sábado, 20 de abril de 2019

Cuba ejemplo democrático



Por Eduardo Contreras:
Finalmente, este 10 de abril fue proclamada legalmente en el Palacio de las Convenciones de La Habana la nueva Constitución Política de la República de Cuba. Culmina así un proceso ejemplarmente democrático como fue la discusión durante muchos meses de varios millones de cubanas y cubanos, en cada barrio, en cada centro de trabajo, en cada escuela, en cada universidad, en cada sindicato, en cada organización social a todo nivel y a lo largo y ancho de la isla lo que dio lugar a numerosos cambios y propuestas en el proyecto original. Y que finalmente fue sometida a Referendo popular


Ha sido otro histórico ejemplo de democracia directa, de democracia real, de discusión abierta sobre el futuro del pueblo y el Estado cubanos; hace años, 1975, tuvimos el privilegio de participar en un proceso similar junto a otros colegas abogados chilenos y latinoamericanos cuando se elaboró la primera Constitución de la Revolución Cubana, promulgada y publicada el 24 de febrero 1976. Un debate abierto, público, de libre acceso, que hace posible que la ley de leyes, la normativa jurídica superior del país surja de veras como resultado de la libre confrontación de ideas entre toda la población sin restricción alguna

¿En nuestro país, seguirán la derecha y los seudo demócratas del centro político sosteniendo que Cuba es una dictadura? ¿Qué dirán los piñeras, los ampueros o los kast?¿Por qué no hablan aquellos que, careciendo de toda autoridad moral, durante años han  criticado a la Revolución Cubana acusándola de falta de democracia?

¿Los cobardes que así actúan no son en cambio capaces de justificar que en Chile sigamos viviendo hasta el día de hoy bajo las normas de la Constitución elaborada e impuesta por la dictadura de Pinochet? ¿Qué clase de “democracia” es la nuestra cuya normativa superior, su ley de leyes, es obra de una dictadura feroz y criminal? ¿Dónde está la democracia real entonces?

La fecha de la promulgación de la nueva Constitución Cubana no fue elegida al azar. Fue el mismo día en que se cumplía 150 años desde aquel 10 de abril de 1869 en que los luchadores mambises acordaron la primera Constitución nacional en asamblea reunida en la ciudad de Guáimaro y en la que los combatientes tenían como su objetivo central  el logro de la libertad y la independencia frente al colonialismo español. Ese histórico texto proclama la igualdad de los cubanos, sin fueros especiales ni privilegios para nadie.

La Constitución anterior, promulgada y publicada en 1976, primera ya en Revolución, consagró los principios fundamentales conforme a los que se ha construido y se sigue desarrollando el Socialismo en Cuba. La que se acaba de promulgar y publicar asume con realismo los cambios ocurridos estos años al interior de la sociedad cubana y en el ámbito internacional. Toda una lección que, ojalá, pudiéramos aprender.

Raúl Castro, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, presente en la Segunda Sesión Extraordinaria de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, con motivo de la proclamación de la nueva Constitución de la República, en el Palacio de Convenciones, hizo entre otras las consideraciones siguientes:

el carácter socialista de la Revolución, proclamado por Fidel el 16 abril de 1961, instituyó aquellos derechos conquistados por el pueblo, fruto del proceso
revolucionario, e instauró un sistema de gobierno sustentado en los órganos del “La Constitución que proclamamos hoy es continuidad de aquella primera, en tanto salvaguarda como pilares fundamentales de la nación la unidad de todos los cubanos y la independencia y soberanía de la patria. La Revolución fue fuente de derecho, fue ella quien les dio la tierra a los campesinos, la que garantizó el acceso gratuito y universal a la educación, la que puso la salud pública al servicio de los ciudadanos, la que garantizó la igualdad de los cubanos, la que nacionalizó con el respaldo popular las grandes propiedades en manos de compañías extranjeras que explotaban a nuestros compatriotas. La Constitución de 1976 reafirmó Poder Popular.”

Importa subrayar que cerca de nueve millones de personas participaron en las más de ciento treinta mil reuniones, en las que se registró casi dos millones de intervenciones de los ciudadanos y ciudadanas, quienes llegaron a formular  setecientas ochenta y tres mil propuestas. Es decir, el constituyente real ha sido el pueblo, las masas trabajadoras, la sociedad toda. No por nada el proyecto original recibió modificaciones referidas a más del cincuenta por ciento de la redacción original del proyecto.

Concurrieron a las urnas en el Referendo un número de personas equivalente al noventa por ciento de la población del país y en los resultados se refleja que  el setenta y ocho coma tres por ciento del total de cubanas y cubanos con derecho a voto lo hicieron a favor del proyecto definitivo.

Todo sucede en momentos que en nuestra América Latina se desarrolla una violenta y peligrosa ofensiva del imperialismo norteamericano. Sus dardos apuntan hoy en especial a los gobiernos populares y democráticos de Venezuela y Nicaragua, pero nadie ignora que Cuba es su objetivo final.

En medio de este período amenazador para la paz y el desarrollo de nuestros pueblos, el proceso constituyente cubano es una verdadera lección, es un ejemplo concreto de democracia real, concreta, directa, que fortalece al proceso revolucionario en la isla de Martí y de Fidel. Pero que también contribuye a respaldar las luchas y las justas esperanzas de los pueblos hermanos.

eduardocontreras2@gmail.com

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