Por Diego Olivera Evia:
La realidad de las políticas de EEUU basadas en el fascismo
Nuevamente el presidente Donald Trump, muestra la falsedad
de sus propuestas políticas, llegando a demostrar una personalidad bipolar,
creando propuestas de apoyo al fascismo corriente, creando una teoría
sustentada en la supremacista blanca, sustentada por sus padres en crear una
sociedad racista, una nación criminal, las recientes amenazas de Trump a las
congresistas, negras y musulmanas, con actitudes agresivas y anti éticas, como
menciones sobre latinos en el Congreso, lo que muestra sus políticas internas
en EEUU, pero mas visceral es la política internacional, aliándose a los
movimientos fascista de derecha en una guerra contra las propuestas socialistas
o progresistas, en un retorno a las políticas de la Doctrina Monroe, en un
mundo dominado por EEUU.
En ese sentido nos parece señalar estos conceptos de ultra
derecha donde el presidente Donald Trump respaldó al movimiento supremacista
blanco como ningún otro mandatario lo había hecho en generaciones al equiparar
a los activistas que protestaban contra el racismo con los neonazis y
supremacistas blancos que se movilizaron en Charlottesville, Virginia.
El presidente nunca había llegado al nivel de defender las
acciones de esos grupos como lo hizo durante una conferencia de prensa que se
convirtió en una sesión en la que despotricó en el vestíbulo de la Trump Tower
y aseveró que los activistas de una presunta ultraizquierda eran igual de
responsables por la violencia que los manifestantes que marcharon con
esvásticas, banderas de ejércitos confederados, carteles antisemitas y afiches
de Trump y del vicepresidente Mike Pence.
“Gracias, presidente Trump, por tu honestidad y valentía al
decir la verdad”, tuiteó David Duke, exlíder del Ku Klux Klan, poco después de
las declaraciones del mandatario. Richard Spencer, un líder supremacista blanco
que participó en las manifestaciones del fin de semana y prometió que
Charlottesville se vería inundado con nuevas marchas en las próximas semanas,
también celebró. “La declaración de Trump fue justa y centrada”, tuiteó.
Por su parte, Terry McAuliffe, el gobernador de Virginia del
Partido Demócrata, rápidamente acusó al mandatario de profundizar las
divisiones que han centrado la atención en esa ciudad universitaria. “Los
neonazis, integrantes del Klan y supremacistas blancos llegaron a Charlottesville
fuertemente armados espetando su odio y en busca de una pelea”, dijo McAuliffe.
“Uno de ellos asesinó a una mujer joven en un acto de terrorismo y dos de
nuestros mejores oficiales murieron en un accidente trágico mientras trabajaban
al servicio de su comunidad. Esto no fue algo de ‘ambas partes'”.
La hipocresía del mandatario de EEUU “He condenado a los
neonazis”, le dijo Trump a los reporteros, que lo interrumpieron en varias
ocasiones después de que equiparó las acciones de los manifestantes de ambos
lados. Él dijo que había “gente muy buena en ambos lados”. Y al hablar sobre
los manifestantes que marcharon desde el viernes en la Universidad de Virginia
con consignas racistas y antisemitas, señaló: “Hay muchas personas en ese grupo
que estaban ahí para protestar de forma inocente y muy legal”.
Todas estas acciones de Trump muestran una vez mas el
peligro, de sus políticas hacia América Latina, en acciones de divisiones de
las naciones, intentando volver al denominado patio trasero, con el grupo de
Perú y otros grupos presionados y amenazados para llevar adelante, un bloqueo a
Venezuela, Cuba y Nicaragua, sin lograr la OEA una mayoría contra Venezuela, ya
que Cuba ya no pertenecía a esta organización, de la misma manera Nicaragua,
estos hechos muestran una vez mas las agresiones económicas, alimentarias y
ataques a electricidad por acciones de EEUU y Canadá, de la misma manera los
ataques a el agua y el gas, como los ataque a los alimentos, de la misma el
nuevo bloqueo a Cuba, bajo la incapacidad de la ONU, porque la OEA es solo un
apéndice de EEUU y la Unión Europea.
La realidad de las políticas de EEUU basadas en el fascismo
Por el estudio de Vhitman
Para ampliar estas políticas de Trump, nos pareció
importante mostrar el sueño del mandatario, en su vuelta al Siglo IXX y XX,
donde las alianzas mostraban el modelo fascista, en es el estudio de Whitman
cubre el primer periodo del régimen nazi, antes de que llegara a su monstruoso
final. Las ideas nazis aún se estaban debatiendo, analizando y poniendo en
práctica en ese momento. Desde sus comienzos al margen de la política alemana,
los nazis habían abogado por un programa de nacionalismo racista; fueron
devorados por lo que Whitman llama Rassenwahn, o locura de raza. Fue esta
historia sobre la raza y su enfoque absoluto en ella, lo que diferenció a Hitler
y a su partido de otros grupos fascistas y autoritarios. Y también fue por eso
que los nazis miraron a los Estados Unidos en busca de inspiración.
Pero no solo los Estados Unidos influenciaron a Hitler.
