Parecería ser un secreto de Estado conocer,
¿qué se está jugando en las reuniones de Oslo que desde hace más de una semana
se reúnen los países “amigos de Venezuela” abordan la situación de Venezuela
para zanjar las diferencias entre el gobierno bolivariano y la oposición?
Por lo hermético que hasta ahora es el
evento, como por lo acechantemente álgida que es la situación de Venezuela, por
parte de quienes hasta valiéndose de la fingida figura de la “Ayuda
Humanitaria” han presionado para lograr la caída del gobierno bolivariano, se
abre un clima de especulaciones, sobre lo que en Noruega se está polemizando
entre ambas posiciones.
Consiguientemente parecería que la trama
que trasciende de la reunión en Noruega se ha bifurcado en dos direcciones; por
un lado aquella que busca la solución de las diferencias a partir de la
convocatoria a elecciones generales, muy promovida por los opositores
venezolanos y la derecha internacional; y por otra la posición de jaque a la
que juega el gobierno bolivariano de Maduro, a partir de la convocatoria a
elecciones dentro la Asamblea Nacional Legislativa, de mayoría opositora.
Desde ya entre ambas posiciones
aparentemente hay un atrabiliario atrincheramiento que es un irreductible, por
cuanto cualquiera que contemporice su convicción significará la derrota de su
iniciativa por controlar el campo político, hasta ahora controlada con todas
sus defecciones por el chavismo que aún mantiene su hegemonía.
Cuando me refiero a la dominancia que
mantiene el chavismo sobre el campo y la iniciativa política, es porque ha
tenido mayor claridad en su papel político, que a diferencia de la oposición no
se jugó al todo o nada por la vía de la violencia, que es a lo que puso toda la
carne al asador la oposición, llegando a quemar vivos a los venezolanos, tan sólo
por parecer chavistas. Es más, fue aún más lejos la oposición al pedir la
Intervención imperial de la patria del libertador Bolívar por parte de EE.UU.,
que parece predestinado a sembrar muerte y miseria.
Es entonces a partir de estas evidencias
fácticas que quien sigue aventajado en su legitimidad para negociar posición
alguna es el gobierno venezolano que no ha tenido el desgaste irreversible que
tuvo la extraviada oposición que hipotecó en la violencia fratricida su
credibilidad.
Queda claro entonces que quien llevan las
de perder es la oposición y no Maduro en Noruega por cuanto su presidencia no
se juega; lo demás puede ser sujeto a negociación.
prudenprusiano@gmail.com
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