Por Eduardo Andrade Bone:
El gobierno neoliberal de Mauricio Macri hace aguas por
todos lados y busca involucrar a otros sectores políticos de su incompetencia e
incapacidad para gobernar. El intento de buscar negociaciones con sectores del
peronismo no ligados a Cristina Fernández, es el reflejo del fracaso de las
políticas neoliberales que tienen al país en la bancarrota y con la soga al
cuello de la mafia del Fondo Monetario Internacional (FMI), que lucra con la
deuda creciente del país trasandino.
Los diez puntos básicos con los cuales Macri, pretende
engañar a una parte de la oposición y un presunto acuerdo para tratar de
enmendar la catástrofe en que tiene sumido el país, más parece un acto populista
electoralista, que la intención real de resolver los problemas más acuciantes
de la economía de Argentina, puesto que Macri quiere darle continuidad a su
gobierno nefasto y el fracaso de un cambio que prometió, pero que nunca llego.
Lo único cierto, es que cada medida que toma el gobierno de
los incompetentes neoliberales de su administración empresarial, van tornando
complicada la situación económica de la argentina, con una inestabilidad e
incertidumbre creciente, que preocupa a los diversos actores políticos y
sociales.
Ahora los payasos que se presten para salvar al régimen de
Macri, electoralmente hablando van a terminar hundiéndose al igual que el líder
de Cambiemos, puesto que Macri buscara posteriormente hacerlos también
responsables de la crisis en que tiene sumido el país. Macri no quiere pagar
los platos rotos solo y busca que los precandidatos presidenciales de
Alternativa Federal, Miguel Ángel Pichetto, Juan Manuel Urtubey y Sergio
Massa lo secunden en el desastre.
El mandatario argentino sabe perfectamente que se encuentra
entre la espada y la pared de allí su grito desgarrador para que el
peronismo-justicialismo lo ayude a salir del fango en que se encuentra metido.
Además, Macri, a través de este pacto con el cual pretende involucrar a
sectores de la oposición y sus diez puntos básicos, el presidente busca limpiar
su alicaída imagen y perdida de apoyo en las encuestas, especialmente en los
estratos sociales medios y populares, a los cuales viene golpeando severamente
la crisis económica, la que, cual espiral va empobreciendo más y más a los
argentinos.
Macri no pierde el tiempo con su demagogia, populismo y
falsas mentiras, pues su ambición de poder pareciera no tener límites, más aún
cuando se encuentra en franco declive en la intención de voto y sin capacidad
para enmendar rumbos. De allí que Macri habla de diálogo, de ser generosos y de
llegar a consensos, para que él pueda salvarse.
Ahora el primer mandatario en sus últimas alocuciones suele
agregarle a su verborrea, un abuena dosis de campaña del terror, pues suele
hablar de volver atrás o ir hacia el futuro, en otras palabras, Macri dice “yo
o el caos”, con un lenguaje mesiánico, típico de dictadores y neofascistas, que
suelen creerse dioses, como el bufón Trump.
Lo cierto es que ante los gritos desesperados de Macri, los
únicos que lo escuchan y apoyan, son los grandes empresarios, los que están
ligado al poder del dinero (1%), los que aplauden al FMI y aquellos que han
usufructuado de las política neoliberales del mandatario en desgracia y que se
han enriquecido a manos llenas bajo la gestión del actual presidente, en
perjuicio de las grandes mayorías cada vez más empobrecidas del país.
Al respecto y por ejemplo, el exministro de Economía Roberto
Lavagna, virtual precandidato presidencial, expresó que el acuerdo que propone
el Gobierno a la oposición "no funcionará" porque es
"marketing", y rechazó participar de la iniciativa. "Está claro
que el Gobierno atraviesa una seria crisis de confianza", afirmó.
Mientras tanto, el diputado Agustín Rossi comparó el
potencial y presunto acuerdo político, para salvar a Macri, con el firmado en
1999 para sostener la convertibilidad (1 dólar costaba 1 peso argentino), y
manifestó que los acuerdos deben hacerse "a favor del pueblo, no de los mercados".
El senador Marcelo Fuentes, manifestó que hay puntos del
acuerdo de consensos básicos que propone el gobierno nacional que "son
innegociables" y calificó a la propuesta como "un manotazo de
ahogado" y consideró que se debe "discutir el hambre, los jubilados,
los asalariados". "Están desesperados, el oficialismo pretende que la
oposición se haga cargo del desquicio que generaron”, expresó en diálogo con
medios radiales nacionales.
