, que se agrietan, se les caen paredes, se
desploman techos, etc., y todo…sin consecuencias.
Otro ejemplo es la salud pública. Para la
población existen hospitales con todo tipo de precariedades, y a los 9
hospitales regionales del país les han puesto el encargo de atender a más de
300 mil pacientes cada uno, recibiendo un pírrico presupuesto mensual (de 2 a 8
millones de pesos); gastándose la mitad en facturas del Programa de
Medicamentos Esenciales (PROMESE) y en otros insumos y necesidades. Mientras que
hospitales como Plaza de la Salud y Cedimat, que solo atienden a pacientes
privados y extranjeros; les asignan mayor presupuesto que a los 9 regionales
juntos.
El presidente del Colegio Médico, Wilson
Roa, asegura que se trata de un postulado muy claro del neoliberalismo,
(asumido por el gobierno), que apuesta a desintegrar las instituciones
estatales (públicas) para fortalecer las privadas con financiamiento público.
Otro aspecto se refiere a la seguridad
ciudadana. Esta es la burla más descarada en relación a la ciudadanía. Desde el
estado se han hecho grandes esfuerzos para lograr los actuales índices de
inseguridad, pues tanto la Justicia, como los cuerpos represivos (policía y
organismos castrenses) gozan de la peor desconfianza entre los ciudadanos, ya
que son los mejores aliados de la delincuencia, de las violaciones a las leyes
y para ello se cubren con la impunidad.
Lo señalado precedentemente tiene su lógica
en la idea que tienen los grupos de poder, de que la inseguridad ciudadana
causa que la sociedad se cohíba y se prive de sus derechos fundamentales; por
lo tanto se quiere un ciudadano temeroso, apático, desencantado y clientelista,
que se ponga debajo de un funcionario en búsqueda de protección y de prebendas;
lo que se traduce como “dame algo, dame lo mío”.
Otra temática de la construcción ciudadana
está referida a la empleomanía, la gente ocupada en una labor productiva o de
otra índole. Se pregona hasta la saciedad, la “cantidad de empleos creados”.
Pero resulta que las nóminas del estado están cargadas con relacionados de los
funcionarios (“botellas”) que no trabajan, pero cobran. Las estadísticas
oficiales señalan que más del 55% de los jóvenes se encuentran desocupados y
que el resto que ocupa un empleo, tiene 60% de informalidad. Igual ocurre con
los adultos que están ocupados.
Esa informalidad, niega seguro médico,
derecho de asociarse, etc., pero les garantiza ser cesanteados en cualquier
momento. De esta manera, estas personas se convierten en esclavos laborales
para tener cierta “seguridad en su empleo”; de ahí vienen los acosos y todas
las violaciones. Como ocurre y se ve ahora con la campaña política a destiempo,
se les amenaza a los empleados del estado para que vayan a los mítines.
¿Y de los servicios públicos? Agua potable,
electricidad, etc.…Hablar de eso da rabia….
Así se construye ciudadanía actualmente.
Por el Desarrollo Sostenible
rafaelmatosfeliz@yahoo.com
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