La reunión del grupo de Lima concluida este pasado lunes 25
de febrero en Bogotá, no aprobó la
propuesta del vicepresidente Mike Pence, de autorizar el uso de una fuerza de
intervención militar en contra de Venezuela, propuesta que resultaba para
Estados Unidos estratégica, porque que debía ser llevada este martes 26 al
Consejo de Seguridad de la ONU, como
aspiraban el señor Pence, el presidente
Duque y Luis Almagro, pero con este
fracaso, seguramente plagaran de
mentiras el recinto del Consejo de
Seguridad, como lo que han venido haciendo y acusando al presidente Maduro de
disparar sobre los “pacíficos” venezolanos que fueron a recibir la ayuda.
La realidad ha sido otra, fueron los sicarios guarimberos de
Guaidó. Los que desde territorio colombiano atacaron a la Guardia Nacional
bolivariana, fueron los que con la complicidad e impunidad más descarada de la
policía colombiana, lanzaron cocteles molotov contra los dos camiones
incendiados y fueron ellos los que atacaron con esas bombas incendiarias a la
Policía y Guardia Nacional todo filmado y documentado.
No obstante, la derrota sufrida en el seno de sus propios
aliados, Estados Unidos insiste en considerar el tema en el Consejo de
Seguridad, porque busca legalizar su objetivo: atacar militarmente a Venezuela
y ocupar dicho país para robarse sus riquezas. Obviamente en ese escenario de carácter mundial, la respuesta será No, y
ellos lo saben, porque de los cinco miembros permanentes con derecho al veto,
hay dos países Rusia y China que seguramente ejercerán su voto negativo.
La estrategia yanqui de presentar el caso de Venezuela en el
Consejo de Seguridad es más de carácter mediático, pues de antemano saben que
no prosperará, su interés es crear la imagen que Venezuela es un peligro para
la paz mundial y tratar de lograr respaldo de gobiernos en otras latitudes y
justificar la intervención.
No olvidar que en el 2003 el Secretario de Estado Colin
Powell, presentó en el Consejo de Seguridad supuestas evidencias de que Saddam
Hussein tenía armas de destrucción masiva, todo falso, Irak fue destruido y
asesinados cerca de un millón de sus ciudadanos, Estado Unidos se apoderó de
los yacimientos petroleros y las empresas que empezaron a explotarlos
pertenecían al vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheyne.
El show mediático orquestado por Estados Unidos y el
presidente Duque, en Bogotá con el coro del Grupo de Lima es grande, lo
paradójico es que su director el uruguayo Luis Almagro, cuya función en la OEA
se supone sea la de mantener la paz y
las buenas relaciones entre los Estados
miembros, ha abrazado la bandera de la guerra y la intervención militar, contradictoriamente Bogotá es la peor sede escogida y el gobierno anfitrión está acusado de
graves violaciones de Derechos Humanos, en los siete meses de gestión desde que asumió la
presidencia Iván Duque, más de 125
líderes sociales han sido asesinados
impunemente por los paramilitares y su gobierno no ha detenido a un solo
criminal y llevado ante los tribunales.
La represión por el llamado cuerpo de la Policía Nacional
llamados ESMAD continúan contra los estudiantes, indígenas, afros
-descendientes y pueblo en general, para acallar las protestas por los graves
problemas sociales que tienen que afrontar, mientras que el ministro de
Defensa, está presentando una ley que ilegalice la protesta social.
Colombia presenta los índices más altos de violación de derechos
humanos desde hace muchos años, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
de la OEA los ha condenado por el genocidio de la Unión Patriótica y
actualmente la Corte Penal Internacional aguarda que la Fiscalía entregue la
información de las graves acusaciones que tienen altos jefes militares y
civiles sobre el asesinato de más de 3000 jóvenes en el conocido caso de los
falsos-positivo. Sobre todos estos
graves delitos y hechos, el señor Luis Almagro nunca se ha pronunciado, como
tampoco lo hace con lo que actualmente está aconteciendo en violaciones de
derechos humanos y graves ataques contra sus pueblos en Honduras, Chile, Perú,
Brasil, Argentina y Guatemala, todo ellos son los que conforman el Grupo de
Lima.
Violando toda norma del Derecho Internacional, pisoteando la
Carta de la OEA y de la ONU, es este Grupo de Lima orientado por el
Departamento de Estado de los Estados Unidos y dirigido por el uruguayo Luis
Almagro el que ejecuta acciones ilegitimas
contra Venezuela y usurpa el
papel de la OEA, organización que desde hace muchos años se ha plegado a las
directrices que orienta el gobierno de los Estados Unidos y es precisamente lo
que está sucediendo contra el gobierno de Nicolás Maduro, lo que al parecer no
han considerado estos Estados que forman parte del Grupo de Lima, que si mañana piensan diferente a los deseos de
Estados Unidos, pueden ser ellos víctima de esta política imperial, como
le sucedió a Panamá, cuando el general Manuel Antonio Noriega, se negó a apoyar
a Estado Unidos en su guerra contra el gobierno sandinista y está fue invadida
causando desolación y miles de muertes.
Resulta seriamente preocupante que tanto el presidente de
Estados Unidos como sus más cercanos colaboradores, continúen afirmando que
todas las opciones están sobre la mesa, es una peligrosa amenaza al uso de la fuerza, a pesar de que la comunidad
internacional se niega a que se produzca una intervención militar y en su gran
mayoría de los países miembros de la ONU reconoce como legitimo presidente de
Venezuela a Nicolás Maduro y plantea que
la salida a la crisis que artificialmente ha creado Estados Unidos en Venezuela
y que cualquier controversia de carácter política debe ser resuelta por la vía
del dialogo.
Hoy los pueblo del mundo deben movilizarse y rechazar
cualquier aventura militar o uso de la
fuerza contra Venezuela, el pueblo venezolano está demostrando su
valentía y dignidad, frente a las amenazas del imperialismo yanqui y a la
minoritaria, traidora y vendida
oposición venezolana al oro gringo, cuyo ridículo hemos presenciado con este
último show de la supuesta entrega de
ayuda humanitaria, el pasado 23 de
febrero en la frontera
colombo-venezolana, a esta acción violenta y violadora del derecho
internacional, se prestaron los
mandatarios de Chile y Paraguay
que encabezada por el presidente
colombiano Iván Duque llamaron al derrocamiento del gobierno de Nicolás
Maduro, lo cual es una violación a la
Carta de la ONU y de la OEA.
Periodista, politólogo y analista internacional.
jorgarcia726@gmail.com
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