miércoles, 29 de mayo de 2019

En Noruega la presidencia de Maduro no se juega



 Por Rolando Prudencio Briancon:

Parecería ser un secreto de Estado conocer, ¿qué se está jugando en las reuniones de Oslo que desde hace más de una semana se reúnen los países “amigos de Venezuela” abordan la situación de Venezuela para zanjar las diferencias entre el gobierno bolivariano y la oposición?

Por lo hermético que hasta ahora es el evento, como por lo acechantemente álgida que es la situación de Venezuela, por parte de quienes hasta valiéndose de la fingida figura de la “Ayuda Humanitaria” han presionado para lograr la caída del gobierno bolivariano, se abre un clima de especulaciones, sobre lo que en Noruega se está polemizando entre ambas posiciones.



Consiguientemente parecería que la trama que trasciende de la reunión en Noruega se ha bifurcado en dos direcciones; por un lado aquella que busca la solución de las diferencias a partir de la convocatoria a elecciones generales, muy promovida por los opositores venezolanos y la derecha internacional; y por otra la posición de jaque a la que juega el gobierno bolivariano de Maduro, a partir de la convocatoria a elecciones dentro la Asamblea Nacional Legislativa, de mayoría opositora.

Desde ya entre ambas posiciones aparentemente hay un atrabiliario atrincheramiento que es un irreductible, por cuanto cualquiera que contemporice su convicción significará la derrota de su iniciativa por controlar el campo político, hasta ahora controlada con todas sus defecciones por el chavismo que aún mantiene su hegemonía.

Cuando me refiero a la dominancia que mantiene el chavismo sobre el campo y la iniciativa política, es porque ha tenido mayor claridad en su papel político, que a diferencia de la oposición no se jugó al todo o nada por la vía de la violencia, que es a lo que puso toda la carne al asador la oposición, llegando a quemar vivos a los venezolanos, tan sólo por parecer chavistas. Es más, fue aún más lejos la oposición al pedir la Intervención imperial de la patria del libertador Bolívar por parte de EE.UU., que parece predestinado a sembrar muerte y miseria.

Es entonces a partir de estas evidencias fácticas que quien sigue aventajado en su legitimidad para negociar posición alguna es el gobierno venezolano que no ha tenido el desgaste irreversible que tuvo la extraviada oposición que hipotecó en la violencia fratricida su credibilidad.

Queda claro entonces que quien llevan las de perder es la oposición y no Maduro en Noruega por cuanto su presidencia no se juega; lo demás puede ser sujeto a negociación.

prudenprusiano@gmail.com



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