Lo cierto es que a la Argentina, no llegan los inversores,
menos en periodos electorales y cuando Cristina Fernández, aún sin haberse
declarado precandidata, está casi 10 punto sobre Macri en la intención de voto.
La inflación va de flujos y reflujos, igual cosa sucede con
el dólar, pero con una tendencia a seguir subiendo, con un país con alrededor
de cuatro millones de desempleados y sufriendo las pellejerías del
neoliberalismo fracasado. Además, con cifras negativas en áreas como la
industria, la construcción, el empleo y el propio crecimiento económico del
país.
El grito de desesperación de Macri se parece a un lobo
herido de muerte y busca todos los subterfugios y zarpazos incluso campañas
mediáticas para arrinconar a Cristina Fernández, buscando encontrar algún
ilícito para tratar de meterla en la cárcel, en los mismos términos que
hicieron con Lula en Brasil, con una justicia mafiosa y corrupta, al servicio
del poder del dinero, en donde todo es posible.
Está claro que Macri se encuentra acorralado y en camino
hacia el abismo, producto de su incompetencia e incapacidad como un empresario
mediocre, arrogante y sin sentido de país, cuya única preocupación es
enriquecerse junto a su familia y amigotes empresarios. De allí, que las
medidas de 10 puntos propuestas a sus adversarios políticos, no son más que un
nuevo volador de luces, una nueva falsa, una nueva triquiñuela para mantenerse
en el poder acosta de los neoliberales que hay en la oposición, a los cuales
poco y nada les preocupa la suerte de la mayoría de los argentinos.
Macri ya no cuenta con estabilidad para gobernar, además con
una buena parte de su propio electorado que se encuentra desencantado, que no
cree en él, ya no le tienen confianza a su slogan de Cambiemos y que toman
distancia de lo que han sido sus falsas promesas y su fracasada gestión para gobernar.
El presidente Macri con el objeto de involucrar en su
desastre económico a diversas personalidades e instituciones, ha resuelto
enviar una carta a los precandidatos presidenciales Sergio Massa, Roberto
Lavagna, Juan Manuel Urtubey, Cristina Fernández, Miguel Pichetto y Daniel
Scioli, a los veinticuatro gobernadores de las provincias argentinas, a
autoridades de la Iglesia católica y evangélica, del Centro Islámico y la DAIA,
a las principales cámaras empresariales y a los secretarios generales de la CGT.
Al respecto la expresidenta Cristina Fernández, favorita en
los primeros sondeos de intención de voto, aún no se ha referido a la carta
invitación, pero desde su círculo más cercano expresan que no aceptará ninguna
conversación que implique un temario cerrado propuesto por el gobierno y ajeno
a lo que ella considera son hoy los principales problemas que vive la
Argentina.
Lo cierto es que el llamado de Macri requiriendo el apoyo a
sus 10 puntos, no ha tenido mucha recepción, pues Massa y Lavagna se negaron de
participar en una primera instancia, mientras que otros sectores políticos
estiman que Macri lo que busca es dividir a la oposición.
La Argentina bajo la gestión presidencial de Macri, ha
conducido al país hacia unas crisis económicas de proporciones producto de las
políticas de apertura comercial total, dejando el país expuesto ante la mínima
fluctuación de los mercados internacionales, lo que puede desencadenar nuevos
golpes sobre la ya alicaída economía nacional.
Ahora de no arribar a buen puerto la crisis de los aranceles
comerciales entre los Estados Unidos y China, puede significar el comienzo de
una peligrosa guerra comercial, que pondrá la economía mundial “patas para
arriba” y que en el caso de la Argentina, puede significar la quiebra total de
la economía trasandina, ya que el país es muy dependiente de los vaivenes de la
economía mundial.
Lo único que está claro, es que el actual desastre de la
economía nacional y la incompetencia del empresario Macri para resolver la
crisis, genera una gran desconfianza en el ámbito económico-comercial, a escala
global. Ni su demagogia y populismo lograrán salvarlo de la debacle en que
tiene sumido el país, más aún cuando el dólar se mantiene con una tendencia
hacia arriba, que refleja una vez más, que las medidas desesperadas de Banco
Central con el aval del FMI y Donald Trump, son ambiguas y no están dando los
resultados esperados.
A fin de cuentas, lo único que busca Macri con su propuesta
de 10 puntos, es no hundirse solo ante el descalabro económico, tratando de
involucrar a diversos sectores de la oposición, al mundo sindical e incluso a
las diversas instituciones religiosas del país, después 4 años de derroche de
deuda macrista.
Comunicador Social.
Analista Político
aindoamericanap@gmail.com
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