“Aprendamos de los ingleses”, repetía Hitler, “quienes, con 250.000 hombres en
total, incluyendo 50.000 soldados, gobiernan a 400 millones de indios”. Según
múltiples fuentes, a Hitler también le fascinaba el islam, religión que él
consideraba potente y militante, a diferencia de la sumisa fe de sufrimiento en
la que se basaba el cristianismo, pese a que los árabes fueran semitas y de que
los musulmanes no árabes fueran considerados racialmente inferiores. Mustafa
Kemal Pasha, o Atatürk, fundador de la Turquía moderna, que se había resistido
al Tratado de Versalles y cuyo régimen había cometido un genocidio contra los
armenios que fue un ejemplo temprano de políticas exterminacioncitas, se
acercaba más a la mentalidad de Hitler.
Pero en lo que respecta a legislación basada en la raza,
fueron los Estados Unidos los que despertaron el mayor interés del Führer, pese
a que condenaba su ética liberal e igualitaria. Le encantaban las novelas de
Karl May que describían a los vaqueros a la conquista del Oeste. Como Timothy
Snyder y otros han sostenido, el modelo que Hitler siguió para crear el
lebensraum alemán en Europa fue el del genocidio americano de los pueblos
indígenas, la despoblación de sus territorios y su posterior subyugación y
segregación amparadas por la ley.
Los intelectuales y los médicos nazis tenían un compromiso
sostenido con el movimiento eugenésico, que fue compilado en las leyes de
inmigración de los Estados Unidos y que sirvió de modelo para el programa de
esterilización y eutanasia del Tercer Reich. (Carolina del Norte tuvo políticas
de esterilización para enfermos mentales hasta 1977). El mismo principio
fundador de los Estados Unidos en la historia de la supremacía blanca fue el
logro supremo de los pueblos arios. “El alemán racialmente puro y que aún no se
ha mezclado”, escribió Hitler en Mi lucha, “se ha levantado para convertirse en
el dueño del continente americano, y seguirá siendo su dueño siempre que no sea
víctima de la contaminación racial”.
Cuanto más se lee sobre la obsesión estadounidense y nazi
con la raza, más evidente resulta que en el mismo corazón de la ideología
racista hay un miedo primigenio a una insuficiencia sexual, a la contaminación,
al mestizaje
Estados Unidos fue “el único estado”, según escribió Hitler
desde la cárcel, que rechazó con buen juicio la inmigración de “elementos
físicamente enfermos y, básicamente, descarta la inmigración de ciertas razas”.
Hitler, en un segundo libro inédito, volvía a maravillarse ante la jerarquía
racial de los Estados Unidos, con nórdicos, ingleses y alemanes en la cima de
su legítimo dominio como raza superior.
A las autoridades y legisladores del Tercer Reich también
les intrigaban las leyes anti mestizaje, porque para purificar la raza aria era
necesario que se controlara legalmente el sexo. Hitler, que había sido
esencialmente asexual durante los años decisivos en que vivió en Viena como
pintor fracasado, estaba obsesionado con el sexo y la sangre. Los Estados
Unidos de la época eran los líderes globales en la prohibición de matrimonios
mixtos, llegando incluso a castigar a los que desafiaban la ley. (Muchas de
esas leyes no fueron derogadas en Estados Unidos hasta el fallo del Tribunal
Supremo en el caso Loving contra Virginia en 1967).
El Memorando de Prusia apelaba de forma explícita a las
leyes estadounidenses que fomentaban la segregación para mantener la pureza
racial y la moral sexual, particularmente, la de las mujeres blancas. De un
modo similar, la tercera ley de Núremberg prohibía expresamente los matrimonios
y relaciones extramatrimoniales entre alemanes y judíos y auguraba penas de
trabajos forzados en prisión para quienes quebrantaran la ley. Cuanto más se
lee sobre la obsesión estadounidense y nazi con la raza, más evidente resulta
que en el mismo corazón de la ideología racista hay un miedo primigenio a una
insuficiencia sexual, a la contaminación, al mestizaje. El nacionalismo racial,
la ideología de los nazis, llevó esta idea a su fin lógico.
Estos conceptos analizados por Vhitman muestran la realidad
de Hitler, quien copio muchas de la políticas de EEUU, en las acciones contra
la masacre los pueblos originarios y el racismo, en los mismos mecanismos de
crear reservas custodiados por el ejército, como la esclavitud en los estados
del Sur, mostraban claramente el modelo autoritario y racista, modelo
considerado por Trump, como la verdadera raza aria, denominada supremacía
blanca, ampliada por el fascismo, la misma creación de la Organización de
Naciones Unidas (ONU), no ha servido como un instrumento, que pueda frenar las
guerras-
Al finalizar la
segunda guerra mundial, se mantuvieron el colonialismo, los golpes de estado en
América Latina, en el Siglo XX, lo mismo en Europa, la división de naciones en
Yugoslavia, los Balcanes, el control de EEUU del mundo, a la caída de la URSS,
surgieron las invasiones gringa, a Iraq,
Afganistán, Siria, a través de los grupos terrorista creados por EEUU,
de ISIS que destruyendo a varios países
del Medio Oriente y con acciones en Francia, ataques a Rusia, en China, como
otros países de Asia, esta realidad muestra una vez mas que no existe, un
equilibrio en el mundo Y la ONU es solo un espejismo, la masacre de Palestinos
y los ataques de Arabia Saudita a los pueblos de Yemen, las masacres de Israel
sionista, la misma Haití se desangra y nadie apoya a esa nación . sin embargo,
la Iglesia de Francia Note Dram recibe millones para su reparación, mientras el
mundo vive la guerra y sigue el esclavismo, la trata de mujeres y los
terrorista, la droga, un mundo al borde de la destrucción.
diegojolivera@gmail.com
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