Por: Iván Oliver Rugeles
Sentimos en lo más profundo de nuestra alma una tristeza
indescriptible ante la tragedia que significa y representa para la humanidad el
voraz incendio que por instantes estuvo a punto de destruir totalmente a uno de
los íconos de la cultura francesa, como lo es la vetusta Catedral de Notre
Dame, cuya construcción se inició en 1163 y se concluyó en 1345, es decir que
esa joya de la arquitectura gótica tiene en pie casi un mil años y se hace
obvio que todos los pueblos de la tierra hagan conocer su inmenso dolor por
ello
(https://www.laprensa.hn/mundo/1276386-410/notre-dame-icono-emblematico-francia-cultura-europea-incendio-catedral)…
Pero más allá de esa gran congoja que nos afecta, creemos
que es bien oportuna la ocasión para que hagamos esta reflexión o mejor, dicho
esta precisión:
Queremos ser enfáticos en repudiar a los que, como ductores
y amos del gran capital y del mundo occidental y cristiano que pretenden
engañarnos con sus lágrimas de cocodrilo ante ese doloroso suceso, porque todos
ellos y no creemos estar equivocados, han sido los autores de la destrucción de
milenarias herencias culturales en el Medio Oriente, específicamente aquellas
que fueron desbastadas en Afganistán (como fueron los budas de Bamiyán o
Bamiwam, que eran dos imponentes estatuas excavadas en la roca de un acantilado
en el centro de ese país), pero sobre
todo en Iraq, donde nos dice la Biblia que surgió la vida y quizás en
mayor volumen.
En Siria, donde casi hicieron polvo edificaciones y bienes
culturales y religiosas con hasta más de 3 mil años de existencia, como
sucedió, por ejemplo, con las siguientes reliquias ubicadas en la ciudad de
Palmira, identificada en la Biblia como Tadmor y Tamar y que se estima que fue
fundada muchos años antes de la era
cristiana; el templo de Baal Shamin construido hace 1.900 años, el Templo de
Bel, una de las mayores estructuras del lugar; el Arco del Triunfo y la puerta
de entrada a la ciudad, todo ello llevaba allí más de 2.000 años y en Iraq,
donde igualmente resultó terrible lo que no fue otra cosa que un holocausto
cultural, pues terminó casi destruida en su totalidad por las bombas
estadounidenses y por los terroristas del Isis, creados por ellos mismos
(http://www.alertadigital.com/2014/09/07/hillary-clinton-admite-que-el-estado-islamico-isis-es-nuestra-creacion/), la primera capital Asiria, fundada hace 3.200 años, ubicada a orillas del río
Tigris y a unos 30 kilómetros al sudeste de Mosul y, además, el pavoroso crimen de la destrucción y saqueo de
la biblioteca más antigua del mundo, la Bagdad, cuyo rescate de lo poco que
queda aún no ha sido posible, dado que a 18 años de la invasión por la
coalición de EEUU, Inglaterra y España, alegando el falso positivo de las armas
de destrucción masiva, todavía continúan sin parar los enfrentamientos internos
y los atentados con explosivos de muy alta potencia, en un país al que esa
coalición de criminales ofreció “salvarlos” de la atroz dictadura de Sadam
Hussein y llevarles la democracia y la felicidad para siempre…!!!
Y cerramos la nota resaltado esta observación que recordamos
haberla leído en algún medio de comunicación, creemos que español, y que más o
menos refería que los soldados “anglo hispanoamericanos” con la invasión a Iraq
se ocuparon y se han ocupado de resguardar con el mayor celo los pozos y demás
instalaciones petroleras del país, pero nadie de esos grupos para la guerra, ni
los ingleses, ni los yanquis, ni los españoles, actuaron, ni han actuado para
defender la memoria de la humanidad, la de un territorio, como lo es el de
Iraq, en la que la Biblia en el Antiguo Testamento ubica el Paraíso Terrenal y
que en su maravillosa biblioteca de Bagdad, según lo informó la Unesco al
mundo, allí se guardaban con el mayor celo y cuido, los primeros ejemplos de la
escritura humana y de los símbolos numéricos…
rioliverr@gmail.com
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